Fue hace casi cinco años cuando el argentino Maximiliano Chab fundó Elevva en Buenos Aires. Su trayectoria, hasta ese momento, estaba lejos del venture capital y las startups: sumaba más de una década en el mundo de las finanzas, con pasos por JPMorgan en Nueva York y Lazard, uno de los bancos de inversión independientes más grandes del mundo.
El giro hacia el emprendimiento lo dio junto a otros dos compatriotas: Aníbal de Frankenberg (también ex Lazard) y Félix Elizalde (ex MercadoLibre). La tesis de los socios era que había una oportunidad en el e-commerce y en la consolidación de marcas digitales que, aunque funcionaban bien, requerían capital, tecnología y gestión para escalar. Así nació Elevva, firma diseñada para conectar a vendedores de Latinoamérica y potenciar sus productos.
Corría 2021. Plena fiebre del comercio electrónico. Y aprovechando el buen momento de la industria, concretaron su primer batatazo: levantaron US$ 30 millones con la participación de fondos globales y regionales como Asymmetric Capital, MatterScale Ventures, Canary y Redwood Ventures, además de ángeles como Pierpaolo Barbieri (fundador de Ualá) y Matt Robinson (fundador de GoCardless).
Desde un comienzo, el crecimiento fue agresivo. En solo siete meses ya registraban operaciones en Chile, Colombia y México; un equipo de más de 100 personas, y hubs en Argentina y China. La estrategia de expansión incluyó la compra de empresas en plazas estratégicas. Una de ellas fue Chile.
Y hoy, una de esas transacciones derivó en un complejo frente judicial: una querella por estafa calificada que apunta directamente a Maximiliano Chab y a ex trabajadores de la compañía. Esta es la historia.
De un WhatsApp a los $ 6.000 millones
Los hermanos Gonzalo y Ángelo Arecco siempre han sido emprendedores. Uno de sus grandes aciertos fue la marca BodyTrainer, importadora de equipamiento deportivo home gym que se vendía en los principales marketplaces de Chile: Falabella, Mercado Libre, Paris y Ripley.
El éxito fue inmediato. La pandemia disparó la demanda por productos de entrenamiento en casa y fue en ese contexto que Elevva apareció en el mapa. Según la querella, la intención inicial era colaborar y establecer un negocio conjunto.
Todo partió, dice el documento judicial, con un WhatsApp. Fecha: 19 de octubre de 2021. Un business analyst de Elevva escribió al call center de BodyTrainer. “Estuvimos observando su tienda en Falabella, así como también la página web, y nos gustó mucho el mix de productos (...) Nuestra propuesta consiste en asociarnos con vendedores para maximizar y escalar negocios a través de nuestros equipos especializados”, decía el mensaje.
Pero ese mismo día la estrategia cambió. El mismo trabajador envió un correo, esta vez dirigido a Gonzalo Arecco, con una propuesta distinta: adquirir la compañía. Un mes después, en noviembre, Elevva volvió a la carga con una oferta concreta: $ 5.500 millones. La cifra valorizaba a BodyTrainer en seis veces su utilidad neta de los últimos 12 meses. La oferta se materializó en diciembre de 2021 con una carta de intención.
Con los números sobre la mesa, los hermanos Arecco aceptaron. El negocio se cerró definitivamente en abril de 2022 con la firma de la compraventa. ¿El precio pactado? UF 197.881 (unos $ 6.000 millones de la época). El pago, explica el libelo, se haría en tres tandas: la primera, un 50% inicial al contado; las otras dos, de 25% cada una, serían pagaderas el 14 de octubre de 2022 y el 14 de abril de 2023.
En el papel, todo parecía en orden. Así se lee en la querella ampliada que los Arecco presentaron en mayo pasado: “Se presentaron en todo momento como una entidad seria y responsable, que supuestamente contaba con suficiente capacidad financiera y experiencia para adquirir y continuar desarrollando el negocio de BodyTrainer (...) desde los primeros mensajes enviados a nuestros representados por WhatsApp, Elevva alardeaba contar con ‘capital disponible para realizar esta expansión’ y el apoyo de ‘inversionistas de primer nivel’”.
Pero, acusan los hermanos Arecco en su querella, “todo fue un engaño”.
“Sociedad de papel”
A juicio de los querellantes, Elevva solo cumplió con el primer pago. Cuando se acercaba la fecha de la segunda cuota, la startup trasandina envió una carta notificando que no desembolsaría el dinero. El argumento: el negocio adquirido, a su juicio, “escondía vicios”.
Acto seguido, el conflicto escaló a sede arbitral. Elevva tomó la ofensiva y demandó; los Arecco contraatacaron exigiendo el cumplimiento del contrato. Según relata la querella actual, el árbitro Luis Aróstegui desestimó la postura de la firma argentina, rechazó su libelo y la condenó a pagar el saldo restante.
Pero el laudo no se materializó y el dinero, dice la querella, nunca llegó. Sin embargo, el proceso no fue en vano. En el marco de una medida cautelar dictada durante el mismo arbitraje, el interventor de la causa constató un dato: la filial chilena de la startup argentina “era en realidad una sociedad ‘de papel’; un cascarón vacío que no registraba ingresos ni giro comercial sobre los cuales ejecutar la sentencia”.
