El estado de salud de las finanzas públicas del país ha formado parte del debate de los candidatos presidenciales de cara a las primarias de este domingo y también en la arena política en general, en medio de la discusión de la Ley de Presupuesto para el próximo año.
La medida que marca el ritmo de sus signos vitales y que guía esta conversación es principalmente una: el nivel de deuda del país respecto a su Producto Interno Bruto (PIB).
Hoy esa cifra es del 42% y tiene dos lecturas que se analizan de forma conjunta. Una, positiva, es que el nivel aún está bajo el umbral del 45% clasificado como “deuda prudente” y otra, negativa, es que la cifra es el doble de lo que registraba el país hace una década y el nivel sigue creciendo.
También, ese 42% y su proyección son gran parte de lo que define el diagnóstico del nivel de riesgo para el país, que hoy Fitch Ratings clasifica en “A-” con perspectiva estable. La nota más alta en América Latina.
"A los mercados les gusta más Kast, pero creo que también se sentirán cómodos con Jara. En definitiva, el mercado va a pensar que Chile continuará con la prudencia de este Gobierno".
En entrevista con Señal DF, el director senior de Soberanos para las Américas de Fitch Ratings, Richard Francis, apunta que para que Chile no pierda ese estatus, quebrar la tendencia ascendente del endeudamiento será una gestión fundamental por parte del próximo Presidente.
Desde su oficina en Nueva York, apunta que “para empezar a estabilizar la deuda en términos de PIB, el próximo gobierno necesita un ajuste fiscal modesto o un incremento en el crecimiento, o mejor aún, ambos. Pero en la práctica vemos que en Chile un incremento en el crecimiento en el corto plazo es muy difícil, por lo que es importante el ajuste fiscal que vendrá”.
Más allá de la divergencia de las propuestas de los candidatos presidenciales, todas tienen un efecto en las cuentas fiscales, recalca. Desde el oficialismo, Jeannette Jara impulsaría mayor gasto en beneficios sociales, mientras que Kast apostaría por los recortes de impuestos. Pese a eso, el director de Fitch tiene una visión clara que repite a lo largo de la entrevista: “Creemos que tanto la izquierda como la derecha tienen prudencia fiscal”.
“Los candidatos siempre dicen que van a incrementar los gastos y recortar impuestos. Pero ser candidato es una cosa y ser Presidente es otra. Pienso que los candidatos serán prudentes primero y luego intentarán ejecutar sus programas”, agrega.
En ese sentido, reconoce que esa “prudencia” de los candidatos provoca una dicotomía con sus propuestas actuales y además cuestiona la viabilidad técnica de sus promesas en materias de recortes de gastos, mayores programas sociales y el compromiso de que Chile vuelva a crecer al 4% anual.
En recortes “Chile no es Argentina” y un 4% de crecimiento es “alcanzable, pero difícil”.
De la candidatura a la presidencia
-¿Qué está en juego en estas elecciones?
-Para estabilizar la deuda por debajo del 45% del PIB, el Gobierno va a necesitar algún tipo de reforma: tanto un incremento de impuestos como un ajuste por el lado del gasto. Y existe el riesgo de que ninguno de los candidatos logre un ajuste fiscal suficiente para conseguir esa estabilización. Si Kast reduce impuestos, puede afectar los ingresos y, como resultado, provocar un mayor déficit fiscal. En el caso de Jara ocurre lo opuesto, pero con el mismo efecto: incrementar los gastos para ampliar programas sociales puede generar un déficit fiscal.
¿Cuál es el impacto? Bueno, si la deuda como porcentaje del PIB continúa aumentando, probablemente tendríamos que cambiar la perspectiva a negativa.
-¿Hay algún candidato que dé mayor certeza de ser más prudente por el lado fiscal?
-Creemos que cualquier candidato va a ser prudente y que los déficits fiscales estarán por debajo del 3% del PIB. En Chile existe un consenso general de que el país necesita déficits fiscales prudentes, sin importar quién gane. Incluso Boric, en un principio, señaló que quería incrementar el gasto social en 8% del PIB, pero solo si lograba los ingresos suficientes. Ha sido prudente, y pienso que cualquier candidato lo será en el futuro.
-Ser prudentes significaría dejar de lado los programas de Gobierno...
-Ser candidato es una cosa y ser Presidente es otra. Los candidatos siempre dicen que van a incrementar los gastos y recortar impuestos. Para ganar proponen cosas que, al final, no se pueden cumplir. Claro, cumplirán algunas, pero no todas. Pienso que los candidatos van a ser prudentes y después intentarán ejecutar sus programas.
-¿Esa percepción la comparte el mercado?
-A los mercados les gusta más Kast, pero creo que también se sentirán cómodos con Jara. En definitiva, el mercado va a pensar que Chile continuará con la prudencia de este Gobierno.
Megarectores: “No hay espacio”
-¿Cree que las propuestas de los candidatos sobre recortes de gastos no son viables?
