Por José Manuel Duarte
Una sorpresa se llevó el mercado la semana pasada con el anuncio de Principal Financial Group de comprar la AFP Cuprum al grupo chileno Penta. La propuesta de la aseguradora estadounidense tomó desprevenido a una industria que estaba atenta a otro posible cambio de manos, el de Provida. El banco español BBVA, su controlador, anunció a mediados de año que está evaluando desprenderse de sus activos en el mercado previsional en América Latina.
Sin embargo, esta no es la primera vez que una AFP cambia de dueño intempestivamente. Desde sus comienzos, hace 30 años, esta industria ha visto entrar y salir de la propiedad de las gestoras a distintos actores. Su mismo origen ha sido diverso.
Los primeros años
En el inicio del sistema de capitalización individual, en 1981, los protagonistas en la propiedad de las AFP fueron los grandes grupos económicos chilenos. Nombres como Cruzat, Vial, Angelini y Matte dominaban el sector, en un contexto de altas exigencias de capital que impuso el gobierno.
Al poco andar, no obstante, Chile enfrentó la mayor crisis del sistema financiero de la que se tenga recuerdo, que incluyó el derrumbe de la banca en 1982. Y, en estas circunstancias, varios de los empresarios de entonces se vieron forzados -en algunos casos, con expropiación, como lo que le sucedió a Cruzat- a salir del negocio previsional.
Fue el momento que aprovecharon compañías internacionales, como la aseguradora estadounidense Aetna, para ingresar a la industria previsional chilena.
“Para las empresas es un negocio rentable, incluso con sus limitantes”, afirma el primer superintendente de AFP, Juan Ariztía.
Durante los ‘90 los controladores de bancos -chilenos y extranjeros- comenzaron a ingresar al sector.
“Más que nada -señala el ex presidente de Provida, Gustavo Alcalde- porque lo veían como un negocio afín al financiero”.
Así, en 1998 eran estos grupos financieros (Corp Group, Penta y Citigroup, por ejemplo) los que tenían protagonismo en esta industria, marcada por la importancia de la gestión de activos y una clara división entre la administración de los mismos y aquella de la AFP como empresa.
El cambio de milenio significó un fuerte reacomodo en el sector, donde rápidamente el número de actores se redujo. “Desde un comienzo esto se consideró como una industria de giro exclusivo; esto fue lo que alejó a los dueños de los bancos”, explica el ex jefe de la división financiera de la Superintendencia de Pensiones, Fernando Sánchez.
¿El resultado? de los trece actores presentes en 1998 ya eran sólo seis en 2004 y cinco en 2008.
“En esta industria hay importantes economías de escala, por lo tanto, es un sector que ha tendido permanentemente a concentrarse”, añade el ejecutivo. Lo anterior, por lo demás, en un marco donde los ruidos sobre cambios regulatorios han resurgido cada cierto tiempo.
En este contexto, un capítulo especial lo escribieron los propios dueños de bancos, entre los cuales hubo interés por ingresar al negocio de las AFP a través de filiales, lo que fue -desde la autoridad y parte del mundo político- resistido.
Dada la importancia de la estabilidad en la regulación, el presidente de la Asociación de AFP, Guillermo Arthur, señala a la comisión Marcel como pivotal en la historia de las AFP. Esta instancia, sostiene, “le dio solidez al sistema, y las empresas quieren eso, que esté validado”.
Fortalezas y desafíos
Sánchez explica que los atractivos del sector van de la mano de ser una solución para el problema previsional en el mundo. “Tener la posibilidad de ser un actor en un sistema que está probando ser exitoso es sumamente atractivo para todos”, dice.
Ariztía agrega que “a pesar de que existen claras limitantes a lo que una AFP puede dedicarse, los dueños pueden integrar y hacer negocios transversales”, en especial de industria afines como la aseguradora.
Sobre los desafíos hacia adelante, el ex superintendente sintetiza la opinión de los expertos: “lo que tienen que hacer las AFP es mejorar el acceso a la información de los cotizantes. La gente debe entender que esto es un ahorro, que depende de ellos”, concluye.