A Leonidas Vial le atraen los negocios y los problemas. Cómo no se iba a interesar, entonces, por Empresas Banmédica, el principal conglomerado de la salud en Chile, puesto a la venta por un cansado inversionista extranjero justo después de la crisis más grande que han sufrido las isapres en su historia.
Es parte del ADN de Vial, dicen quienes lo conocen. Es competitivo, se mantiene siempre activo buscando oportunidades y le gustan, sobre todo, las compañías que representan un desafío. Mucho más allá de su rol histórico como socio de LarrainVial, ha demostrado eso en su paso por Colo-Colo, su entrada a La Polar y, en una época más reciente, con su apuesta por la financiera Global y su fallido intento por quedarse con Clínica Las Condes (CLC).
Fue esta última experiencia particularmente clave para que se interesara por el mundo de la salud y específicamente de las clínicas. Vial era accionista minoritario de la CLC cuando atravesaba su peor momento, con una tasa de ocupación en el piso y una maraña de escándalos y juicios protagonizados por su entonces presidente Alejandro Gil, pareja de la excontroladora, Cecilia Karlezi.
Ahí, Vial intentó convencer a Gil de que le vendiera la clínica, pero las negociaciones no perduraron. Finalmente, fueron EuroAmerica y el grupo Indisa (liderado, justamente, por el socio de Vial en Global, Jorge Selume) quienes se quedaron ese establecimiento.
Pero el empresario quedó con la bala pasada. No obstante, había otra oportunidad de entrar a la salud, pero esta vez verdaderamente en grande: Banmédica.
El paquete contempla las clínicas Santa María, Dávila, Vespucio, Biobío y Ciudad del Mar; las isapres Banmédica y Vida Tres; la red Vidaintegra; y el rescate móvil Help, entre otros. Además, una red de seguros de salud y tres prestadores en Colombia.
Además de su tamaño, es un grupo emblemático del sector. Históricamente ligada al grupo Penta y a Eduardo Fernández León (otro socio y amigo de Vial), fue adquirida en 2017 por la norteamericana UnitedHealth Group (UHG), una de las empresas más grandes del mundo, que pagó US$ 2.800 millones por ella. Hace casi un año y medio, los gigantes decidieron salir, después de la tortuosa tramitación de la Ley corta de isapres, que terminó con los estadounidenses analizando acciones legales contra el Estado de Chile.
Ahí puso sus ojos Vial.
De primera línea
Con las características ya descritas, no fue sorpresa que los interesados se amontonaran. Desde prestadores como Christus y el Grupo Alemana hasta fondos internacionales como Patria (dueños de Moneda Asset Management) y el empresario chileno Raúl Sotomayor llegaron a competir. Es un deal grande, que podría llegar incluso a superar los US$ 1.000 millones, por lo que todos comenzaron a armar sus equipos y buscar socios para quedarse con el premio.
Entre los estudios de abogados y las financieras top de Santiago, no hay ninguna que no haya al menos revisado documentos de Banmédica. El proceso ha sido exhaustivo y más lento de lo esperado.
En medio de todo ese panorama, LarrainVial empezó a hacer una ronda para conformar su propia alianza y participar en el proceso. Necesitaba grandes inversionistas, pero ya tenía como ancla al propio Leonidas Vial.
La ronda fue exitosa. Si bien ya se conocía que Vial estaba apostando personalmente por Banmédica, lo hasta ahora desconocido es que hay otros cuatro empresarios de primera línea que se le sumaron: Guillermo Harding, Eduardo Elberg, Aníbal Larraín Cruzat y José Luis del Río Goudie.
Este consorcio quiere quedarse con los activos de Chile, por lo que, además, cuentan con el apoyo del conglomerado colombiano Colpatria -ligado a la familia Pacheco Cortés y la francesa AXA-, que busca hacerse con la parte de la red basada en su país.
El deal club
Los hombres que acompañan a Vial son todos pesos pesados en el mundo de los negocios que, además, están en un periodo de alta actividad.
Harding, viñamarino, es el fundador de Cruz Verde, hoy la mayor cadena de farmacias del país, que le terminó de vender a la mexicana Femsa en 2019 en una operación que, en total, estuvo en torno a los US$ 1.000 millones.
Después de eso, pasó algunos años sin hacer mucho ruido, pero volvió en grande, convirtiéndose en el principal accionista de una de sus principales competidoras, Farmacias Ahumada. Un tiempo antes, también había ingresado a la propiedad de Construmart. Lo relevante es que ambos negocios fueron a partir de dos consorcios que armó, justamente, LarrainVial: el fondo Hammer, para Construmart; e Inversiones da Vinci, para FASA.
Pero además, después de la polémica salida de la familia Jalaff, Harding también apostó por Grupo Patio, adquiriendo un 20,1% de la propiedad. Ahí, se transformó en socio de otro viñamarino que se lanza por Banmédica: Eduardo Elberg.
Inició su carrera en el retail, fundando la cadena de supermercados Santa Isabel, que vendió en los ‘90. Hoy, a través del grupo Algeciras, además de tener un 26% de Patio, se ha consolidado como un inversionista internacional, con participación directa en EEUU, Perú y España. En este último país, tiene casi un 18% de la automotriz Astara.