-En Chile, los gastos son inflexibles y me parece que no hay tanto espacio para reducirlos de manera agresiva. Para lograrlo, el Presidente tendría que recortar programas sociales —lo que no sería popular— o cortar gastos de inversión —lo que impacta el crecimiento—. Entonces, aunque existe algo de espacio, lo veo muy difícil. Chile no es Argentina.
-Kast propone US$6 mil millones de recorte al año y Kaiser US$15 mil millones.
-Es mucho. Veo muy difícil un recorte de ese tamaño. Si realmente quieren recortes brutales, tendríamos que analizar los detalles y ver el impacto en el déficit fiscal. Pero, repito, tengo dudas de que se pueda aplicar un ajuste tan fuerte.
-El argumento de los candidatos de derecha es que un recorte de impuestos no afectaría la recaudación fiscal, porque la baja de tasas se compensaría con mayor crecimiento.
-Tengo dudas sobre eso. Muchos gobiernos intentan reducir impuestos, pero normalmente eso se traduce en una reducción de ingresos y en un déficit fiscal mayor. En el caso de Chile, se necesita al menos un ajuste cercano a 1% del PIB para empezar a estabilizar la deuda. Por tanto, si se reducen impuestos, habría que reemplazar esos ingresos por otra vía.
-En el caso de Jara, el foco va por entregar mayores beneficios sociales. ¿Hay espacio para eso?
-Para incrementar el gasto social van a necesitar encontrar nuevas fuentes de ingresos, y eso será difícil, sobre todo si no cuentan con apoyo en el Congreso. A los tres meses, todo Presidente debe publicar su agenda fiscal y ahí sabremos si realmente el 45% del PIB será o no el techo para el nuevo Gobierno.
Crecer más: “alcanzable, pero difícil”
-La bandera común de los candidatos es que Chile debe crecer más, y muchos prometen un crecimiento anual de 4%. ¿Es realista?
-Hemos visto choques externos que han impactado el crecimiento de Chile: primero la caída en el precio del cobre en 2013, luego las protestas sociales de 2019 y después la pandemia. Hay desafíos, y va a ser difícil llegar al 4%. Aunque es posible, se necesita una combinación de reformas estructurales, mejoras en el clima de negocios, más inversión, y también algo de suerte respecto al precio del cobre y del litio. Entonces, sí: es alcanzable, pero difícil.
-¿Qué reformas estructurales se necesitan?
-Este Gobierno ya ha comenzado a reducir procesos burocráticos para mejorar el clima de negocios. Otra reforma útil sería una laboral que permita un mercado laboral más flexible. En general, se trata de incrementar la inversión, y eso requiere reformas estructurales.
-En el aspecto laboral, ¿cree que el aumento del salario mínimo, la reforma de pensiones y las 40 horas han ido en sentido contrario?
-El salario mínimo es importante para apoyar el consumo, pero representa un costo para los negocios, al igual que la jornada de 40 horas. Entonces, si realmente se quiere subir el salario mínimo y reducir horas de trabajo, se deben hacer otras reformas que compensen esos costos para las empresas.
-¿Cuál podría ser el cisne negro para Chile?
-Si pensamos en algo negativo, probablemente vendría desde un déficit fiscal mayor o desde un choque externo. Algo más profundo podría ser una caída en el precio del cobre —por ejemplo, que pase de casi US$4 a US$2—. Y, claro, cualquier evento como el de 2019 también puede ser negativo.
Pero si el Gobierno hace lo necesario para mejorar el clima de negocios, y el crecimiento llega realmente al 4%, podríamos pensar en algo positivo. Aunque probablemente ninguno de esos escenarios ocurra en uno o dos años, por eso mantenemos una perspectiva estable.
Nota a Boric: “Prudente”
-¿Cómo evalúa la gestión del actual Gobierno?
-Pensamos que ha sido bastante prudente. La deuda como porcentaje del PIB ha subido, pero no mucho. El crecimiento ha sido modesto, pero al menos ha aumentado durante su mandato. Para gastar más en lo social buscó ingresos y, si no los obtuvo, no gastó. Eso es prudente. Esa es la palabra.
-Desde la oposición le critican que los modelos de proyección de ingresos mostraron desviaciones importantes y llevaron a un déficit. ¿Coincide?
-Tal vez no llegó a la meta, pero al menos los déficits fiscales están bajando y la senda ha mejorado. Y probablemente es más importante la tendencia que se observa que el déficit final.
-¿Como sintetiza la visión de Fitch sobre el país?
-Chile todavía tiene la clasificación más alta de América Latina, tiene instituciones prudentes, una senda fiscal que mejora, un banco central independiente con una meta de inflación y mucha credibilidad. Pero también hay desafíos, el PIB per cápita es mucho más bajo que la categoría en general, Chile depende mucho del cobre, necesita una diversificación y el crecimiento económico ha sido bastante modesto. Por otro lado, efectivamente en Chile la deuda interna sigue muy por debajo de la categoría y ni hablar al compararla con los Estados Unidos o Francia, pero también hay que reconocer que la economía en los EEUU es mucho más rica y diversificada. Por eso el país tiene A- y Estados Unidos AA+. 