MingPo vivió toda su infancia en la ciudad de Fujian, China. A los 20 años se fue a estudiar a Francia, sus padres no habían terminado el colegio y en su familia sólo hablaban dialecto local, ni siquiera chino. Esa oportunidad la sintió como una señal. Vendió lápidas al egresar de la universidad y creó una gran empresa, pero cuenta entre risas “que el mercado era muy chico”. Fundó Cathay, un fondo para ayudar a empresas a ser globales.
Hoy tiene 27 fondos, maneja EUR 7 mil millones (unos US$ 8 mil millones), tiene más de 250 inversiones y un portafolio con 55 exits en Europa, Asia, Norteamérica, Latinoamérica y África. Lidera un equipo de 130 personas con equipos en París, Shanghai, Beijing, Munich, Berlín, Barcelona, Nueva York, San Francisco, Singapur y Ciudad de México.
Ese es sólo un resumen para entender a este personaje.
San Pedro de Atacama
Es martes a las 17:00. MingPo entra a una sala de reuniones en las oficinas del estudio jurídico Ulloa y Cía. Pregunta mucho sobre Chile, su economía y el ciclo político. Irradia energía y posa para fotos. Es difícil lograr un buen retrato porque no deja de hacer preguntas y contar historias. Tras más de 20 minutos de conversación, empieza la entrevista.
Viene llegando de San Pedro de Atacama, fue para allá porque el CEO de Total Energy, Patrick Pouyanné -amigo suyo-, se lo recomendó. Con eso convenció a su señora de viajar con él. Quedó maravillado con esos “magical valleys”, dice, para referirse al Valle de la Luna, Valle de la Muerte y otros atractivos del desierto chileno.
Aterrizó el lunes en Santiago y desde ahí no ha parado, entre reuniones con family offices y startups de su portafolio (son inversionistas de Xepelin, Reuse y Pulsar). Almorzó en el Osaka.
Hacer lo que dices
“Yo vengo de un pequeño pueblo. Mis padres todavía viven ahí, tienen 95 y 93 años”, cuenta el inversionista. En su familia son ocho hermanos y sus hermanas mayores nunca fueron al colegio. “¿Por qué tengo la oportunidad de ir al extranjero? No soy una persona religiosa, pero a veces hay una llamada, simplemente vas, en ese momento ir a estudiar no era una elección, era una oportunidad”, afirma MingPo.
A los 20 años partió a Francia, estudió en CEIBS (China Europe International Business School) y en EMLYON Business School. Se graduó y lo contrataron en Groupe Seb, donde conoció a las grandes familias de Francia pero al poco tiempo se dio cuenta de que quería ser empresario.
En 1999 en la ciudad de Orleans partió un negocio de granito: básicamente vendía lápidas mientras todos sus amigos estaban en consultoría y finanzas. Eligió este camino porque en su pueblo natal en China son grandes productores de este material.
Recorrió los pueblos de Francia vendiendo su producto y en ese camino aprendió muchas lecciones, dice. “Allá los comerciantes son el abuelo, el padre y el hijo. La mayoría de ellos no tienen un nivel educativo muy alto y muchos nunca han salido del pueblo. ¿Cómo ganarse la confianza de esta población? Esas personas son muy sencillas, si haces lo que dices, entonces confían en ti. Te invitan un café e incluso a comer. Cuando vuelves, te dan nuevos pedidos, nuevos negocios”. Así se convirtió en el mayor vendedor de lápidas de granito de Francia.
Luego de años recorriendo pueblos, “me di cuenta de que el mercado era muy pequeño, y entonces decidí construir Cathay”, cuenta. Ya tenía las redes y la experiencias para hacer crecer empresas. Dice que quería ayudar a empresarios franceses a globalizarse.
Se juntó con Patrick Mulliez, miembro de la familia controladora de Decathlon, entre otras empresas, a quien había conocido en Groupe Seb. En ese entonces MingPo tenía 35 años y su contraparte más de 60. “Practicamente era imposible que un chino creara un fondo de capital privado, y menos que recibiera capital de él”, dice MingPo. “Pero él me escuchó y me hizo muchas preguntas. No le conté mucho sobre la tesis de inversión, le hablé de cómo viajaba por todos los pueblos pequeños para vender lápidas y cómo me gané la confianza de la gente porque hago lo que digo”, agrega.
Logró que Mulliez invirtiera US$ 6 millones. Pocos meses después levantó capital con el fondo soberano de Francia. Mulliez para no quedarse atrás, invirtió otros US$ 6 millones. Sumó otros aportantes y puso todo el dinero que él tenía, con lo que totalizó US$ 77 millones. Corría el año 2006.
