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Un parche para sanar heridas crónicas: emprendimiento chileno gana concurso israelí

María Inés Díaz desarrolló un producto que regenera heridas, en particular de diabéticos.

Por: M. Winter | Publicado: Lunes 10 de diciembre de 2018 a las 04:00 hrs.
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Desde Jerusalén

Tenía 16 años cuando ganó un cupo para ir de intercambio por cuatro meses a Pittsburg, Estados Unidos, una experiencia que “me hizo click, me abrió la mente. Todo era súper distinto”, recuerda María Inés Díaz, emprendedora chilena, quien acaba de ganar Start Jerusalem 2018, un concurso de la embajada de Israel, cuyo premio consistió en una visita a ese país para participar de un encuentro de innovación.

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Hoy, casi veinte años después, su producto para regenerar heridas crónicas, Nanoderm, la tiene viajando por el mundo para generar redes, levantar capital y conocer a otros emprendedores biotecnológicos.

Y todo apunta a que seguirá viajando. En el mundo 150 millones de personas sufren de heridas crónicas y a 2035 llegarán a 200 millones. Muchas de ellas son consecuencia de la diabetes. Un 30% de las producidas por esta enfermedad termina en amputación. En Chile, en tanto, el 10% de la población tiene diabetes y se proyecta que crezca a un 15% a 2035.

Comienzo en la UC

María Inés estudió biología en la Universidad Católica y luego comenzó trabajó con Alexis Kalergis, el creador de la vacuna contra el virus sincicial. Más tarde, en 2008 se doctoró en la Universidad de Chile y realizó su pasantía en Biosonda, con María Inés Becker. “Me llamó la atención que la empresa fuera de una mujer. Fue otro click, porque pensé que algo así me gustaría hacer”.

En 2015 llegó su oportunidad. Se asoció con un ingeniero y fundó Biocellix. “Al principio fue como un juego, pero cuando postulamos a Startup Chile y quedamos, nos dio confianza”, cuenta Díaz.

Hoy tienen tres productos, pero el más importante es el parche que busca regenerar heridas crónicas a base de colágeno y pequeñas partículas de cobre, que ayudan a inhibir el crecimiento de microorganismos e infecciones. “Nos gustaría que tenga estándares internacionales y que pueda llegar al mercado mundial”, afirma la emprendedora.

Del viaje a Israel, destaca haber conocido casos similares al suyo, como una emprendedora que tiene un parche para niños con quemaduras, y las conexiones, algo crítico para este momento de su emprendimiento, en que requiere fondos para hacer un “clinical trial”.

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