El presidente de EEUU, Barack Obama enfrenta crecientes críticas de los estadounidenses por su manejo económico y presiones de los opositores Republicanos para reducir el desempleo, actualmente en su nivel más alto en más de 25 años.
Por eso, el mandatario estará bajo presión cuando se presente hoy ante ambas cámaras del Congreso para presentar su plan de empleos, un paquete de hasta
US$ 300.000 millones que según sus asesores tendrá un impacto “rápido y positivo en estimular la creación de puestos de trabajos”.
Para aliviar el complicado panorama fiscal, el gasto será compensado por recortes de presupuesto que forman parte de un paquete de reducción del déficit a largo plazo, que incluye rebajas a programas de ayuda gubernamental y aumentos de ingresos, y que Obama presentará la próxima semana a un panel parlamentario.
Pese a que el discurso es secreto se estima una inyección total de entre
US$ 200.000 milllones y
US$ 300.000 millones. Analistas esperan que se anuncie, entre otras cosas, la extensión de un beneficio tributario al pago de salarios que termina a fines de año, que cuesta
US$ 110.000 millones anuales y que los republicanos critican.
También se espera un gran refuerzo a infraestructuras, reparando o modernizando escuelas públicas por hasta US$ 50.000 millones.
Por último, Obama anunciaría una gran ayuda a los gobiernos locales, que se han visto forzados a recortar su fuerza laboral, desde profesores a policías.
Arriesga reelección
Obama “tiene que presentar un plan que sea factible y que apruebe el Congreso”, dijo a Bloomberg el economista jefe de Wells Fargo Securities, John Silvia, agregando que “una tasa de desempleo de 9% se ha asociado a no ser reelecto” y “va a ser difícil para él superar eso”.
El dilema para Obama es desarrollar respuestas políticas a un problema que algunos economistas dicen que está arraigado a fuerzas estructurales difíciles de solucionar, como la creciente competencia global y la falta de habilidades correctas por parte de la gente.