Los primeros éxitos
En 2015, MingPo se obsesionó con la tecnología. “Me di cuenta de cómo con el teléfono cada uno de nosotros obtiene una identidad digital. Cuando se obtiene una identidad digital se pueden hacer estadísticas, se pueden resumir los comportamientos de los consumidores, la data. Entonces me di cuenta de que no podía seguir haciendo operaciones de capital de crecimiento deal por deal”. Así, en 2015 fundó Cathay Innovation, para venture capital, un fondo de US$ 400 millones.
Sus dos primeros éxitos fueron Chime -una fintech norteamericana abierta en bolsa- y Pinduoduo, la gigante china valorizada en más de US$ 160 mil millones y listada en el Nasdaq. También invirtieron en Glovo, la startup española de delivery. “Al fundador lo invité a un muy buen restaurante cerca de nuestra oficina en París y ahí me di cuenta de que Glovo estaba inspirado en una startup china”, cuenta. “Vamos a conocerlos”, le dijo al CEO de la startup, Oscar Pierre.
Viajaron a Beijing, conocieron emprendedores chinos y con eso le quedó clara la idea al emprendedor de cómo ser global, asegura MingPo.
50% en Chile
En 2019 levantaron el fondo dos de US$ 750 millones, y acaban de cerrar el fondo tres de US$ 1.150 millones. Este último es para invertir en startups en crecimiento, dice que en Chile es muy difícil levantar capital después de una serie B y este fondo está justamente para entrar en esa etapa.
Es primera vez que el chino está en Chile, y comenta que le ha sorprendido el nivel de sofisticación de los family offices locales. Entre sus LPs (inversionistas) tiene a Copec Wind (el brazo vc de Copec) y grandes multinacionales, como Sanofi, TotalEnergies, Pernod Ricard, BNP Paris Cardif, L’Oréal, Valoe y otros.
Viaja una vez al año a Latinoamérica, y esta vez eligió Chile porque el 50% de su portafolio en Latam es de acá. Este fondo que busca invertir en etapas tempranas nació en 2021.
Está convencido de que para realmente ser un aporte tienen que pasar dos cosas: ofrecer ayuda, antes de pedir capital y “oler qué hay en la cocina”. Por eso, dice, está acá.
- ¿Cómo analizas a un emprendedor que te está contando su idea?
- Nunca revelo mi secreto. Pero te diré algo. Durante todo el día tengo muchas cosas que hacer, estoy agotado. Pero también trato de dejarme tiempo para pensar, por eso acorto siempre las reuniones, considero que en 30 minutos deberías ser capaz de explicar lo más importante si eres emprendedor. Así que cuando veo a un emprendedor, hay dos resultados. A veces estoy muy contento, me siento lleno de energía y en otras oportunidades los emprendedores me quitan toda mi energía, asi que si me preguntas por un criterio diría que la energía de un emprendedor funciona.
En Cathay -repite en reiteradas ocasiones- tienen una cultura interna muy marcada, inspirada en principios chinos. En un documento de la firma destacan que la idea fundamental es “ser útil, ser humilde y jugar a largo plazo”. Aseguran que no tienen jerarquías ni egos. Su regla es hacer lo que dicen, pensar primero en el otro, evitar la política interna y trabajar con una sensación constante de “esto hay que ganarlo todos los días”.
En cuanto a inversión, creen en el tiempo como su principal motor. Dicen que antes que pelear por los deals que todos están buscando, “preferimos bucear más profundo” para encontrar oportunidades que otros no ven. No creen en el capital turista y por eso buscan involucrarse en cada país, sin ánimos de esperar un exit para salir.
En esa línea, asegura el chino que actualmente está basado en Nueva York, la gente de Cathay tiene que ser capaz y buena persona. “Y para sobrevivir tienes que pensar por qué vine, si quiero que los chilenos acepten Cathay como uno de ustedes y que no me tomen como un extranjero tengo que ser útil, tengo que traer algo a la mesa”.
- ¿Qué opinas sobre la IA? ¿Crees que es una burbuja?
- Cuando cocinas y preparas una buena sopa, siempre hay burbujas en la superficie. Pero tienes que profundizar un poco más, y entonces la burbuja desaparece y obtienes tu sopa. Así que te encontrarás con burbujas por todas partes. Pero la clave es lo que te hace ver a través de la burbuja. La tecnología es importante, pero la aplicación es clave. Así que esta es nuestra receta secreta, lo que nos interesa no es la tecnología, es la aplicación. Lo que esas tecnologías pueden resolver como un problema real. A la gente le encanta hablar de tecnología, disfrutan contando historias, yo también. Pero yo vengo de un pueblo muy pobre, donde tenemos un proverbio: hablar no alimenta el estómago”.