Los claroscuros del mundo sindical

El largo período en que ha liderado la CUT le ha valido fuertes críticas...

Por: | Publicado: Sábado 30 de abril de 2011 a las 05:00 hrs.
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A sólo 48 horas de la conmemoración del día internacional de los trabajadores, la mediática discusión que protagonizó esta semana, el presidente de la CUT, Arturo Martínez, con el titular de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF), Raúl de la Puente, reeditó la disputa que ambos dirigentes vienen sosteniendo desde la última negociación del reajuste del sector público y de paso, evidenció, una vez más, la división que existe en el seno del movimiento sindical chileno. Es que pese a que los líderes de las principales organizaciones representativas del mundo de los trabajadores y agrupadas en su mayoría en la Central, acusan que se trata de “conflictos artificiales y exacerbados”, las cúpulas mantienen una serie de diferencias, cruzadas por cuestionamientos a “la falta de transparencia y democracia” en la conducción de la CUT.

De profesión tipografista y con una vida dedicada a la defensa de las reivindicaciones de los trabajadores, según reconocen moros y cristianos, Arturo Martínez, se ha mantenido por cerca de una década a la cabeza de la CUT.

Sin embargo, el largo período que  lleva liderando la organización sindical más grande del país -pese a que se desconoce el número real de afiliados- es una de las principales críticas que esgrimen sus detractores, puesto que aseguran que ha ocupado prácticas “reprochables para acallar” a quienes ve como una amenaza a su liderazgo y, por otro lado, atraer a las organizaciones más chicas que le dan votación.

En esa línea, cuentan que Martínez,  de militancia socialista y quien fuera un cercano al senador Camilo Escalona, se ha aliado con su secretario general, Guillermo Salinas (PC), para mantenerse en el poder. De hecho, éste último habría jugado un rol clave para que en el IX Congreso Nacional de la CUT, el debate para implementar el voto universal fuera “postergado”, dado que no sería conveniente para introducir “más democracia y transparencia” en la conducción de la multisindical, a la que además, acusan de “estar alejada de la realidad del mundo de los trabajadores”.

En este escenario es que el poder que ha tenido el líder de la Central ha ido en franca decadencia, ya sea porque tanto a nivel nacional como internacional se ha legitimado a otras organizaciones como la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), como por la poca capacidad de convocatoria que demostró durante el 1° de mayo de 2010, en el debut del gobierno de Sebastián Piñera.

A ello se suman las críticas de quienes lo acusan de haber sido “útil” a los gobiernos de la Concertación y de mantener prácticamente el mismo perfil en la actual administración.

“Tiene un doble discurso, combativo para la galería, pero capaz de alcanzar acuerdos truchos para salir bien posicionado”, dicen sus críticos.

 

 

 

De la Puente en un nuevo escenario

“Generoso, aportador y sobre todo un caballero”, son las características con que describen al presidente de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF), Raúl de la Puente, las mismas que demostró en su último enfrentamiento con Martínez al recordarle que “los trapitos sucios se lavan en casa”.

Al igual que su colega de la CUT, el liderazgo de este funcionario del Ministerio de Educación, que lleva más de 15 años a la cabeza de la organización que agrupa a más de 100 mil trabajadores fiscales, también ha perdido fuerza.

Así, a diferencia de la potente movilización que encabezó hacia fines del gobierno de Michelle Bachelet cuando logró paralizar la administración pública por varias semanas en una señal de molestia ante la inflexibilidad que mostraba el entonces ministro de Hacienda, Andrés Velasco, para aumentar el reajuste, el año pasado, en igual proceso, no logró demostrar el mismo poder.

De hecho, durante las negociaciones, algunos de los dirigentes de la mesa del sector público, le cuestionaron la “poca fuerza” que tuvo para mantener el paro.

