Hace ya casi un mes, frente a un Parlamento incompleto, Nicolás Maduro asumió el mando como presidente de una Venezuela que se balancea en la cuerda floja de la polarización y la volatilidad económica.
Con tan sólo 30 días en el poder, el nuevo “presidente obrero” ha tenido que enfrentar un escenario macroeconómico adverso, decretar una nueva emergencia eléctrica, intervenir las industrias básicas y combatir la desorientación frente a la aplicación de una nueva jornada laboral. Todo ello al son de las cacerolas que tocan millones de venezolanos que aún no lo reconocen como presidente legítimo.
Analistas señalan que gran parte de este cuadro, que se ha venido complicando, se ha gestado a raíz de las políticas aplicadas en los últimos meses de mandato del fallecido presidente Hugo Chávez. Sin embargo, es a Maduro al que le ha tocado tomar las medidas para enfrentar la situación.
Precios se disparan
El último reporte del Banco Central arrojó cifras alarmantes en el nivel de inflación y de escasez que vive el país. Con una inflación anualizada de 29,4%, Venezuela se enfrenta a una escalada importante de precios, a lo cual se le suma un índice de escasez de 21,3%, el más alto de la historia del indicador.
Para el economista Luis Zambrano Sequín la aceleración de la inflación puede evaluarse como una consecuencia de los choques de la devaluación y de una reducción en la entrega de divisas.
Para el economista y ex ministro de Industrias Básicas, Víctor Álvarez, la política de administración o reparto de divisas provenientes de la exportación de petróleo ha recrudecido la cultura rentista. “Todos reclaman la entrega oportuna de los dólares de Cadivi pero pocos generan ingresos propios en divisas. La causa de esto es la política de anclaje cambiario del gobierno, que tiende a sobrevaluar el bolívar y castiga severamente al sector exportador, el cual no logra cubrir los costos internos en bolívares a una tasa de cambio tan baja”, señala el ex ministro Álvarez.
Con unas reservas operativas que han disminuido y una caída en la productividad, la escasez se ha sentido con fuerza en la mesa de los venezolanos durante este primer mes de gobierno.
Merentes a la cabeza
Con los indicadores macroeconómicos adversos, el presidente Maduro le entregó mayor responsabilidad a Nelson Merentes, ex presidente del Banco Central.
A cargo de la nueva Vicepresidencia Económica, así como del Ministerio de Finanzas, Merentes se coloca como el hombre que dirige las mayores decisiones que se dan en el ámbito económico venezolano, aunque sigue teniendo a su lado a Jorge Giordani, quien ahora se encarga del Ministerio de Planificación.
El economista Víctor Silva afirma que Merentes es percibido como un hombre más pragmático a la hora de manejar la economía. “Las expectativas del mercado con Merentes cambian. Cuando estuvo a la cabeza de la cartera de Finanzas fue un hombre más pragmático, pero hay que tomar en cuenta que el momento económico que se vive ahora es más complicado, por lo que hay que ver cómo lo resuelve”, señala.
Por su parte, Álvarez asegura que Merentes tiene clara la importancia de la disciplina fiscal y de las implicaciones de un exagerado endeudamiento del gobierno con el instituto emisor. “Tratará de equilibrar las cuentas y evitará presiones sobre el BCV que se traduzcan en emisiones de dinero inorgánico que aticen la inflación”.
Sin embargo, no todos concuerdan con que el rostro de Merentes genere un cambio dentro de la economía nacional. “Lo que hubo fue una rotación del equipo, ahora al mismo equipo lo tienes jugando diferentes bases y cambiaste el orden de bateo, eso no significa necesariamente que el equipo suba el rendimiento, puede ser que lo llegue a bajar”, señala Zambrano Sequín.
Problema eléctrico
No sólo los resultados macroeconómicos ocasionaron dolores de cabeza en el recién inaugurado gobierno de Maduro, los problemas de la industria eléctrica y las industrias básicas también hicieron retumbar las alarmas en Miraflores.
En ambos casos se intervino la industria y se cambió la directiva en busca de mejorar la productividad y atender la emergencia.
Con Corpoelec (Empresa Eléctrica Socialista), el hecho fue más notorio. El nuevo ministro de Energía Eléctrica, Jesse Chacón, tomó la dirección con un plan de 100 días para recuperar el sistema eléctrico, a través de la inversión en generación y disminución de la demanda por medio de campañas de ahorro energético.
Un total de 2.000 megavatios de margen espera tener la empresa al culminar la emergencia; en caso de no lograrlo Chacón aseguró que renunciará.
Ángel Navas, presidente de la Federación Trabajadores Eléctricos (Fetraelec), es optimista ante la intervención de la firma. “La estructura de la empresa, del presupuesto suficiente y del equilibrio en las inversiones debe evaluarse”, afirma.
El ex ministro de Industrias, Víctor Álvarez, asegura que las empresas básicas atravesaron durante 2003 y 2009 un período de recuperación. Sin embargo ahora la realidad es otra. Añade que la crisis eléctrica, la recesión económica internacional, la contracción del aparato productivo interno, la sobrevaluación del tipo de cambio, el sabotaje a la experiencia de Control Obrero, así como los frecuentes cambios en los equipos gerenciales, causaron un deterioro en las industrias.
“Todos estos factores se han conjugado para crear el difícil cuadro que deberá enfrentar el general Carlos Osorio, en el que la mayoría de las empresas básicas están generando pérdidas”, sostiene.
Horario polémico
A pesar de que la LOT (Ley Orgánica del Trabajo) se aprobó hace un año, el tema del cambio de horarios de la jornada laboral ha trastocado en el último mes a los empresarios y trabajadores.
A partir del 7 de mayo las empresas comenzaron a acatar la reducción de horario a 40 horas semanales y el otorgamiento de dos días libres continuos para quienes trabajan los fines de semana.
El presidente de Consecomercio, Mauricio Tancredi, señala que ya se han venido adecuando al nuevo esquema de horario, sin embargo ve como positivo la prórroga de un mes que dio el Ministerio del Trabajo para que las empresas registren sus horarios.
“Eso nos va a dar la oportunidad de sugerir flexibilizaciones en el tema de los dos días de descanso. No estamos en desacuerdo con eso, pero para algunos pequeños y medianos comercios resulta difícil, porque se van a ver obligados a contratar más personal”, asegura.
Bajo este escenario, Maduro se enfrenta a múltiples retos que marcarán su presidencia y determinarán el futuro económico del país.