No parece que vienen buenos tiempos para los mercados. Nouriel Roubini, uno de los pocos que anticipó la crisis financiera del año 2008, ha vuelto a pronosticar turbulencias.
El economista escribió una columna en The Guardian donde aseguró que se está dando una paradoja en el mundo financiero. Por un lado, las bajas tasas de interés han creado una masiva liquidez. Y por otro, los recientes shocks -el "flash crash" de 2010, cuando el Dow Jones cayó más de mil puntos en media hora, y el "taper tantrum", cuando los bonos saltaron por unos días-, indican que esta liquidez inyectada por los bancos centrales ha significado una "severa iliquidez" en las bolsas.
Las tasas de interés de política están cerca de cero en las economías más avanzadas y la base monetaria se ha disparado en relación con el período anterior a la crisis, lo que ha elevado mucho el precio de estos activos (bonos principalmente).
El problema es que éstos se mueven en mercados poco líquidos y cuando pasa algo -como cuando Ben Bernanke anunció el término el relajo monetario-, los inversionistas de alto riesgo, que operan con sofisticados programas computacionales capaces de poner órdenes en segundos, actúan como manada, inundando el mercado y produciendo los shocks que se han visto.
Por lo mismo, señala Roubini, esta combinación "es una bomba de tiempo" , pues cuando se dé la orden de subir tasas u otra similar, se producirá el crash. "La macro sigue alimentando booms y burbujas, pero la falta de liquidez pinchará la burbuja y colapsará", advirtió.
Jornada negra para los bonos
Y algo leve de eso se vivió ayer. Las declaraciones del presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, que pronosticaba un aumento de los precios, alejando de esta forma los fantasmas de la deflación, se tradujo en una severa caída en los bonos.
Tras acumular un avance de 2,3% hasta mediados de abril, el índice de bonos Global Broad Market de Bank of America Merrill Lynch, con un valor de US$ 41 billones, ahora registra una baja de 0,4% en el año, perdiendo todo lo ganado en el 2015.
En el caso del bono alemán a 10 años, si bien se fue recuperando en el transcurso de la jornada, en la mañana de ayer sus rendimientos llegaron a un máximo de ocho meses.
Las oscilaciones del mercado hicieron que los comentarios de Draghi llegaran al otro lado del Atlántico, provocando un aumento de la rentabilidad de los bonos del Tesoro de EEUU a diez años hasta el 2,37%, su nivel más alto desde noviembre del año pasado.
El ajuste en el mercado también llegó a los inversionista cambiarios. El euro se apreció frente a sus 16 principales pares internacionales, extendiendo su mayor racha de alzas de tres días desde 2009.
