En el último tiempo los países emergentes han experimentado una cascada de flujos de capital extranjero, pero este positivo panorama podría revertirse en los próximos meses.
Las bajas tasas de interés implementadas en los últimos cinco años en las regiones ricas del mundo, como Estados Unidos y Europa, han animado las inversiones en países emergentes de rápido crecimiento, donde se pueden lograr mejores retornos.
De hecho, el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF su sigla en inglés) estimó que las cifras de flujo de capital durante 2012 llegaron a US$ 1,080 billones. El monto en 2013 subiría a US$ 1,118 billones y durante 2014, a US$ 1,150 billones.
Los flujos de capital hacia América Latina y hacia las economías emergentes de Asia, como China, Indonesia e India, actualmente están 30% por sobre el nivel en 2007, antes de que estallara la crisis financiera, según el IIF.
Sin embargo, el organismo advirtió que “hay más riesgos de una mayor fluctuación cíclica en los flujos de capital hacia las economías emergentes en los próximos 18-24 meses que lo que parecía probable hasta hace unos meses”. Esto porque la Reserva Federal de Estados Unidos podría alejarse de su política ultra expansiva en 2014, lo que elevaría la posibilidad de una corrección significativa tanto en los mercados de tasas de interés globales como en los flujos de capital en los mercados emergentes.
La asociación de instituciones financieras alertó que el retiro de grandes paquetes de estímulos implementados por la Fed y otros bancos centrales de las economías desarrolladas podría provocar una debacle en los mercados emergentes si los inversionistas no están preparados.
“El riesgo de que los participantes del mercado no estén preparados para un reversión de las tasas es real y necesita ser considerado seriamente para evitar una alteración”, señalaba el último informe de Flujos de Capital hacia las Economías de Mercados Emergentes del IIF.
Felix Huefner, subdirector de Análisis Macroeconómico Global del IIF, comentó a Diario Financiero que aquellas economías que no estén tan conscientes de los obstáculos asociados con los ciclos de auge y caída en los flujos podrían vivir una situación similar a la que experimentó México en 1994, cuando la Fed subió las tasas inesperadamente y los flujos de capital hacia ese país colapsaron provocando una crisis a nivel global.
“La lección de los últimos 20 años es que ponerle fin a una política monetaria flexible y una reversión de las expectativas van de la mano con accidentes en el camino y generalmente los flujos de capital hacia mercados emergentes se ven afectados”, afirmó el economista.
La región estaría
preparada
Huefner no quiso señalar qué regiones o países estarían más expuestos a este fenómeno, pero sí detalló que “la historia nos dice que a menudo estas cosas ocurren en lugares en que no esperábamos que pasara”.
A pesar de esta advertencia, los países latinoamericanos estarían bien posicionados para enfrentar una reversión de la política de dinero fácil y barato. Así por lo menos opina Ramón Aracena, economista jefe para América Latina del Instituto, quien cree que las economías emergentes que han tenido una política bien diseñada y pro mercado se van a ver beneficiadas en el mediano plazo.
Chile sería uno de los países que vería un impacto positivo sobre su economía si los bancos centrales extranjeros cambian su política monetaria. “Si se revierten los flujos de capital, sería muy bueno para la economía chilena, porque una de las preocupaciones que se tiene es que la entrada de muchos capitales va a generar una apreciación muy fuerte del tipo de cambio y eso podría afectar la competitividad de la economía”, afirmó a DF.
El analista chileno subrayó que el país ha sido uno de los pocos que ha mantenido la flexibilidad del tipo de cambio, “lo que le ha permitido a la economía absorber los shocks de apreciación y de depreciación”.