Tal como el resto de los principales mercados del mundo, los commodities también vieron variaciones a la baja, aunque el efecto podría ser más bien pasajero, gracias a que persisten condiciones de mercado que darían soporte a los precios.
El cobre, principal exportación del país, cayó ayer a US$ 3,47 la libra, debido al avance del dólar y a que el costo de los bonos italianos subió a niveles muy altos, lo que destacó el débil panorama de la economía y los temores sobre la restricción en la demanda de metales.
Sin embargo, el efecto de la demanda china podría ser más marcado que los acontecimientos de Europa. La producción de cobre refinado del gigante asiático cayó en octubre, su segundo declive en dos meses, debido a la escasez de concentrado y chatarra de cobre, según datos oficiales.
El petróleo WTI, por su parte, también experimentó una baja y cerró en
US$ 95,59 el barril. Además del consabido efecto proveniente de Europa, el incremento en los inventarios, que decepcionó a los inversionistas, ayudó a la caída.
En la otra vereda, si bien también cayeron nominalmente, tanto el oro como la plata vieron cambios muy leves en sus cotizaciones, con precios de US$ 1.780 y US$ 34,58 la onza, respectivamente. Ello implica caídas de 0,78% para el oro y 0,17% para la plata.
Donde mejor se puede ver que el efecto de la caída de las bolsas de ayer sería acotado es en el índice GSCI de S&P, que registra las variaciones de los commodities. Éste mostró durante todo octubre tendencia al alza, cerrando el lunes en 665,59 puntos.