A lo que también se sumaron las críticas que ha recibido para demostrar con mayor énfasis el malestar que existe en el mundo de los trabajadores públicos ante las masivas desvinculaciones que ha llevado a cabo la administración de Sebastián Piñera, pese a que durante la campaña prometió lo contrario. Quienes lo defienden destacan que tiene poco interés de protagonismo por lo que desmienten que quiera ocupar el lugar de Martínez.

 

 

Profesores con menos fuerza

Aún cuando opta marginarse de la polémica que mantienen Martínez y De la Puente, asegurando que se trata de una disputa “inflada”, el presidente del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo, es uno de los principales defensores del líder de la multisindical.

De hecho aclara que el debate del voto universal que según muchos resultó aplacado en el último Congreso de la Central, es uno de los compromisos que quedó a firme en la instancia y uno de los desafíos en los que hay que avanzar, porque si bien “estamos todos de acuerdo en que debe haber voto universal, hoy no están las condiciones para implementarlo”, explica.

El gremio de los docentes es uno de los más grandes que integran la CUT, con más de 64 mil afiliados con sus cuotas al día, pero que a nivel de inscritos agruparía a más de 100 mil profesores.

Gajardo, al igual que Martínez, también cuenta con sus detractores, quienes le reprochan la pérdida de liderazgo del gremio, puesto que no ha logrado alcanzar el nivel de antaño, en paralizaciones importantes del gremio, pese a la resistencia a los cambios
educacionales que ha propuesto el Ministerio del ramo, bajo el liderazgo de Joaquín Lavín.

 

 

El creador de la paralela UNT

“Cansado de la falta de democracia interna y de respeto a las propias estructuras”, en 2004, quien fuera uno de los fundadores de la CUT y dirigente del sector financiero, Diego Olivares (DC) decidió abandonar la multisindical y fundar la Unión Nacional de Trabajadores (UNT).

La organización, que en la actualidad agrupa a más de 92 mil de trabajadores del mundo privado, a diferencia de la Central, ha desarrollado un perfil “más dialogante” tanto con los empresarios como con el gobierno.

De hecho, la entidad fue una de las impulsoras de la mesa del sector agrícola que logró acercamientos entre trabajadores y empresarios.

En esa línea, el mismo Olivares reconoce que los tiempos y los sistemas de producción han cambiado como para sentarse a conversar con las autoridades con otro tono, con el fin de reivindicar las demandas de los trabajadore. Asimismo, es partidario de la negociación colectiva por sector, porque está convencido que hay que avanzar en esa agenda.

Su crítica a los partidos políticos es directa: “Plantear que el movimiento sindical no puede seguir dependiendo de la decisión que tomen los partidos”.

 

 

El “dolor de cabeza” de Mañalich

Es a la fecha una de las pocas mujeres a la cabeza de una organización sindical. Carolina Espinoza lleva menos de un año al mando de la Confederación Nacional de Funcionarios de la Salud Municipalizada (Confusam). Y no sólo es heredera del ex titular de la agrupación, Esteban Maturana, sino que también su pareja. Sin militancia polítca, esta mujer se ha logrado convertir en “una pulga en el oído” para el ministro de Salud, Jaime Mañalich, demandando respeto y mejoras para los trabajadores de su sector.

Y si bien ha puesto énfasis en señalar que el movimiento sindical debe estar “unido” para enfrentar al actual gobierno, también ha sido una crítica de la gestión de Martínez. Lo acusa de “falta de transparencia y democracia” y de que la CUT no ha jugado un rol importante en casos como el de los mineros y ha estado “ausente” en debates de interés nacional como es la discusión del post natal.

Desde esa perspectiva, Espinoza también hace “un mea culpa”, al señalar que “no hemos tenido capacidad para revertir lo que ocurre en el mundo sindical. Hay baja conciencia social y la actual CUT es reflejo de lo que pasa en Chile”.

