"Nuestra primera lucha fue contra el conservadurismo de la gente"

Tras sortear diversos obstáculos, la empresa Rethink está logrando posicionar el producto que beneficiará, por el momento, al comercio vitivinícola.

Por: | Publicado: Viernes 4 de febrero de 2011 a las 05:00 hrs.
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Macarena Richmond

La historia comienza en 2004 con la cesantía del bioquímico Gastón García y su gusto por las flores. Junto a Daniel Loaiza, su socio y amigo de toda la vida, se les ocurrió desarrollar una fórmula que pudiese prolongar la vida de éstas una vez que se comercializaban. Partieron ofreciendo el producto en pequeñas florerías en las calles y con mucha precisión les indicaron a los dueños que lo único que deberían hacer es poner una determinada cantidad del líquido en el agua donde mantenían las flores y no botarlo ni cambiarlo. Esto les permitiría, por una parte, ahorrar agua pues no tendrían que renovarla cuatro veces al día como es la costumbre y, lo más importante, podrían recuperar el 30% de flores que se ponían mustias y les generaba pérdidas.

Pero les fue mal. La gente seguía cambiando el agua y si se perdían flores no importaba porque, según los propietarios, "el negocio era así y siempre lo seguiría siendo. Fue en ese momento que aprendieron la primera lección, nos dimos cuenta que frente a lo primero que uno lucha, es contra la cultura y el conservadurismo de la gente, contra lo que ha hecho siempre", comenta Gastón García.

Contra viento y marea

Luego del fracaso con el líquido para las flores, García realizó una pasantía en Inglaterra. Como en su anterior trabajo estuvo en contacto con el mercado frutícola, especialmente con las exportaciones de uva, comenzó a observar qué ocurría con esta fruta. Sabía que la uva chilena competía con la sudafricana, sin embargo, la fruta nacional, al viajar por más días - 25 contra siete días- llegaba más deteriorada y, por lo tanto, se vendía menos y a menor precio. Entonces recordó su fórmula.

Apenas llegó a Chile realizó unas pruebas utilizando el líquido de nutrientes en esta fruta y los resultados fueron positivos, la uva se mantenía por más tiempo. A partir de entonces, junto a su socio y en un improvisado laboratorio casero, se enfocaron en desarrollar una fórmula adecuada que no alterara la fruta, pero había un detalle: no tenían el capital para desarrollar comercialmente el producto.

Golpearon varias puertas. La primera fue la del ex empleador de Gastón, pero el no fue rotundo. Lo mismo les ocurrió en muchas otras empresas que se asustaban ante la idea de incorporar un elemento "extraño" en las uvas.

En sus mentes aun estaba el caso de las uvas envenenadas y no estaban dispuestos a correr el riesgo. Por otra parte, sus familias les pedían abandonar la idea y encontrar un trabajo estable. Pero como buenos emprendedores, mantuvieron el proyecto y luego de postular al concurso "Innovación para el Futuro" organizado por la Universidad Adolfo Ibáñez, Neos y la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM), consiguieron el tercer lugar. El premio consistía en incorporarlos a una incubadora, en este caso Octantis, y la gestión y financiamiento de la patente. Al tiempo obtuvieron apoyo de una línea de capital semilla de Corfo y al probarse el concepto, esta misma institución les otorgó una segunda línea para comenzar a echar a andar el proyecto. Ahí nace Rethink, la empresa de biotecnología que comercializará SaviaGrapes en Chile, el dispositivo encargado de otorgar a la uva un aspecto de 30 días cuando en realidad tiene 60..

La recta final

El siguiente paso fue exportar, pero nuevamente había que sortear una serie de obstáculos como la obtención de permisos para el ingreso de la uva a distintos países, certificaciones por parte del SAG y un diseño de envase atractivo y que asegurara la nutrición correcta de la fruta. Octantis los ayudó a conectarse con distintas personas para gestionar los temas que los dos bioquímicos desconocían.

Actualmente se encuentran tramitando la patente mundial y por estos días debieran obtener la nacional. Paralelamente, trabajan junto a Anasac, quien actúa como comercializador del novedoso dispositivo. A la fecha ya sacan cuentas alegres. Mientras, el año pasado vendieron un millón de dispositivos, para este año esperan superar los tres millones. Estas cifras representan unas 300 mil cajas exportadas y Chile vende al extranjero 120 millones de cajas anuales, por lo tanto las probabilidades de crecimiento son más que auspiciosas.

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