La inflación anual de la eurozona se situó en marzo en 2,7%, tres décimas por encima del nivel alcanzado en febrero y una décima más de lo previsto inicialmente por la oficina europea de estadística, Eurostat, que recordó que hace un año la inflación de la eurozona se situaba en 1,6%.
El dato añade más presión al BCE, que realizó la semana pasada la primera subida de tasas desde 2008. Ayer precisamente un miembro del Comité Ejecutivo del BCE, José Manuel González-Páramo, advirtió de los riesgos inflacionistas.
De este modo, la inflación armonizada de la zona euro se mantiene muy lejos del nivel considerado adecuado por el Banco Central Europeo (BCE) para cumplir con el objetivo de estabilidad de precios, que supone una inflación ligeramente inferior al 2%, lo que deja abierta la puerta a nuevas subidas de la tasa rectora por parte del instituto emisor, que ya elevó la tasa en su reunión de abril hasta el 1,25%.
En el conjunto de la UE, los precios escalaron en términos anuales hasta el 3,1% en marzo, dos décimas por encima del nivel alcanzado en febrero y en contraste con el 2% registrado hace doce meses.
Entre los principales componentes del indicador, los mayores incrementos de precios interanuales se registraron en transportes (5,6%), vivienda (5,1%) y en alcohol y tabaco (3,6%), mientras que los menores aumentos se observaron en comunicaciones (-0,6%), ocio y cultura (-0,3%) y equipamiento del hogar (0,9%).
Así, las menores tasas anuales de inflación en la UE se registraron en Irlanda (1,2%), Suecia (1,4%) y la República Checa (1,9%), mientras los mayores niveles de precios se observaron en Rumanía (8%), Estonia (5,1%), Hungría y Bulgaria (ambos 4,6%). En el caso de España, la inflación armonizada se situó en marzo en el 3,3%.