La Confusam agrupa a cerca de 26 mil trabajadores de la salud municipalizada, un bajo número respecto de otras organizaciones como la misma ANEF o los profesores, sin embargo, muestra, a su favor, una alta tasa de sindicalización (70%) en contraste con lo que ocurre a nivel país la que no pasa del 6%.

 

 

 

Cuevas: la disidencia “desde adentro”

Emblema de las movilizaciones de los subcontratistas de Codelco, en 2007, Cristián Cuevas, es de los pocos dirigentes sindicales que públicamente ha reconocido ser “un disidente” de Arturo Martínez a la cabeza de la CUT.

En 2008 intentó llegar a la secretaría general de la multisindical, y si bien sacó el doble de votos que su principal contendor para el cargo -el titular del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo- el Partido Comunista (PC) habría truncado su triunfo, optando por la permanencia del dirigente de los docentes. En recompensa, en esa ocasión, la CUT le entregó la Secretaría de Negociación Colectiva, Conflictos y Solidaridad.

Luego que infructuosamente intentara movilizar al sector salmonero y forestal, y tras su frustrada apuesta por llegar a la Cámara de Diputados en las elecciones de 2009, Cuevas ha perdido protagonismo en el liderazgo del mundo sindical pese a que viajado por todo Chile organizando a los trabajadores y ayudando a organizar sindicatos. Para el último Congreso de la CUT, se encontraba en Australia, por lo que tampoco tendrá un rol el 1° de mayo, pues recién estaría volviendo al país la próxima semana.

 

De la Puente en un nuevo escenario

“Generoso, aportador y sobre todo un caballero”, son las características con que describen al presidente de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF), Raúl de la Puente, las mismas que demostró en su último enfrentamiento con Martínez al recordarle que “los trapitos sucios se lavan en casa”.

Al igual que su colega de la CUT, el liderazgo de este funcionario del Ministerio de Educación, que lleva más de 15 años a la cabeza de la organización que agrupa a más de 100 mil trabajadores fiscales, también ha perdido fuerza.

Así, a diferencia de la potente movilización que encabezó hacia fines del gobierno de Michelle Bachelet cuando logró paralizar la administración pública por varias semanas en una señal de molestia ante la inflexibilidad que mostraba el entonces ministro de Hacienda, Andrés Velasco, para aumentar el reajuste, el año pasado, en igual proceso, no logró demostrar el mismo poder.

De hecho, durante las negociaciones, algunos de los dirigentes de la mesa del sector público, le cuestionaron la “poca fuerza” que tuvo para mantener el paro.

A lo que también se sumaron las críticas que ha recibido para demostrar con mayor énfasis el malestar que existe en el mundo de los trabajadores públicos ante las masivas desvinculaciones que ha llevado a cabo la administración de Sebastián Piñera, pese a que durante la campaña prometió lo contrario. Quienes lo defienden destacan que tiene poco interés de protagonismo por lo que desmienten que quiera ocupar el lugar de Martínez.

 

 

Profesores con menos fuerza

Aún cuando opta marginarse de la polémica que mantienen Martínez y De la Puente, asegurando que se trata de una disputa “inflada”, el presidente del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo, es uno de los principales defensores del líder de la multisindical.

De hecho aclara que el debate del voto universal que según muchos resultó aplacado en el último Congreso de la Central, es uno de los compromisos que quedó a firme en la instancia y uno de los desafíos en los que hay que avanzar, porque si bien “estamos todos de acuerdo en que debe haber voto universal, hoy no están las condiciones para implementarlo”, explica.

El gremio de los docentes es uno de los más grandes que integran la CUT, con más de 64 mil afiliados con sus cuotas al día, pero que a nivel de inscritos agruparía a más de 100 mil profesores.

Gajardo, al igual que Martínez, también cuenta con sus detractores, quienes le reprochan la pérdida de liderazgo del gremio, puesto que no ha logrado alcanzar el nivel de antaño, en paralizaciones importantes del gremio, pese a la resistencia a los cambios
educacionales que ha propuesto el Ministerio del ramo, bajo el liderazgo de Joaquín Lavín.

