Los mercados financieros mundiales entraron en pánico el 22 de mayo pasado, cuando el titular de la Reserva Federal norteamericana (Fed), Ben Bernanke, dio a entender que podría reducir el ritmo de compra de US$ 85.000 millones en bonos y letras del Tesoro estadounidense, reduciendo la excesiva liquidez que ha caracterizado al mundo desde la crisis de 2008.
Prueba de ello es la reacción que han tenido las bolsas en el período, donde se han destruido US$ 3,8 billones (millones de millones) en capitalización de mercado alrededor del mundo, un retroceso de 6,8% en el período y que equivale al tamaño de la economía de Japón.
Según datos de Bloomberg, parte importante de esa merma se produjo entre el 19 y 20 de junio, el día posterior a la conferencia de prensa de Bernanke en donde reiteró que a fin de año la autoridad monetaria estadounidense podría reducir el ritmo de los estímulos.
Sólo entre el miércoles y el jueves pasado se desvanecieron US$ 1,8 billones de los mercados bursátiles.
El panorama por zona
Las principales pérdidas de valor se centraron en los mercados emergentes, especialmente de América Latina, donde la pérdida bursátil superó los dos dígitos en plazas como la argentina, mexicana y brasileña. Esto, en medio de la desaceleración económica de la zona y el retroceso en el valor de las materias primas (ver tabla).
Por su parte, el mercado chileno fue el quinto que más valor perdió entre las principales 20 plazas del mundo.
Así, desde el 22 de mayo la bolsa local vio reducir su riqueza en más de
US$ 36.000 millones, retrocediendo 11,5%.
¿Qué sucedió?
Bernanke, dio por primera vez señales de que la autoridad monetaria estadounidense podría reducir su ritmo de compra de bonos, programa que ha inyectado mayor liquidez a la economía estadounidense para incentivar su reactivación.
En la reunión de junio, llevada a cabo la semana pasada, el economista reiteró el discurso, especificando que la reducción del dinamismo de la compra de deuda podría darse a fines de este año, y el retiro total de los estímulos durante el próximo año.
A esto se le agregaron las dudas que genera la desaceleración de China, la segunda economía mundial, debido al menor ritmo de crecimiento del principal consumidor de materias primas del mundo que han llevado a los analistas a cuestionar que alcance su meta de crecimiento de 7,5% este año.