La crisis de la industria chilena del salmón impacta sobre la oferta global
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Han sido tiempos tórridos para la industria del salmón en Chile. Tras un desafiante 2015, en el que enfrentó bajos precios en los principales mercados de exportación, aumento de la competencia por parte de Noruega y altos costos de producción, ahora batalla contra los efectos de algas tóxicas en aguas del país que han devastado la población de peces.
Es una “tormenta perfecta” dijo Alf-Helge Aarskog, director ejecutivo de la noruega Marine Harvest, empresa líder de la industria que tiene grandes operaciones en Chile. La compañía es una de las varias productoras de salmón en la nación sudamericana que se está reestructurando, anunciando sustanciales recortes de empleos.
El avance del alga, que se cree ha sido causado por el aumento de las temperaturas del mar como consecuencia del fenómeno climático de El Niño, comenzó en aguas de Chile a inicios de año. El Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca), que anunció el fin de una epidemia en el salmón a fines de marzo, dijo que un total de 25 millones de peces han muerto, un número más que suficiente para llenar 17 piscinas olímpicas.
Los precios del salmón han dado un salto, con los precios para Chile subiendo 50% desde US$ 3,50 a US$ 5,40 el mes pasado, según la empresa local SalmonEx.
Aunque recientemente los valores han declinado en ambos mercados se espera que se mantengan altos mientras la demanda de salmón siga firme. Chile es el segundo mayor productor y exportador del pescado después de Noruega, y el año pasado representó cerca de un cuarto de la producción mundial.
“El desastre chileno está secando el mercado”, dijo Kolbjørn Giskeødegård analista de alimentos de mar en Nordea.
Producción a la baja y pérdidas
Analistas pronostican que la producción de salmón chileno caerá entre 20% y 25% este año, con resultados sin cambios o con ligeros aumentos en 2017. Los descensos de la oferta chilena llegan en momentos en que se espera que la producción noruega también caiga debido a una plaga y al brote de una enfermedad el año pasado. En consecuencia, la oferta global caería entre 5% y 10%.
Se espera que el sector acuícola en Chile, que ya afronta una elevada deuda, registre pérdidas entre
US$ 500 millones y US$ 1.000 millones. Algunas de las mayores empresas se han asegurado contra pérdidas causadas por las algas, pero otras como AquaChile no.
Con costos de producción cercanos a US$ 4 por libra y los precios hoy un poco por encima de
US$ 5, muchos productores podrán mantenerse rentables, mientras que en 2015 los precios estuvieron ligeramente por encima o por debajo de US$ 4.
Sin embargo, con la mayoría de las salmoneras chilenas luchando con deudas y bancos reticentes a prestar más, es poco probable que los altos precios atraigan esfuerzos sustanciales para restaurar la producción.
El cultivo de salmón en Chile se inició a finales de los años ’70 y despegó en la década de los ’90 pero el rápido crecimiento y la falta de supervisión dieron lugar a problemas de parásitos y enfermedades frecuentes. La industria es conocida por un uso más alto de antibióticos que Noruega y ha venido tratando de hacerle frente con vacunas.
Aunque la crisis de las algas no ha sido causada por el hombre, ha renovado los llamados de ejecutivos de la industria y analistas para más regulaciones en el cultivo de salmón en Chile.
Marine Harvest, por ejemplo, compara la situación actual en el país a la vivida por Noruega en 1980. Para una producción más sustentable y estable, el nivel general de producción para la industria en su conjunto debe establecerse con un menor número de licencias de operación, y una reducción en el número de granjas y un aumento en la distancia entre ellas.