La productora española Zinkia está pasando por un mal momento, por lo que está buscando la manera de seguir funcionando y de mantener viva a su estrella Pocoyó, la serie infantil que pertenece a la firma y que es vista en cerca de 150 países.
Zinkia atraviesa por una complicada crisis de liquidez que la ha obligado a realizar una emisión de bonos a tres años para captar 7,8 millones de euros (US$ 10,56 millones), ofreciendo un interés del 11% a los inversionistas interesados en adquirir los títulos.
La productora ha fundamentado su negocio en la internacionalización de la marca Pocoyó, con la venta de licencias y la firma de acuerdos de distribución en grandes mercados internacionales, entre ellos China y Estados Unidos.
Segunda vez que recurre al mercado
Esta es la segunda vez que la compañía audiovisual sale al mercado en busca de financiamiento. Hace tres años, Zinkia emitó bonos intentando percibir 11 millones de euros para financiar todos los proyectos que tenían previstos, como el lanzamiento de Pocoyó en Estados Unidos.
Tampoco ha ayudado sus pobres resultados durante los primeros seis meses del año. Zinkia sufrió una caída en sus ingresos de 49% a 4,7 millones de euros, y pérdidas por 1,06 millones de euros, durante el primer semestre, frente a ganancias de 2,12 millones de euros del mismo período del año anterior.
El presidente y socio fundador de la compañía Zinkia, José María Castillejo defendió la decisión de volver a recurrir al mercado.
“Nuestra idea es salir al mercado, obtener este financiamiento y con ello seguir creciendo. Es una manera de resolver los problemas de un cierre absoluto” de la compañía, dijo a elEconomista.es
La emisión de bonos puede realizarse a partir de 1.000 euros, ofreciendo un cupón anual de 11% y un precio de emisión del 100%. Esto quiere decir que la firma tendrá que pagar hasta un 11% anual de tasa para asegurarse la suma de dinero necesaria para salir de la situación delicada en la que se encuentra.
Advertencia del regulador
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la entidad reguladora española, aprobó la emisión de bonos, pero con ciertas reparos.
La CNMV recalcó que en función del riesgo, Zinkia debiera pagar una mayor tasa de interés, ya que “la CNMV considera que la remuneración ofrecida por la presente emisión de obligaciones resulta inferior a la que debería tener para colocarse adecuadamente una emisión similar que estuviera dirigida al mercado mayorista”, según informó El Cronista.
Tras conocerse la advertencia, las acciones de Zinkia se desplomaron 10%. La compañía ha perdido cerca de 70% de su valor desde que empezó a cotizar en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) en junio de 2009 y ha visto desplomarse su capitalización bursátil a 17 millones de euros.
Dura defensa
Tras estos comentarios, Castillejo se defendió diciendo que “el regulador tiene mucho miedo por las circunstancias del mercado”. Por ejemplo en el caso de Pescanova, la compañía “engañó a todo el mercado con un montón de empresas filiales”. La productora, por el contrario, ha sido transparente. “La firma ha ofrecido a la CNMV toda la información necesaria para el lanzamiento de la nueva emisión de bonos, al tiempo que ha pagado “religiosamente” a los inversionistas año tras año el 9,75% de rentabilidad anual que ofreció en su primera emisión”, acotó.
Según Castillejo, la compañía cumplirá su previsión de ventas de 21,45 millones de euros para este año, gracias a la firma de nuevos contratos de licencia, aunque la cifra anual representa cinco veces la facturación del primer semestre, con un Ebitda estimado en 13 millones de euros.