Expectativas, precio de exportaciones, ventas de viviendas, bolsa.
Todo va al alza en las últimas semanas, lo que genera la pregunta de si
estamos presenciando el fin de la crisis y el inicio de una nueva etapa.
La
teoría de los “brotes verdes” -expresión que se utiliza en los países
anglosajones cuando se identifican señales de recuperación- parece
estar ganando cada vez más adeptos en Chile.
En el mercado se
atreven a afirmar que buena parte de los números que se han conocido
durante el último tiempo pueden dar luces de que lo peor de la crisis
está quedando atrás.
Y si bien se entiende que la última
palabra no está dicha, al menos entre los economistas se admite que el
escenario que se vislumbra hoy “no es el mismo que se veía en enero y
ni siquiera en marzo”.
Se frena la baja
En la actual crisis, las expectativas se han convertido en la variable a monitorear más importante entre los especialistas.
La
visión que existe es que ésta es una crisis de confianza,
principalmente en Chile, donde no se vieron los problemas financieros
de las naciones desarrolladas ni tampoco había desequilibrios
macroeconómicos.
El fuerte apretón de la actividad durante el
cuarto trimestre del año pasado -y que explica en parte las malas
cifras anualizadas que se ven hasta ahora- fue generado en gran medida
por el temor sobre la evolución del shock externo. Se detuvieron
inversiones, se paró el gasto y, en el sector financiero, se restringió
violentamente el crédito. Todo esto generó un efecto multiplicador que
llevó a las malas cifras de actividad en los últimos meses de 2008 y a
una especie de profecía autocumplida.
Así, las importantes
mejoras en la confianza de consumidores, evidenciadas en las encuestas
de la Universidad de Chile la semana pasada, y de la Cámara de Comercio
de Santiago hace cerca de un mes, podrían ser el motor que nuevamente
haga funcionar la economía. Esto, aunque la confianza empresarial aún
muestra rezago.
El informe de la entidad gremial mostró su mejor
nivel desde 2006, mientras la de la casa de estudios volvió a cifras
pre crisis.
El efecto de esta visión más optimista -o menos
negativa- de los chilenos pueda tener sobre el comercio no es fácil de
calcular, pero ratifica los mejores pronósticos para la segunda mitad
del año.
En el segundo semestre hay otros factores que
contribuirán a la reactivación de la demanda interna, como el mayor
impacto de la política fiscal expansiva y de las bajas en la Tasa de
Política Monetaria.
Hace varios meses que los economistas tenían
internalizado que estas políticas jugarían un rol importante en la
segunda parte del año, pero hoy el escenario se ve más benigno para que
funcionen.
Por un lado, la recuperación del mercado bursátil -el
IPSA acumula un alza de 36% en el año- ha revitalizado las confianzas
de ese sector y la generación de riqueza a partir de estos mejores
números incidirán a la hora de reactivar inversiones que están
detenidas.
Y aunque aún se ve una cierta restricción en la
oferta de créditos -según la última encuesta del Banco Central-, ella
ha bajado en relación al primer trimestre.
Esto, combinado con
las menores tasas en los créditos a personas y empresas podrían
configurar un escenario más proclive al gasto privado y a la inversión.
De
hecho, ya hay algunos datos que reflejan recuperación en este rubro. El
más claro: el alza de 11% en las ventas de viviendas nuevas entre abril
y junio, la primera desde inicios de 2007.
Más allá de los
ofertones que han impulsado algunas inmobiliarias, en el mercado
afirman que esto ratifica que la gente tiene más confianza en el
futuro, por lo que está dispuesta a invertir.
Además, las ventas del comercio llevan dos meses consecutivos creciendo, según la Cámara Nacional de Comercio.
Recuperación global
Lo que cruza toda la reactivación esperada a partir del segundo semestre es el escenario externo.
Aunque
las perspectivas para el año hablan de contracciones en las economías
desarrolladas, en 2010 habrá un repunte. Y el impulso de China sería
mayor al esperado a inicios de 2009.
El alza del cobre durante
los últimos meses -que subió a US$ 2,60 la libra el viernes- reconocen
estas mejores perspectivas internacionales.
Estos valores
permiten la reanudación de faenas detenidas por no ser rentables,
impulsando a su vez otros sectores que entregan insumos y servicios a
la minería, como la industria y la construcción.