 

 

El creador de la paralela UNT

“Cansado de la falta de democracia interna y de respeto a las propias estructuras”, en 2004, quien fuera uno de los fundadores de la CUT y dirigente del sector financiero, Diego Olivares (DC) decidió abandonar la multisindical y fundar la Unión Nacional de Trabajadores (UNT).

La organización, que en la actualidad agrupa a más de 92 mil de trabajadores del mundo privado, a diferencia de la Central, ha desarrollado un perfil “más dialogante” tanto con los empresarios como con el gobierno.

De hecho, la entidad fue una de las impulsoras de la mesa del sector agrícola que logró acercamientos entre trabajadores y empresarios.

En esa línea, el mismo Olivares reconoce que los tiempos y los sistemas de producción han cambiado como para sentarse a conversar con las autoridades con otro tono, con el fin de reivindicar las demandas de los trabajadore. Asimismo, es partidario de la negociación colectiva por sector, porque está convencido que hay que avanzar en esa agenda.

Su crítica a los partidos políticos es directa: “Plantear que el movimiento sindical no puede seguir dependiendo de la decisión que tomen los partidos”.

 

 

El “dolor de cabeza” de Mañalich

Es a la fecha una de las pocas mujeres a la cabeza de una organización sindical. Carolina Espinoza lleva menos de un año al mando de la Confederación Nacional de Funcionarios de la Salud Municipalizada (Confusam). Y no sólo es heredera del ex titular de la agrupación, Esteban Maturana, sino que también su pareja. Sin militancia polítca, esta mujer se ha logrado convertir en “una pulga en el oído” para el ministro de Salud, Jaime Mañalich, demandando respeto y mejoras para los trabajadores de su sector.

Y si bien ha puesto énfasis en señalar que el movimiento sindical debe estar “unido” para enfrentar al actual gobierno, también ha sido una crítica de la gestión de Martínez. Lo acusa de “falta de transparencia y democracia” y de que la CUT no ha jugado un rol importante en casos como el de los mineros y ha estado “ausente” en debates de interés nacional como es la discusión del post natal.

Desde esa perspectiva, Espinoza también hace “un mea culpa”, al señalar que “no hemos tenido capacidad para revertir lo que ocurre en el mundo sindical. Hay baja conciencia social y la actual CUT es reflejo de lo que pasa en Chile”.

La Confusam agrupa a cerca de 26 mil trabajadores de la salud municipalizada, un bajo número respecto de otras organizaciones como la misma ANEF o los profesores, sin embargo, muestra, a su favor, una alta tasa de sindicalización (70%) en contraste con lo que ocurre a nivel país la que no pasa del 6%.

 

 

 

Cuevas: la disidencia “desde adentro”

Emblema de las movilizaciones de los subcontratistas de Codelco, en 2007, Cristián Cuevas, es de los pocos dirigentes sindicales que públicamente ha reconocido ser “un disidente” de Arturo Martínez a la cabeza de la CUT.

En 2008 intentó llegar a la secretaría general de la multisindical, y si bien sacó el doble de votos que su principal contendor para el cargo -el titular del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo- el Partido Comunista (PC) habría truncado su triunfo, optando por la permanencia del dirigente de los docentes. En recompensa, en esa ocasión, la CUT le entregó la Secretaría de Negociación Colectiva, Conflictos y Solidaridad.

Luego que infructuosamente intentara movilizar al sector salmonero y forestal, y tras su frustrada apuesta por llegar a la Cámara de Diputados en las elecciones de 2009, Cuevas ha perdido protagonismo en el liderazgo del mundo sindical pese a que viajado por todo Chile organizando a los trabajadores y ayudando a organizar sindicatos. Para el último Congreso de la CUT, se encontraba en Australia, por lo que tampoco tendrá un rol el 1° de mayo, pues recién estaría volviendo al país la próxima semana.

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