Dólar cumpleañero
Por: Equipo DF
Publicado: Lunes 25 de julio de 2011 a las 05:00 hrs.
El dólar estadounidense, que cumplió 150 años la semana pasada, por fin está mostrando su edad. Después de una niñez tormentosa, pasó gran parte del siglo XX como el eje incuestionable de las finanzas globales, en particular durante la era Bretton Woods de lazos con el oro. Hoy en día el dólar es la divisa de reserva primaria, en gran medida por la tradición y por la falta de alternativas. Con los operadores no dispuestos a apostar por el aproblemado euro e incapaces de apostar contra el renminbi, el récord nominal del oro en términos de dólar la semana pasada muestra la incomodidad con la fortaleza a largo plazo del dólar.
En 1861, las personas que recibían pagos con la debutante divisa de papel inicialmente se mostraban reacios, haciendo caer drásticamente su valor en comparación con las especies. La frase “no vale un Continental” -una referencia a los dólares de papel emitidos para financiar la Guerra Revolucionaria ocho décadas antes- mostraba su escepticismo sobre la divisa en curso. Temían que el dólar, creado para financiar la guerra de la Unión contra once estados rebeldes que habían emitido su propio dólar tres meses antes, sufriría el mismo destino.
De hecho el dólar casi desapareció varias veces. Aunque el florecimiento de la economía de EEUU en las décadas subsiguientes, y la necesidad de liquidez durante los pánicos, revivió sus fortunas. Mientras más tiempo se quedó, más se fue haciendo aceptado como “moneda de curso legal”. Los papeles de la Fed, un desarrollo del siglo XX, a la larga reemplazaron a los dólares originales respaldados por el Tesoro, pero el nombre se mantuvo.
Eso fue hace 40 años -el mismo año en que se terminó el vínculo del dólar con el oro. Hay quien dice que eso inició la decrepitud del dólar, pero se equivocan. La declinación económica de EEUU fácilmente podría haber sido más rápida si la Fed de Paul Volcker no hubiese restaurado la fe en el dólar en los ‘80. Aún respaldado sólo por fe, los recuerdos de los mejores tiempos del dólar compraron más décadas de buena vida a EEUU. Ahora, viejo y delicado, el dólar es más vulnerable a una fea caída.