Por Marco Fajardo
El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, enfrenta el 21 de julio una elección clave en la Cámara Alta del congreso, que renovará la mitad de sus representantes.
Actualmente posee mayoría en la Cámara Baja y los sondeos anticipan que ahora la obtendrá en el Senado.
La última vez que su Partido Liberal Demócrata (PLD) tuvo mayoría en ambas cámaras fue durante su primer mandato como primer ministro, de 2006 a 2007.
Abe asumió hace seis meses y prometió recuperar el crecimiento de Japón, de apenas 0,6% en los últimos 15 años, periodo en el cual además ha sufrido una persistente deflación, a través de su política de “las tres flechas”, basada en estímulo fiscal, expansión monetaria y reformas estructurales.
Los últimos datos económicos señalan que las primeras medidas han dado resultado. El debilitamiento del yen ha impulsado la manufactura, las exportaciones y la bolsa.
El jefe de gobierno además llega respaldado por una aplastante victoria en los comicios del gobierno metropolitano de Tokio, el principal distrito electoral del país, el 23 de junio, donde aseguró la mayoría al conquistar junto a su aliado Komeito, 82 de los 127 escaños.
Los partidos que ganaron la elección de la Cámara Alta en 2001 y en la Cámara de Representantes en 2009 también ganaron las elecciones de Tokio inmediatamente anteriores.
“Nos gustaría hacerlo lo mejor posible para que la gente sienta que la economía se recuperará muy pronto y para lograr la victoria” en las elecciones del Senado, dijo Abe entonces.
Efecto “Tina”
Cálculos del diario capitalino Shimbun señalan que el PLD ganó el 46,5% de los escaños con 15% de los votos totales.
“Esto nos dice que el PLD probablemente gane la Cámara Alta porque la oposición está dividida y no existen alternativas”, explicó Steven Reed, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Chuo, a Reuters.
Algunos expertos llaman a esto el efecto “TINA” (“There IS No Alternative”), un lema de Margaret Thatcher del cual se dice Abe también es aficionado.
“El resultado de la elección prueba que el PLD puede ganar con solidez en las ciudades. Esto permite a Abe tener opciones frente a la dependencia de grupos de interés agrícolas y otros no urbanos”, señaló un reporte de Morgan Stanley MUFG en Tokio.
Un sondeo del diario de negocios Nikkei del 23 de junio mostró que 47% de los electores planea votar por el PLD, frente al 7% del Partido Democrático.
“Tercera flecha” en riesgo
Aún así, de lograr una victoria aplastante, los más pesimistas temen que ello debilite el compromiso con las reformas estructurales, que a diferencia del estímulo fiscal y monetario enfrentan más oposición al dañar a grupos determinados, y ven dos riesgos.
El primero es que genere una complacencia entre los legisladores, muchos de los cuales han fortalecido intereses creados en distritos claves del PLD.
El segundo es que Abe use su mandato para impulsar una agenda conservadora centrada en reformar la constitución pacifista, que limita fuertemente las Fuerzas Armadas, y un revisionismo histórico en relación a la Segunda Guerra Mundial que distraiga de las difíciles reformas económicas.
“Si ganan, el gobierno será muy estable, pero la estabilidad crea laxitud”, señaló el ex ministro de Economía Hiroko Ota, miembro de un panel asesor sobre desregulación, a Reuters.
“Los temas pendientes enfrentan una dura oposición y por eso no han sido posibles hasta ahora”, explicó Ota. “Por eso es que debemos permanecer fuertemente en guardia”.
“Ganar la elección senatorial no es la clave para imponer las reformas que Japón necesita porque los intereses creados sólo van a salir fortalecidos”, dijo Jeffrey Kingston, director de Estudios Asiáticos de la Universidad de Temple, Reuters.
Otros, como el legislador del PLD, Kozo Yamamoto, señalan en cambio que justamente una gran victoria de Abe otorgará la influencia para impulsar las impopulares reformas económicas, como facilitar el despido de empleados improductivos y alejarse de sector no rentables.
“No podemos hacerlo ahora, pero sí si el PLD y el Komeito consiguen una mayoría”, aseguró Yamamoto.
Los inversionistas también estarán atentos. “Lo que los mercados estarán mirando es un compromiso claro con reformas estructurales específicas de mediano plazo”, dijo Alastair Newton, analista político senior de Nomura Securities.
Junji Annen, profesor de la escuela de derecho de la Universidad de Chuo, que junto con Ota participa en el panel de desregulación, opinó que “las reformas estructurales serán más sencillas (con una victoria), pero la pregunta es cuál es la agenda” de Abe. “¿Es la revitalización económica o la reforma constitucional? Sólo él lo sabe”.
Sin embargo, ambas podrían no ser mutuamente excluyentes. Después de todo, en el contexto de una China en ascenso, Abe ha señalado que un país fuerte requiere una economía sólida.