Por María Ignacia Alvear C.
Todo indicaba ayer que comenzaban a surgir las primeras luces de esperanza para un acuerdo que evitaría el default de Estados Unidos y permitiría reabrir las oficinas públicas.
La expectación aumentó luego de que los republicanos de la Cámara de Representantes presentaran un plan para elevar el techo de la deuda hasta el 22 de noviembre, seis días antes de que el país entre en riesgo de default. Ese sería además el primer paso para restablecer el funcionamiento de la administración federal.
La noticia entusiasmó a los inversionistas, que en las últimas semanas han vivido con el temor a que un impago de EEUU empuje a la mayor economía del mundo de regreso a la recesión y provoque una crisis financiera global, y las bolsas en todo el mundo registraron fuertes alzas.
Sin embargo, hacia el final de la tarde, y cuando los mercados ya estaban cerrados, la incertidumbre regresó luego de que se informara que el presidente Obama no había aceptadp la propuestas de los legisladores de la oposición.
Inesperado quiebre
La propuesta de los republicanos consideraba extender el techo del endeudamiento del gobierno en seis semanas. Eso eliminaría la amenaza a mediano plazo de un impago, pero no pondría fin al cierre parcial del gobierno que rige desde comienzos de octubre, luego de que los parlamentarios no llegaran a acuerdo sobre las nuevas partidas presupuestarias.
Por eso, en una reunión con el presidente Obama, el líder de la Cámara de Representantes, John Boehner, planteó una extensión temporal al límite de la deuda que eliminaría la amenaza inmediata de default, pero a cambio de negociar las condiciones para una reapertura de la administración federal.
Muchos republicanos quieren incluir en las negociaciones las prioridades del partido, incluyendo recortes en ciertos programas, como la seguridad social y Medicare. Por esto, no era seguro que los miembros del partido respaldarían la propuesta de Boehner.
Sin embargo, las perspectivas para un rápido acuerdo disminuyeron luego de que Obama no aceptara el plan republicano, porque no contemplaba la reapertura inmediata de las oficinas públicas, según fuentes citadas por The New York Times. Obama ya había señalado que no estaba dispuesto a negociar con condiciones. Sin embargo, el mandatario tampoco rechazó definitivamente la propuesta y las negociaciones continuarían durante la noche.
Los analistas en Washington destacaron de todos modos que la discusión está avanzando en una dirección positiva.
Golpe a la economía
Por otro lado, una encuesta realizada por Bloomberg a economistas arrojó que el cierre del gobierno hasta el domingo recortaría 0,2 punto porcentual al PIB estadounidense y costaría hasta 0,5 punto porcentual si continúa por otras dos semanas. “El mayor impacto en el PIB (del cuarto trimestre) viene del sector gubernamental. Creo que los efectos aún son modestos, pero si el gobierno estuviera cerrado por un mes, se verían problemas en el sector privado”, comentó a Bloomberg el economista jefe de Pierpont Securities, Stephen Stanley.
Por su parte, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Jack Lew, dijo que el estancamiento en Washington está dañando a la economía del país y llamó al Congreso a elevar el límite de endeudamiento. “Enfrentamos ahora una crisis política fabricada que está comenzando a dar un golpe innecesario a nuestra economía”, afirmó Lew en una presentación ante el Senado. El secretario del Tesoro señaló también que sería “irresponsable” que el gobierno trate de dar prioridad al pago a los tenedores de bonos estadounidenses para evitar el default si Washington no contara con suficiente dinero para cumplir con todas sus obligaciones.
Por otro lado, el Departamento de Trabajo informó que las peticiones de beneficios de desempleo por estado crecieron en 66.000 a 374.000 ajustado estacionalmente la semana pasada, lo que marcó un máximo de seis meses. La oficina gubernamental destacó que 15.000 de esos reclamos correspondieron a trabajadores no federales.
Además, a través de una carta abierta al Congreso, la Federación Nacional de Retail (NFR, su sigla en inglés), explicó que sin un inmediato término al impasse del gobierno, la economía estadounidense está enfrentando un desastre, con o sin default técnico. Según la NFR, los recurrentes debates sobre el techo de deuda han creado constantes vientos en contra para la industria durante los últimos años. Y especialmente durante esta época del año, cuando se inician las compras para Navidad.
Alerta mundial
Autoridades internacionales también hicieron ver su preocupación por los efectos de la situación fiscal en EEUU. El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, dijo que un estancamiento sobre la deuda que dure semanas o incluso meses podría causar “severos daños” a EEUU y a las economías globales.
Por su parte, la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, opinó que el estancamiento político “podría precipitar otra crisis si esto dura mucho tiempo”. El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría advirtió que los países miembro sufrirán una recesión en 2014 y los emergentes se verán afectadas por una desaceleración.

baja posibilidad de "tapering"
El cierre parcial del gobierno y la falta de datos económicos hacen menos probable que se produzca este mes una reducción, o "tapering" en el programa de compra de bonos de la Reserva Federal, comentó el presidente de la Reserva Federal de St. Louis, James Bullard.
Añadió que el debate sobre el techo de la deuda también está desempeñando un papel importante.
El mes pasado "citamos que la incertidumbre fiscal era un riesgo y este riesgo se ha materializado, por lo que creo que es menos probable (...) que tomemos una decisión de reducir (el programa de compra de bonos) en octubre", dijo Bullard a periodistas al margen de una conferencia organizada por la Fed de St. Louis.
El funcionario indicó además que no ha tomado una decisión sobre una potencial reducción de los estímulos y agregó que no desea anticiparse a los resultados de la reunión de octubre.