El BCE se resiste a dar su brazo a torcer a la hora de dar
pistas sobre una próxima rebaja de los tipos de interés, y el dato de IPC de
hoy de la zona euro complica aún más las opciones de un recorte.
La inflación se disparó en marzo hasta el 3,6%, sus máximos
desde que en 1997 comenzó a publicarse el informe del IPC armonizado. Este dato
desata nuevos récords en el euro, y de paso, en el petróleo.
Las continuas advertencias contra las tensiones
inflacionistas no se están viendo reflejadas por el momento en un freno en la
escalada de los precios.
Para colmo, la publicación del dato de IPC ha provocado una
súbita reacción en las divisas, y a su vez, en el petróleo. Los operadores del
mercado de divisas han incrementado su apuesta inversora por el euro. Los obstáculos
inflacionistas para una próxima rebaja de los tipos del BCE han situado el
nuevo récord del euro en 1,5912 dólares.
De forma paralela, apenas media hora después del dato de
inflación, el precio del petróleo renovaba sus techos. El enésimo declive de la
moneda estadounidense dejaba en bandeja el rebrote del crudo, hasta batir sus máximos
con 111,24 dólares en el barril tipo West Texas.
Precios
Ni siquiera el 3,5% anticipado por el dato provisional del
IPC servió de techo. El dato definitivo de marzo publicado hoy por Eurostat
ha cifrado la subida de los precios en unadécima más, en el 3,6%, un nivel inédito
desde que en 1997 comenzara a elaborarse el Índice de Precios de Consumo
Armonizado (IPCA).
El Banco Central Europeo puede encontrar con este dato un
argumento más para mantenerse firme en su política monetaria,y resistirse al
menos a corto plazo a las rebajas de tipos esperadas por los analistas. El 3,6%
se queda muy lejos del objetivo límite del 2% de inflación establecido por el
organismo emisor.