Cultura

Teatro online, el género que nació en pandemia

The Cow Company fueron los primeros en Chile en lanzar una plataforma de teatro por Zoom. Un nuevo género que ha marcado la pauta cultural durante la pandemia, creando audiencias que también son comunidades. Ahora, con ayuda de la tecnología, lanzan el ciclo Dilema con un formato más interactivo. DF MAS participó de un ensayo virtual y también conversó con los protagonistas detrás de escena.

Por: Sofía García-Huidobro | Publicado: Viernes 25 de diciembre de 2020 a las 12:00 hrs.
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Aló, aló.

Martes a las 21.00 horas, un link de Zoom permite entrar al tercer ensayo de Matrimonio, obra escrita por Antonio Zisis que abre el ciclo Dilema en The Cow Company. Se trata de un nuevo formato completamente interactivo donde los personajes plantean ciertos caminos posibles y la audiencia puede votar para decidir por mayoría cómo continúa la historia. El ensayo se atrasa 20 minutos de su horario original por razones domésticas.

A las 21.23 se conectan Marcos y Jacky Alvo, socios de The Cow Company, la productora que el pasado 17 de abril partió con el teatro Zoom en Chile. Se suman luego los actores Nicolás Oyarzún y Francisco Germain, que junto a Emilio Edwards, completan el elenco de Matrimonio.

Mientras llegan todos, Marcos Alvo cuenta que cada función de Dilema va a contemplar dos o tres caminos posibles, según la elección del público. La actuación final representa un 50% del guión total, porque todos los finales están previamente escritos, explica el productor. También recuerda las series de libros infantiles y adolescentes como Elige tu propia aventura, que fueron muy populares para toda una generación. “La diferencia es que esos libros uno igual se los releía hasta completar todos los caminos. Aquí cada función es única”, comenta.

La opción de repetir una misma obra queda abierta y sujeta a la recepción del público. Germain aporta una referencia más contemporánea, el especial interactivo Bandersnatch de la serie inglesa Black Mirror, aunque admite que sus decisiones en ese caso lo llevaron a un resultado decepcionante.

Se suma a la conversación Emilio Edwards que viene entrando a su casa. Pide disculpas por el atraso y se puede ver a su hijo pequeño apuntando a la cámara con una linterna. Mientras se instala, el resto conversa sobre algunas indicaciones a la obra. Oyarzún prueba un filtro que los hace ver con caras de niños y comentan los usos dramáticos que podría tener esa herramienta. Se apagan las cámaras. “¡Mierda, mierda, cabros!”, se escucha. Y van entrando a escena, en este caso, a la pantalla.

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¡Y acción!

Matrimonio se trata de una reunión virtual entre un novio y sus dos mejores amigos, el día antes del casorio. Hablan del nerviosismo y del vals, en un tono cotidiano y casual. Hasta que en un momento el novio, interpretado por Edwards, pierde conexión de Internet, y Germain le confiesa a Oyarzún que tiene una información que puede hacer peligrar la unión.

En ese momento, aparecen dos opciones en pantalla: “El día antes de casarse, ¿le dirías a tu mejor amigo que su novia le fue infiel?” Sí. No. Cada espectador vota y en cosa de segundos se muestra la alternativa que consiguió más clicks. La obra avanza entonces en esa dirección.

El ensayo dura un poco más de una hora y la historia transcurre casi en tiempo real. En un momento uno de los actores se pierde en el texto porque las alternativas en pantalla aparecieron en distinto orden que en el guión. Se escuchan las voces de los hermanos Alvo, que participan del ensayo con sus cámaras apagadas: “Página 28, número 459”. Y en ese mismo momento corrigen el dato. Al día siguiente tendrán su cuarto ensayo para el estreno del sábado 26 a las 22 horas.

Al final de la obra, suena la canción “El Venado”, alusiva a la trama de la obra, Es una broma interna, se ríen. Son las 22.40 y el elenco junto con los productores se quedan conversando sobre qué ajustes realizar para condensar la historia en menos tiempo.

