El mercado bursátil de Estados Unidos siguió recuperándose este lunes, mientras se espera ver cómo avanzan las negociaciones comerciales que los delegados del país están llevando a cabo con representantes chinos en Londres.
Al cierre de Wall Street, el Nasdaq subió 0,3% y el S&P 500 escaló 0,09%, mientras que el Dow Jones no tuvo cambios. Con ello, el S&P 500 logra retener los 6.000 puntos, anotar en el margen un nuevo máximo desde febrero y defender la zona de mercado alcista (bull market) alcanzado el viernes.
A nivel local, el S&P IPSA cerró plano en 8.174,92 puntos. Las acciones de SQM-B (2,6%) y Falabella (2,17%) presionaron al alza, pero en la otra vereda se ubicaron otros pesos pesados, como Santander (-1,19%) y Banco de Chile (-0,88%).
En Europa, el continental Euro Stoxx retrocedió 0,16% y el FTSE 100 de Londres no tuvo cambios relevantes. Al cierre de la Bolsa de Tokio, el Nikkei 225 aumentó 0,92%, y en China, el Hang Seng hongkonés subió 1,63% y el continental CSI 300 ganó 0,29%.
Vaso medio lleno
Hubo comentarios positivos sobre la reunión en la capital inglesa, aunque sin detalles. El secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, dijo que las conversaciones entre Washington y Beijing fueron "fructíferas", y su par del Tesoro, Scott Bessent, habló de una "buena reunión". Por su parte, el presidente Trump dijo ante la prensa que "nos está yendo bien con China. China no es fácil", y que "sólo estoy recibiendo buenas noticias".
"Por el momento, EEUU mira el vaso medio lleno, ya que las renovadas esperanzas de conversaciones reconciliadoras con China y un informe de empleo mejor de lo esperado el viernes dieron cierto consuelo a los inversionistas. Los mercados asiáticos también se vieron impulsados por las perspectivas de una relajación de las tensiones comerciales entre las dos mayores economías del mundo", escribió temprano el jefe de mercados en Interactive Investor, Richard Hunter.
De acuerdo con el analista, se contempla una probabilidad de que Washington modere algunas de sus posturas, teniendo en cuenta que Beijing tiene una ventaja particular en lo que se refiere a su cuasi monopolio de las tierras raras. Y por otro lado, el gigante asiático estaría deseoso de aliviar los impactos negativos sobre su economía.
Las últimas cifras de comercio exterior chinas dieron cuenta de que la guerra arancelaria le ha significado un golpe más profundo de lo esperado. Las exportaciones subieron 4,8% interanual en mayo (versus la estimación de 6%), y las importaciones cayeron 3,4% (se esperaba una caída más moderada de 0,8%). Además, la inflación tanto al consumidor como al productor se ha mantenido en terreno negativo.