Economía y Política
BALANCE POSITIVO EN POLÍTICA EXTERIOR
Por: | Publicado: Viernes 16 de marzo de 2012 a las 05:00 hrs.
- T+
- T-
- ¿Cuál es tu balance de la política exterior chilena a dos años del gobierno de Piñera?
- Es un balance positivo. El Presidente tuvo una incorporación internacional notable, que coincidió, es cierto, con su protagonismo y coraje en el rescate de los mineros. Esa coincidencia y el hecho que todos los gobiernos de Europa -a excepción en ese momento de España- eran de derecha, le facilitó enormemente su incorporación a las ligas mundiales representando a un país exitoso por sus predecesores. Por otra parte, el Presidente ha sido consecuente con todos los principios permanentes de la política exterior chilena y respetuoso de las políticas de Estado. En su gestión ha hecho lo que no hicieron los gobiernos de la Concertación en cuanto a la profesionalización de la Cancillería. Nunca en la historia de Chile ha habido más embajadores profesionales como los hay hoy y la excepción, mayoritariamente, son figuras muy destacadas como Ampuero en México, Jorge Edwards en Francia, Felipe Bulnes, en EEUU o Zaldívar en Argentina. Por último, y no es menor, el gobierno está introduciendo -aunque me gustaría que fuera con mucho más intensidad- ciertas políticas muy correctas, como incorporar dentro de su política exterior la promoción del acceso al conocimiento avanzado en ciencia y tecnología, el reconocimiento al Estado Palestino y no ha creado falsas expectativas en la relación con Bolivia.
- ¿En qué sentido?
- Ha sido una tradición en Chile crear expectativas con Bolivia que terminan siendo frustradas y contraproducentes. Es necesario hablar con claridad: las promesas de cesiones de soberanía sin compensaciones no son posibles. Ningún país del mundo lo ha hecho y son políticamente inviables.
- Cómo se viene el año en las relaciones con nuestros vecinos?
- Ciertamente hay una probabilidad muy alta que nos encontremos con una demanda absolutamente inconducente de Bolivia ante las cortes internacionales reclamado acceso soberano al mar y también intentos de instrumentalización, con ese mismo propósito de la Asamblea de la OEA En Cochabamba. Eso va a generar ruido, pero no debiera ser sorpresa. Con Argentina, pienso que no tendremos mayores inconvenientes, salvo que se piense que son gratis los daños que se están provocando a nuestro comercio y que quede afincada la idea que nuestro apoyo es absolutamente irrestricto. Con Perú, tendremos los alegatos orales en La Haya, pero nuestra posición es muy clara en cuanto a la validez de los tratados internacionales de 1952 y 54. Ellos intentarán debilitar nuestros argumentos y en la medida que no haya una buena comunicación a la opinión pública de nuestras posiciones, podrían surgir decepciones y preocupaciones internas en el país.También pueden surgir voces disonantes contra el gobierno de ciertos sectores extremos, que no acepten que Chile va a cumplir, cualquiera sea el resultado, con el proceso que partió en períodos anteriores. Pero estoy más tranquilo que inquieto en este punto.
- Es un balance positivo. El Presidente tuvo una incorporación internacional notable, que coincidió, es cierto, con su protagonismo y coraje en el rescate de los mineros. Esa coincidencia y el hecho que todos los gobiernos de Europa -a excepción en ese momento de España- eran de derecha, le facilitó enormemente su incorporación a las ligas mundiales representando a un país exitoso por sus predecesores. Por otra parte, el Presidente ha sido consecuente con todos los principios permanentes de la política exterior chilena y respetuoso de las políticas de Estado. En su gestión ha hecho lo que no hicieron los gobiernos de la Concertación en cuanto a la profesionalización de la Cancillería. Nunca en la historia de Chile ha habido más embajadores profesionales como los hay hoy y la excepción, mayoritariamente, son figuras muy destacadas como Ampuero en México, Jorge Edwards en Francia, Felipe Bulnes, en EEUU o Zaldívar en Argentina. Por último, y no es menor, el gobierno está introduciendo -aunque me gustaría que fuera con mucho más intensidad- ciertas políticas muy correctas, como incorporar dentro de su política exterior la promoción del acceso al conocimiento avanzado en ciencia y tecnología, el reconocimiento al Estado Palestino y no ha creado falsas expectativas en la relación con Bolivia.
- ¿En qué sentido?
- Ha sido una tradición en Chile crear expectativas con Bolivia que terminan siendo frustradas y contraproducentes. Es necesario hablar con claridad: las promesas de cesiones de soberanía sin compensaciones no son posibles. Ningún país del mundo lo ha hecho y son políticamente inviables.
- Cómo se viene el año en las relaciones con nuestros vecinos?
- Ciertamente hay una probabilidad muy alta que nos encontremos con una demanda absolutamente inconducente de Bolivia ante las cortes internacionales reclamado acceso soberano al mar y también intentos de instrumentalización, con ese mismo propósito de la Asamblea de la OEA En Cochabamba. Eso va a generar ruido, pero no debiera ser sorpresa. Con Argentina, pienso que no tendremos mayores inconvenientes, salvo que se piense que son gratis los daños que se están provocando a nuestro comercio y que quede afincada la idea que nuestro apoyo es absolutamente irrestricto. Con Perú, tendremos los alegatos orales en La Haya, pero nuestra posición es muy clara en cuanto a la validez de los tratados internacionales de 1952 y 54. Ellos intentarán debilitar nuestros argumentos y en la medida que no haya una buena comunicación a la opinión pública de nuestras posiciones, podrían surgir decepciones y preocupaciones internas en el país.También pueden surgir voces disonantes contra el gobierno de ciertos sectores extremos, que no acepten que Chile va a cumplir, cualquiera sea el resultado, con el proceso que partió en períodos anteriores. Pero estoy más tranquilo que inquieto en este punto.