Desde San Francisco, Estados Unidos
En 2014 se creó la Sustainable Ocean Alliance (SOA), una organización global sin fines de lucro que busca impulsar soluciones tecnológicas y de impacto orientadas a restaurar y proteger los océanos. Con sede en San Francisco, la entidad invierte en startups en etapas tempranas de todo el mundo y en 2019 creó el fondo de capital de riesgo Seabird Ventures, para canalizar inversión privada hacia proyectos con potencial de escalamiento y retorno económico.
Una de las cuatro paradas de la gira Chile Tech Tour 2025 de ProChile por Estados Unidos, es San Francisco. La agenda en esta ciudad incluyó una reunión con la inversionista del SOA y de Seabird Ventures, Alicia Hernández, en la que participaron cinco startups de tecnologías climatech y agrotech que son parte de la delegación chilena.
En entrevista con DF, la inversionista mexicana afirmó que están “mirando al país” para invertir en startups y que el negacionismo climático del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, abre oportunidades para que los inversionistas miren otras regiones como Latinoamérica, Europa y Asia.
“Estamos mirando al país con ánimos de invertir en lo relacionado con pesca y acuicultura sostenible y tal vez en descarbonización marítima”.
- ¿Cómo evalúa el desarrollo y las capacidades de innovación del ecosistema climatech chileno?
- Chile se distingue en Latinoamérica por el nivel regulatorio. El Gobierno ha sido un impulsor impresionante de este tipo de tecnologías climáticas, y eso aumenta la confianza desde el punto de vista del inversionista. La regulación es un incentivo, pues baja el riesgo de las inversiones en el sector. Es bueno ver ese desarrollo en Chile, que viene a la par del impulso en infraestructura. Por ejemplo, ha sido uno de los principales países de la región en desarrollar infraestructura para los vehículos de energía limpia o de carga. Eso, junto con tener los incentivos para que el consumidor haga la transición de un auto a bencina a uno de energía limpia, amplía el mercado.
- ¿Entre sus planes está invertir en startups en Chile?
- Estamos mirando al país con ánimos de invertir en lo relacionado con pesca y acuicultura sostenible y tal vez en descarbonización marítima. Todavía no tenemos una inversión en una empresa basada en Chile, pero tenemos firmas de otros países que están allí, como la escocesa Ace Aquatec, que desarrolla tecnología para la acuicultura sostenible y está trabajando con la industria del salmón.
La economía chilena está claramente ligada al océano por la pesca y a la exportación por el nivel de consumo de alimentos del mar en otros países. Dentro de las verticales en las que trabajamos hace mucho sentido poder encontrar una startup en ese sector en Chile.
- ¿Qué verticales priorizan y cómo operan sus vehículos de inversión?
- Invertimos en startups en etapas semilla hasta serie A, con foco en reducción de emisiones; circularidad o reducción de plásticos; acuicultura sostenible; ecosistemas y restauración; además de datos y monitoreo. SOA tiene dos vehículos de inversión: el fondo evergreen, que siempre está abierto y funciona sin fines de lucro, con donaciones y apoyo filantrópico o de inversionistas de impacto. Aquí se invierte con acceso a equity (participación) de las startups y una vez que hay retornos, estos se pueden reinvertir en nuevas startups.
El otro vehículo es Seabird Ventures. En este caso, opera como un venture capital (capital de riesgo) donde SOA es el manager y tiene LPs (socios limitados) tradicionales con interés en el retorno financiero, pero finalmente alineados a la misma misión y con foco en impacto. Lo interesante es que el carry (participación en las ganancias) no se queda únicamente en un individuo, sino que impacta en lo que hacemos como SOA a favor de la salud de los océanos.
Seabird es un fondo de unos US$ 5 millones y está ejecutado al 90%. Estamos en el último año de despliegue de capital del fondo uno, nos queda un ticket y algunos recursos para hacer follow on (seguimiento) dentro de nuestras empresas. Estamos evaluando un segundo fondo. Entre los dos vehículos manejamos tickets que oscilan entre los US$ 100 mil y US$ 150 mil y tenemos 69 startups de más de 25 países en nuestro portafolio, de Norteamérica, Latinoamérica, Europa y Asia.
Desafíos regionales
- ¿Qué barreras afectan la inversión o no permiten escalar soluciones climatech en Latinoamérica?
- Uno de los retos principales es el acceso a capital. En Estados Unidos, en un lugar como Silicon Valley, hay mucho acceso a inversionistas. Pero en Latinoamérica esas fuentes de inversión son más limitadas, y en particular dentro de climatech y en océanos, pues hay una brecha aún más grande. Sin embargo, hay un trabajo muy importante que están haciendo los poquitos fondos que hay de climatech en la región, en educar al inversionista extranjero respecto de la oportunidad de invertir; que el riesgo no es tan alto como algunos piensan; y que los mercados son grandes. Si piensas en México, Brasil, Colombia o Chile, tienes mercados que pueden ser atractivos para los inversionistas.
- ¿Cómo afecta el negacionismo climático del presidente Donald Trump a las inversiones en climatech?
- El principal impacto ha sido en Estados Unidos. Hemos visto que muchas startups que estaban en etapa temprana y tenían acceso a subsidios o fomentos públicos, están viéndose en la necesidad de encontrar nuevas fuentes de financiamiento, ya que esos apoyos no están llegando. Y a la vez, eso ha impactado en la confianza tanto de los inversionistas locales como de los europeos o asiáticos. Pero también ha abierto la oportunidad de mirar a otras regiones, como Latinoamérica, Asia y Europa, para explorar oportunidades de inversión en ambientes regulatorios más estables.