El presidente del Gobierno español, José
Luis Rodríguez Zapatero, se comprometió hoy a no reducir la ayuda al
desarrollo a pesar de las dificultades económicas que padece el país
y que se traducen en aumentos de precios y del desempleo y baja de
la actividad productiva.
Zapatero asumió ese compromiso durante la primera jornada del
Congreso del Partido Socialista (PSOE) español, que se prolongará
hasta el domingo y durante el cual será reelegido secretario
general.
En un discurso marcado por el tono positivo Zapatero reivindicó
su pertenencia a la izquierda desde el punto de vista ideológico y
de la acción política y dijo que uno de los factores que más valora
es que España se pueda poner en cabeza de los países desarrollados
que prestan ayuda para acabar con la pobreza en el mundo.
En enero pasado el Gobierno aprobó el plan de cooperación para
2008, que prevé destinar a la ayuda al desarrollo US$8.700 millones.
Zapatero no reducirá esa cantidad porque afirmó ser consciente de
que el reto en una sociedad globalizada es acabar con la miseria, el
hambre y la falta de salud.
"Cada paso que demos (en la cooperación al desarrollo) nos hará
más grandes y dignos. Así saldremos del rincón de la Historia y
seremos reconocidos", aseguró el líder socialista español.
Manifestó que sus críticos llaman a esa actitud "buenismo", pero
se mostró convencido de que los españoles han aprendido de su
historia y ahora son un pueblo "con un profundo sentimiento
antibelicista".
A su juicio, eso se traduce en la presencia en misiones de paz en
diversos países del mundo, como Afganistán, Líbano o la antigua
Yugoslavia.
La situación económica española tampoco obligará a una reducción
del gasto en partidas sociales, según Zapatero, cuyo compromiso pasa
también por ampliar los derechos de los sectores "vulnerables" y
porprofundizar en los valores de paz y justicia en el marco de un
Estado laico.