Los efectos del envejecimiento de la población, en un contexto de mayores expectativas de vida y bajas tasas de natalidad generan preocupación mundial.
En su último reporte, de este mes, el Fondo Monetario Internacional (FMI), indicó que “se esperan cambios demográficos sin precedentes a lo largo de este siglo, los cuales están generando problemas cada vez más urgentes que todos los países deberán enfrentar”.
El organismo advirtió que el crecimiento de la población mundial se desacelerará desde el 1,1% anual antes del Covid-19, a prácticamente cero entre 2080 y 2100.
Además, el FMI “espera que la disminución continua de la fertilidad y el aumento de la longevidad provoquen cambios drásticos en la estructura etaria de las economías, con una proyección de aumento de 11 años en la edad promedio de la población mundial entre 2020 y finales de siglo”.
“Adquiere especial relevancia la necesidad de incrementar el ahorro previsional para poder solventar la mayor esperanza de vida de la población y garantizar la sostenibilidad del sistema a largo plazo”. PAULINA YAZIGIPRESIDENTA ASOCIACIÓN DE AFP

La situación en Chile
El sistema de pensiones chileno ya está reflejando este panorama.
A diciembre de 2024, el número de afiliados de AFP de entre 20 y 30 años se ubicó en 2,6 millones, mientras que el tramo cayó en 183 mil en los últimos cinco años, según el informe previsional económico de la Asociación de AFP.
En detalle, el segmento entre 20 y 25 años descendió en 86 mil afiliados desde el cierre de 2019, mientras que el de mayores de 25 años y hasta 30 años exhibe unos 97 mil afiliados menos en el período.
La presidenta de la Asociación de AFP, Paulina Yazigi, alertó que los datos muestran que la transformación demográfica de los últimos cinco años provocó una pérdida de casi 200 mil jóvenes afiliados al sistema previsional.
“Esta tendencia enciende alarmas sobre un complejo escenario futuro, caracterizado por la disminución sistemática de la población joven y el simultáneo aumento de adultos mayores”, expresó Yazigi.
La proporción de personas jóvenes en Chile ha disminuido de forma sostenida en el tiempo y se espera que dicha tendencia continúe.
Pero además de la disminución de población joven, también existe otro factor que pesa sobre el sistema previsional: el ingreso tardío al mercado laboral.
Si se considera el número de cotizantes activos, vale decir, las personas que están ahorrando para su pensión, en los últimos dos años se exhiben 90 mil personas menos de edades de entre 20 y 30 años.
Según la última ficha previsional de la Superintendencia de Pensiones, la edad promedio de incorporaración al sistema previsional es de 27 años, aunque ha tocado los 28 y 29 años en períodos recientes.
Impacto en pensión
Pese a las tendencias mencionadas, los jóvenes entre 20 y 35 años hoy se encuentran en mejor situación previsional que hace 30 años.
Al cierre de 2024, del total de jóvenes, el 83% estaba afiliado al sistema de AFP y el 44% cotizaba. Lo anterior, se traduce en un aumento de 38 y 19 puntos porcentuales, respectivamente, versus del panorama en 1994.
Para Yazigi, en el panorama actual, “adquiere especial relevancia la necesidad de incrementar el ahorro previsional para poder solventar la mayor esperanza de vida de la población y garantizar la sostenibilidad del sistema a largo plazo”.
El estudio de las AFP advierte que, si bien cada aporte previsional es relevante, las cotizaciones en edades tempranas resultan más significativas debido a la cantidad de años que restan para el retiro, permitiendo que los fondos acumulados se capitalicen durante un período más prolongado.
El gerente de estudios de la Asociación de AFP, Roberto Fuentes, aseguró que “el ingreso temprano al trabajo formal es clave, porque maximiza los beneficios de la capitalización individual en el tiempo. Cotizar desde los 25 años en lugar de los 27 años puede significar una pensión 11% más alta”.
En cuanto a los saldos de capitalización individual, si bien exhibieron un crecimiento sostenido en todos los segmentos de edad entre 2004 y 2019, entre ese año y 2023, los jóvenes sufrieron disminuciones sustanciales.
Si bien el estudio consignó que podría atribuirse a múltiples factores, como la densidad de cotizaciones, la edad de afiliación y la rentabilidad de los fondos, se explica principalmente por los retiros previsionales.
En todo caso, la buena noticia es que la recuperación de los saldos es una tendencia que va al alza.
Mercado laboral
Otra señal de alerta está en el empleo. “Estamos viendo cómo factores como la precariedad y la informalidad laboral, el desempleo juvenil y el ingreso tardío al mercado formal, están afectando directamente la capacidad de ahorro previsional de los jóvenes”, dijo Fuentes.
Las personas menores de 35 años tienen una tasa de participación laboral de 58,7% y de ocupación del 51,8%, ambos indicadores por debajo de grupos de mayor edad.
En tanto, la tasa de desempleo asciende a 11,7%, según las cifras del INE para el trimestre móvil octubre-diciembre y sobre ellos pesa una informalidad de 25,7%, indicadores por sobre otros grupos.
Además, el ingreso imponible real de los cotizantes más jóvenes ha crecido 0,9% anual en los últimos cinco años, cifra menor al 1,7% que registra, en promedio, el total de cotizantes del sistema para el mismo período.
“Para un afiliado hombre que comienza a cotizar a los 25 años, la diferencia entre un crecimiento salarial anual de 1% versus uno de 2% representa una reducción cercana al 15% en su pensión autofinanciada”, sentenció el estudio.