La Iglesia
ortodoxa griega manifestó su oposición a la decisión gubernamental de gravar
sus ingresos con un 20%, dentro del paquete de medidas para reducir el grave
endeudamiento y el déficit del país, y que ha desatado una oleada de huelgas y
protestas.
El
arzobispo de Atenas, Jerónimos, declaró a los medios locales que las
intenciones del nuevo proyecto ley son "inconstitucionales y carentes de
ética".
"Es un
cuento que la fortuna de la Iglesia sea tremenda. Se habla de 840.000 parcelas
de la iglesia y yo no puedo encontrar ninguna para construir un asilo de
ancianos", dijo el arzobispo al periódico Real News.
Jerónimos
ha solicitado una cita con el primer ministro, Yorgos Papandréu, y los popes de
la jerarquía eclesiástica se reunirán hoy para tratar sobre el asunto.
Además de
las quejas de la Iglesia, las protestas laborales contra el severo plan
gubernamental de ahorro continúan hoy con paros de cuatro horas de los médicos
de los hospitales públicos, de abogados y de los empleados ferroviarios, que
pararán su actividad durante tres horas para protestar contra el aumento de los
impuestos.