Detrás de la pantalla

“No había una expectativa inicial, fue un experimento y funcionó”, comenta Alvo a nueve meses de la primera función online producida por The Cow Company. En este tiempo suman 35 piezas distintas abiertas al público, además de las funciones privadas para empresas. El productor señala que tienen unas 600-700 conexiones promedio por función. Y además de obras de teatro han transmitido lecturas dramatizadas, espectáculos de magia y funciones de stand up comedy.

Imagen foto_00000001Marcos Alvo, productor The Cow Company. 

“Estamos en una nueva etapa de exploración, investigando qué otras cosas nos permite la tecnología”, agrega. Así concibieron el ciclo Dilema que permite la participación con el público de manera ágil a través de una herramienta que ofrece la misma plataforma. Dentro de las sorpresas del formato, Alvo destaca la interacción con un público cautivo que asiste a practicamente todas las funciones y que se ha transformado en una verdadera posibilidad.

Durante enero estarán con funciones de Dilema y LivingFest, ciclo que reúne una selección de obras escritas por Rafael Gumucio durante este año. “Vamos a ver cómo se va dando, pero mientras la gente siga con cuarentenas y podamos llegar a regiones, seguiremos”, dice.

Agrega: “Estamos muy contentos y orgullosos porque hemos sido compañía en tiempos de encierro. La gente necesitaba formar parte de algo y en los conversatorios posteriores a la función se genera un fenómeno especial -por estos tiempos casi desaparecido- el de la masas: compartir con muchas personas que están presenciando lo mismo que tú y poder interactuar con ellos, aunque sea de manera virtual”.

“Me siento Zoomaturgo”

Para el proyecto Dilema convocaron a distintos autores; el dramaturgo Antonio Zisis escribió Matrimonio, y también Asesinato, que se estrena el 30 de diciembre con las actuaciones de Luz Valdivieso, Marcial Tagle y Luis Gnecco.

Zisis cuenta que en octubre volvió de Madrid donde estuvo estudiando un año, de manera que le tocó vivir la pandemia primero en Europa y luego reinsertarse en Chile. Cuando Alvo le propuso escribir piezas interactivas, aceptó encantado. “Se trata de una experiencia completamente distinta al teatro tradicional, más parecida a la lógica de los videojuegos. Ha sido un desafío muy entretenido”, comenta sobre este nuevo formato.

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Antonio Zisis

Tiene que escribir cuatro historias en una, de manera de abarcar las distintas opciones que pueda escoger el público sin que la narración pierda fuerza en ninguna de ellas. También asiste a los ensayos para ver si el ritmo y la estructura funcionan bien en voz de los actores, o si es necesario introducir ajustes.

Gumucio estuvo a cargo de Vacuna, dilema que trata de un anciano que no quiere vacunarse contra el Covid-19. La obra será su debut interactivo y está programada para principios de enero. El escritor profundiza sobre su experiencia este año. “Esto nació de la nada. Estábamos recién encerrados, yo viviendo en Estados Unidos, y se me ocurrieron estas obras cortas. Son comedias cercanas, modestas y pequeñas, pero con buenos actores. Primera vez en mi vida que soy el primero en algo”, comenta riendo.

Durante seis meses estuvo escribiendo una obra semanal, siempre ancladas a temas de actualidad: el 10% de las AFP, las clases online, una reunión de directorio y alcaldes de matinales, entre muchos otros.

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Rafael Gumucio.

Gumucio, que ya había escrito teatro y adaptado varios textos para las tablas, distingue: “El teatro tradicional es más reflexivo y atemporal, no sé si se puede montar Hamlet en Zoom, no lo creo. El teatro online es un nuevo género, que también se mezcla con la televisión. Hoy no me siento más dramaturgo, me siento “Zoomaturgo”. Fui parte de la creación de una nueva forma de hacer teatro y eso me parece infinitamente interesante”.

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