Por Constanza Morales H.
El Congreso de EEUU está discutiendo un proyecto de ley para regular el multimillonario negocio de las apuestas a través de Internet. La iniciativa fue presentada por el representante republicano Peter King, para darle al negocio más uniformidad frente a las leyes de los estados.
“Un estándar federal común garantizará una protección fuerte para los consumidores, ayudará a controlar las apuestas de menores de edad y facilitará la navegación y participación de empresas, jugadores, legisladores y reguladores”, afirmó.
Los iniciativa resulta sorprendente si se recuerda que hasta fines de 2011, las apuestas online estaban completamente prohibidas en EEUU. Incluso ejecutivos de empresas extranjeras, cuyos servidores instalados a miles de kilómetros de distancia procesaran apuestas de ciudadanos estadounidenses, arriesgaban ser detenidos si ingresaban al país.
La prohibición se basaba en una interpretación más abierta de la Ley de Transferencia, que en 1961 restringió las apuestas deportivas a través de “las comunicaciones por cable”. En 2006, el Congreso aprobó una ley que criminalizaba aceptar pagos relacionados con apuestas en línea, lo que llevó a la aplicación de mano dura contra los sitios de póker. Sin embargo, a fines de 2011, el Departamento de Justicia emitió una nueva interpretación, aclarando que la ley sólo se aplicaba a las apuestas deportivas.
El premio gordo
Esto ha llevado a que algunos estados comenzaran a revisar sus leyes sobre juegos de azar en línea. Delaware fue el primero en legalizarlos a mediados de 2012, mientras que Nueva Jersey y Nevada le siguieron a inicios de 2013. De hecho, desde fines de abril, los jugadores de Nevada cuentan con el primer sitio legal de póker en línea de EEUU.
Otros estados, como California e Illinois, están intentando hacer lo mismo. En medio de las dificultades financieras por las que atraviesan algunos estados, no sorprende que las autoridades deseen captar nuevos ingresos. Y la industria de las apuestas en línea podría ser una buena alternativa. La consultora H2 Gambling Capital estima que el sector generaría US$ 7.400 millones en ganancias netas en 2017, asumiendo que se legalice la actividad en 17 estados.
La Asociación Estadounidense de Juegos (AGA, su sigla en inglés) calcula que se añadirían US$ 10 mil millones en ingresos si se aprobara un estatuto federal. Según la AGA, actualmente se gastan cerca de US$ 4 mil millones en sitios ilegales.
Por su parte, Morgan Stanley pronostica que en 2020 los juegos en Internet producirán US$ 9.300 millones, es decir, la misma cantidad de ingresos que los mercados combinados de Las Vegas y Atlantic City.
El cambio en la regulación está despertando el apetito de varias compañías de Internet. Los expertos dicen que el negocio podría ajustarse bien al modelo de Zynga, el productor de juegos para redes sociales, como FarmVille. Y se estima que gigantes como Facebook podrían estar interesados en tramitar una licencia.
Inesperados detractores
Sin embargo, la iniciativa de King no le ha gustado a todos. Curiosamente, el proyecto ha encontrado resistencia entre los operadores de casinos. Sheldon Adelson, presidente y director ejecutivo de Las Vegas Sands, se “opone moralmente” a las apuestas virtuales, llamándolas una “toxina” que robará a los jóvenes y los pobres.
Pero, resulta fácil suponer que, más allá de sus reparos morales, a los operadores de los casinos no les agrada la proliferación de competidores que a través de la red puede acceder a millones de apostadores sin tener que incurrir en sus multimillonarias inversiones.