Aníbal Larraín, en tanto, entró como el representante de la familia controladora de LarrainVial. Anteriormente, el también accionista y presidente de Watt’s, también había hecho negocios con Harding. Ingresó con él a la propiedad de Ahumada -de la cual hoy es director-, a través de Da Vinci.
Pero quien es totalmente nuevo en esta tanda de inversiones es Del Río. El histórico de Derco y Sodimac es hoy accionista de Falabella, Friosur, Aza, Tecno Fast y Alto, entre otras inversiones y también se interesó en Banmédica. Fue clave, dicen algunos que participan del proceso, para que la alianza LarrainVial-Colpatria quedara en la pole position para hacerse con el holding.
El cierre de la venta
El negocio no está cerrado, pero sí en sus últimos días. Y el deal club de LarrainVial, hasta ahora, tiene la primera opción. Se esperaba que a más tardar se firmara el 25 de noviembre, pero el proceso ha sido largo, incierto y, hasta el último minuto, todo puede pasar.
Poco a poco se han ido descartando ofertantes, hasta que quedaron, luchando palmo a palmo, el grupo de Vial y la brasileña Patria, la cual, además, es apoyada por el fondo de private equity Linzor Capital, antiguos dueños de CruzBlanca. Asimismo, el socio de Southern Cross, Raúl Sotomayor -asesorado por Link Capital-, también sigue pujando por la empresa.
Estos oferentes no fueron priorizados por un tema de precio. Hay una serie de cláusulas que hacen que para UHG sea más cómodo venderle a alguna de estas empresas.
Lo principal, es la aprobación de las autoridades de libre competencia. Por la Fiscalía Nacional Económica (FNE) en Chile, es por lo que principalmente se descartó a los prestadores de salud como Christus y Alemana. En Colombia, ya está asumido que el proceso demorará. Colpatria tiene negocios allá y, de cambiar las cosas y que Patria se quedara con la firma, el fondo brasileño también tiene negocios en la industria de la salud allá.
Pero ahí hay algunas cosas que estarían jugando a favor de Vial y sus nuevos socios. Una es que, al tratarse de empresarios con nombre y apellido, la investigación de estos organismos podría ser más sencilla que en el caso de un fondo con diversos aportantes.
Otra es que Ventum Investments, una sociedad de Patria que invierte en Colombia, fue cuestionada por el Presidente de ese país, Gustavo Petro, que la acusó de derivar pagos al extranjero de manera irregular. Pese a que Patria ha negado tajantemente la tesis del conflictivo mandatario y ha sido apoyada por el gobierno brasileño, el ruido quedó.
Con todo, es necesario resaltar que las negociaciones siguen abiertas y, en cualquier minuto, todo podría cambiar.
La idea de LarrainVial es comprar todo el paquete con una sociedad conjunta. Luego, la dividirán. Colombia para Colpatria, Chile para los empresarios locales.
Sea quien sea, vendedores y compradores estiman que, una vez firmado el acuerdo, pasará un año antes del cambio de control. Y en ese proceso, los estadounidenses quieren un comprador que esté lo más comprometido posible con quedarse con el grupo Banmédica.
El proyecto Banmédica
De ahí, surge la pregunta. ¿Para qué quieren Vial, Del Río, Harding, Elberg y Larraín una compañía como Empresas Banmédica? Es un mercado complicado y que requiere de una presencia permanente.
Durante todo el proceso de venta se ha hablado que había dos grupos de ofertantes. El primero, los prestadores estratégicos (como Christus y el grupo Alemana), que ya operaban en la salud y querían crecer en el negocio. El segundo, las entidades financieras que, en teoría, querían comprar el paquete completo, “deshuesarlo” y vender sus distintos activos, obteniendo un retorno.
No obstante, hay cuatro fuentes que participan de esta negociación que aseguran que esa no es la intención ni de Vial ni de ninguno de los otros que lo acompañan. “Está José Luis del Río, que jamás ha entrado a una empresa sólo para hacer una pasada”, ejemplifica una de esas fuentes.
La intención de los empresarios, sostienen estos conocedores, es dedicarle tiempo y cabeza al holding, potenciar las clínicas y recuperar a las isapres. Eventualmente, podrían aguantar un proceso más largo para venderla a otro prestador de salud, pero eso está muy lejos. Falta demasiado aún para siquiera pensar en ello. Por esto, es clave para estos empresarios que la actual administración, hoy encabezada por Fernando Matthews, ejecutivo con más de 30 años en el holding, continúe, y eso es algo que quieren dejar amarrado antes de que cierre el deal.
Los inversionistas ven potencial en seguir reforzando a Banmédica en el segmento de la salud para la clase media y es ahí donde quieren poner sus fichas. Han evaluado detalladamente la compañía y ven una oportunidad ahí.
Así, los planes ya están hechos, pero los próximos días serán claves para que puedan pensar en hacerlos realidad. Porque si no se estampa la firma, todo quedará en nada.