La primera dama de VW tomará el volante
Ursula Priëch asumirá en el directorio. Aunque su currículo de parvularia no es el tradicional, es la esposa del presidente de VW.
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Por Chris Bryan
En una carta a los accionistas previa a la junta de abril, Volkswagen incluyó el currículo de Ursula Piëch: “profesora de Kindergarten con habilidades adicionales en negocios y leyes (actualmente no trabaja).”
Enseñar a una clase de ruidosos niños austríacos no es el camino típico para llegar al directorio de la segunda automotriz del mundo. Pero la maestra es la esposa de Ferdinand Piëch, presidente de VW y nieto del fundador de la compañía.
En momentos en que las empresas en toda Europa están bajo presión para revertir la escasez de mujeres en sus directorios, la nominación de Piëch podría hacer dudar a los partidarios de la igualdad de géneros. Es verdad que incluso los más críticos de la dinastía Piëch reconocen que ella es fanática de los autos y que comprende bien a la firma. Pero también es la beneficiaria del férreo control que ejerce la familia sobre la compañía que se transa en bolsa, pero que muchos comparan con un feudo personal.
“Ciertamente es un poco común historial profesional pasar de niñera a la junta supervisora de una de las mayores compañías de Europa”, dice Max Warburton, de Bernstein Research.
Ursula Plasser trabajaba en un kindergarten en Braunau am Inn, en Austria, en 1982, cuando respondió un aviso en un periódico de una familia que buscaba niñera. Pero no era cualquier familia: la joven de 25 años llegó a su nuevo trabajo, justo cuando Ferdinand Piëch estaba planeando la reestructuración de Audi. Según “Auto. Biographie”, el testamento personal del patriarca de VW, Ursula captó su atención cuando estaba aprendiendo a manejar y estrelló dos veces su auto contra una colina. “Me reí: Ya estaba comenzando a sentir algo entonces”, escribió.
Ursula aparentemente no sintió lo mismo: “Se reía solo y yo sólo pensaba qué era tonto”. Pero eventualmente la conquistó. Se casaron en 1984 y tuvieron tres hijos.
Nacido con “petróleo en la sangre” Piëch es conocido por su ruda intolerancia a los ejecutivos ineficientes, su frío desprecio y una atención sin cuartel a los detalles. Una vez describió sus prioridades simplemente como: “VW, la familia, el dinero”.
Bajo su liderazgo VW se transformó de una automotriz con pérdidas a una potencia industrial. Ha ignorado las quejas de que la fuerte influencia del clan Porsche-Piëch genera problemas de gobierno societario, de lo cual el nombramiento de su esposa es sólo el caso más reciente.
Sin embargo, Piëch se ha impuesto repetidamente a sus críticos. El año pasado VW vendió 8,3 millones de autos y obtuvo 11.300 millones de euros en ganancias operacionales. A los accionistas también les ha ido bien y mientras esto siga así, las críticas a la nominación de su mujer no harán mella.
Como miembro de la junta supervisora de 20 integrantes de VW, ella tendrá influencia en decisiones estratégicas. VW pretende convertirse para 2018 en la mayor automotriz del mundo superando a General Motors y Toyota. Su marido cumple 75 años el próximo mes. Como miembro del directorio y futura titular de su fideicomiso, su rol será asegurar el legado familiar.
En 2010, Ferdinand Piëch creó dos fundaciones en Austria para proteger sus considerables posiciones financieras, que incluyen una participación en la compañía holding Porsche que controla la mitad de VW. Nominó a su mujer como segunda titular del fideicomiso y ella asumirá plena responsabilidad tras su muerte, siempre que no se vuelva a casar.
El fallido intento de Porsche por adquirir una mayor parte de VW en 2008 fue un recordatorio para Piëch de que las divisiones familiares pueden hacer peligrar sus logros; la estructura de la fundación en la práctica va a restringir la capacidad de sus hijos de vender sus inversiones una vez que él ya no esté.
Encontrar a alguien en VW dispuesto a criticar la nominación es una causa perdida. Ursula -a quien su marido llama ‘Uschi’- ha demostrado ser un contrapeso tenaz y valioso para el patriarca de VW en las últimas dos décadas y desde hace mucho que salió de su sombra.
Además de tener una imagen pública sociable, Piëch es reconocida por su profundo conocimiento de la compañía: incluso los empleados antiguos de VW temen ser alcanzados por su conocimiento de asuntos técnicos. La una vez tentativa aprendiz de manejo se ha convertido en una hábil conductora de vehículos de alto rendimiento, incluyendo un Bugatti, uno de los autos más rápidos y caros de las carreteras.
En la feria automotriz de Ginebra la semana pasada, donde VW reveló un desfile de nuevos vehículos, los periodistas estaban ansiosos por preguntar a Ferdinand Piëch a quién podría comprar próximamente la automotriz. Pero sólo días después de que una corte sancionara al presidente de VW por otro tema de gobierno societario, él estaba inubicable: Frau Piëch lo había conducido afuera sabiamente.
La próxima vez que la pareja asista a un evento de la industria, ‘Uschi’ estará en el asiento del conductor.