La acusación de los chilenos es que allí se destapó un esquema premeditado. Según la acción judicial, el plan de Elevva desde un inicio habría sido “adquirir compañías acordando pagos en cuotas y, llegada la fecha de vencimiento, suspender el pago a fin de forzar a que la vendedora se contentara con una fracción muy inferior del precio real, o bien, aceptara no recibir nada bajo la amenaza de declararse en quiebra”.
El escrito advierte, además, que este no sería un caso aislado. Habría más firmas chilenas en una situación similar.
Vaciamiento patrimonial
La ofensiva legal cuenta con firmas de peso. La acción fue redactada por los socios de BACS José Pedro Silva y Miguel Schürmann -este último, conocido también por ser el jurista personal del Presidente Gabriel Boric-. En el escrito, advierten que habría otras firmas chilenas víctimas del mismo modus operandi que BodyTrainer, como Punta Ranco SpA (distribuidora de marcas como Kano Chile y Relajación&Hogar) e Importadora y Exportadora D-Njoy Chile SpA (vinculada a productos electrónicos).
Pero el nudo central de la querella apunta al “vaciamiento patrimonial” de la compañía adquirida. Los abogados acusan que los nuevos dueños comenzaron a vender “mercadería a precios irrisorios, extrayendo sus fondos y utilizando sus activos con otros fines”.
Para justificarlo, entregan datos del arbitraje: el laudo constató que se enajenaron productos incluso bajo el costo de adquisición, con descuentos que superaban el 70%. “Ninguna persona razonable que pretenda mantener un negocio a flote vendería productos bajo esas condiciones”, dispara el texto.
No solo eso. El objetivo final, según el libelo, habría sido liquidar el negocio por dentro, vaciando también la caja. “¿Qué sentido tendría ahora intentar recuperar una empresa así? Aun solicitando la nulidad relativa por dolo, nuestras representadas recibirían una sociedad vacía —o, más precisamente, vaciada—”.
De acuerdo a los cálculos presentados a la justicia, el perjuicio experimentado por los hermanos Arecco asciende a al menos $ 3.800 millones.
“Acá no hubo ninguna estafa”
DF MAS se comunicó con uno de los fundadores de Elevva y él, bajo reserva, entrega una versión muy diferente a la de la querella.
“Acá no hubo ninguna estafa”, parte diciendo. “Esto es un abuso del sistema penal por parte de la contraparte, con fines comerciales. Presentan la denuncia de estafa años después de los hechos que alegan, prueba de que es todo un chiste”.
“Ya nos hemos presentado voluntariamente ante la justicia a declarar para contar la verdad y evitar que esto siga avanzando. Operamos en Chile y en la región desde 2021, con múltiples empresas, y este es el único conflicto judicial que hemos tenido en todo este tiempo”.
Respecto al no pago de las cuotas restantes, el founder de Elevva explica: “Frenamos el pago e iniciamos acciones legales porque después de adquirir la empresa y acceder a la información completa tomamos conocimiento de que sus ex dueños habían ocultado información e incluso dado información falsa respecto de las ventas de la sociedad, de cómo continuaría el negocio luego de la adquisición, del traspaso de cuentas en marketplaces (lo que cualquiera que opere en ecommerce sabrá que es crucial para la viabilidad de un negocio de este tipo), sobre aspectos clave relativos al inventario, entre otras cosas. En resumen, actuaron de mala fe escondiendo información que era parte fundamental para que ocurriera la transacción”.
En tanto, respecto al supuesto vaciamiento patrimonial, el fundador lanza: “No hubo ninguno. Heredamos una compañía con un enorme sobrestock y con productos de liquidación y se operó con el máximo sentido económico, dadas las restricciones con las que nos encontramos por la información que nos habían ocultado. ¿Por qué compraríamos la empresa para luego vender sus productos a precios bajos si pudiéramos venderlos a precios más altos? Es realmente insólita la acusación.
El founder también descarta un supuesto vaciamiento de caja. “Nuestro objetivo, como cualquier negocio, es crecer las compañías que compramos tanto en ventas como en rentabilidad. La idea de adquirir una compañía, pagar el primer pago gigante que pagamos, para luego vaciarla y heredar un litigio va en contra de cualquier tipo de lógica que busca generar un beneficio económico. Lo que pasó acá es que nos vendieron algo que no era, así de simple”.
-Según la querella, un interventor judicial constató que la filial chilena de Elevva funciona como una “sociedad de papel” o cascarón sin activos, pese a estar operativa. ¿Por qué operan bajo esa estructura en el país?
-Por favor, no alimentemos mentiras. El interventor jamás declaró que Elevva funcione como una sociedad de papel ni que sea un cascarón sin activos. Esa es una de las tantas alegaciones falsas contenidas en la querella, con el agravante de que fabrican citas inexistentes de documentos judiciales para intentar respaldar tales falsedades.
Mientras el litigio avanza, Elevva sigue funcionando activamente en Chile y la región. Su imagen corporativa, de hecho, se mantiene robusta: en 2024 fueron seleccionados por Forbes México entre las “30 Promesas de los Negocios”. La operación tampoco se detiene. Están contratando a nuevos talentos y gestionando marcas en industrias como juegos infantiles, fitness, outdoor, tecnología, decoración y climatización, entre otros.