Economía y Política

Blas Tomic a fondo: sus planes y su crítica mirada al Estado, el Transantiago y la política

En el Estado y en el gobierno no todo es política. Hay algunas cosas que deberían funcionar bajo los mismos criterios que en la empresa privada, pero no sucede así".

Por: | Publicado: Sábado 17 de enero de 2009 a las 05:00 hrs.
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Asegura que está contento con sus actividades personales y profesionales, que ya aprendió a jugar golf y que no ha dejado sus rutinarios trotes semanales. Pero Blas Tomic Errázuriz (58 años, casado, cinco hijos) también reconoce que extraña la vorágine de sus antiguos trabajos en el mundo privado y estatal.

Su última incursión en el área pública fue como presidente de Metro, cargo al cual arribó en abril de 2006 y que dejó en mayo de 2007 tras oponerse a la decisión del gobierno de que la firma le cediera US$ 80 millones al desfinanciado Transantiago, que recién partía.

Pese a su distanciamiento de los cargos que lo mantuvieron con altos grados de exposición -antes de Metro fue entre otros director ejecutivo de VTR y presidente ejecutivo de Alsacia y Express-, Tomic sigue de cerca y con una visión crítica la coyuntura local ligada tanto al Transantiago, la política y la economía.

-¿En qué está hoy Blas Tomic?

-Soy director de algunas empresas (Transelec y Quintec) cosa que me entretiene mucho, y le dedico bastante tiempo a administrar mis propias inversiones, que son los ahorros del pasado.  Pero al final del día, la verdad es que echo de menos la adrenalina. No hay nada como tener responsabilidades directas sobre desafíos ejecutivos, tal como era primero en los años de VTR y después al inicio del Transantiago.

-¿Por qué se registró en la lista de interesados para ser director de empresas a nombre de las AFP?

-Porque estoy interesado y disponible. Me encanta la empresa privada.Si uno cree que tiene una experiencia que aportar, ser director de empresas puede ser muy estimulante. Me tomo en serio eso de que los directorios, y no sólo los dueños y los gerentes, tienen gran responsabilidad sobre la marcha de la empresa.



El Estado "arcaico"

-¿Volvería a dirigir una empresa del Estado?

-Depende, y le contestaría lo mismo si me pregunta por una empresa privada... Para mí lo principal es el grado en que uno se identifique con los grandes objetivos del dueño y la confianza recíproca con que se pueda trabajar. Cuando esos ingredientes están presentes, uno se puede apasionar con su trabajo. Y cuando no lo están, no vale la pena.

-¿Pero tomaría nuevamente la presidencia del Metro justo antes de lanzarse el Transantiago?

-Estas preguntas están empezando a ponerse difíciles. La presidencia de Metro fue muy, pero muy interesante. Sobre todo por lo que aprendí acerca de cómo funciona por dentro el gobierno. También, considerando que el Transantiago, tal vez el más grande proyecto físico nunca intentado en Chile, era igualmente fascinante desde la perspectiva del ejecutivo e ingeniero que soy como profesional. Pero sinceramente, me gusta más la empresa privada.

-¿ Y bajo ciertas condiciones sí volvería a Metro?

-No se puede contestar esa pregunta seriamente, porque no se puede volver atrás en el tiempo. Si usted quiere saber si hubo cosas que no me gustaron de esa experiencia, la respuesta es por supuesto que sí, muchas. La principal de ellas fue comprobar la manera bastante artesanal, por no decir arcaica, en que funcionan por dentro algunas áreas del gobierno.

-¿Qué fue lo que su juicio hizo mal el gobierno en el Transantiago?

-No me siento cómodo opinando para siempre sobre el Transantiago.  Pero para contestarle derechamente, hay que empezar por referirse al Estado y no sólo al gobierno. Resumiría mi opinión en dos puntos: primero, que nuestro Estado, es decir esa parte de las instituciones de gobierno que no cambian de un día para otro cuando entra un nuevo presidente, es en muchos aspectos anticuado, politizado, enredado e ineficiente. Es urgente que nos pongamos de acuerdo en Chile en cuáles son las reformas necesarias para tener un “mejor” Estado, las que no tienen por qué significar un “mayor” Estado. De lo contrario, no saldremos jamás del subdesarrollo. El segundo punto es que el gobierno hizo mal su pega.  Así de simple. Creo que esto ya nadie lo discute.

-¿Qué cambiaría en el Estado para evitar nuevos “Transantiagos”?

-En el Estado y en el gobierno no todo es política. Hay algunas cosas importantes que deberían funcionar bajo los mismos criterios que en la empresa privada, pero no sucede así.

En el mundo político hay baja sensibilidad hacia los criterios de eficiencia y responsabilidad. Hay algunos que confunden la preocupación por la eficiencia con ser “neo-liberal”, o que piensan que el cumplimiento de la responsabilidad sólo se mide en las elecciones. Claro que también se puede pecar de lo contrario: el “extremismo académico eficientista”.  En el Transantiago se pecó por ambos lados. Por supuesto, hay que agregarle los errores o negligencias de algunos actores privados del Transantiago.

-¿Qué haría distinto con relación al diseño del plan de transporte?

-En el diseño y en la implementación faltaron dos ingredientes básicos: conciencia de que los ciudadanos no se comportan como robots de modelo, y la falta de una estructura de mando ejecutivo para el proyecto en su conjunto con poder centralizado y autoridad indiscutida. Los dos fueron al mismo tiempo errores técnicos y políticos, que hoy el ministro René Cortázar está tratando de corregir.

-Se prevé que el gobierno anuncie nuevas líneas de Metro.  ¿Cree que deben construirse?

-En una ciudad como Santiago, enorme y mal distribuida, Metro será siempre una alternativa a considerar. Si se hiciera un plebiscito sobre el tema, en la Región Metropolitana la mayoría escogería invertir en la expansión de Metro. Claro que hay que evaluar la rentabilidad social de la inversión, pero sin volver a ignorar las preferencias de la gente.

 

Alternancia: "es una opción real"

Blas Tomic sostiene que no está ligado a ningún partido político, pero que sí está relacionado a los dos candidatos presidenciales que lideran las encuestas.  Es primo y amigo de Sebastián Piñera, mientras que reconoce una cercanía con Eduardo Frei Ruiz-Tagle, cuyo padre (Frei Montalva) fue su padrino.  

-La crisis económica marcará este año eleccionario. ¿Ello favorece a Piñera?

-Fríamente, supongo que sí, que favorece a la candidatura de Piñera. No conozco ningún caso de crisis económica con fuerte impacto en el empleo, que la gente no asocie, justa o injustamente, con el gobierno de turno. Claro que la realidad social y política que Piñera heredaría, si sale elegido Presidente, será mucho más difícil que sin esta crisis. Así es que tampoco para Piñera es buena esta crisis.

-¿Entonces su pronóstico es que habrá alternancia en el gobierno?

-No pensé que estaba haciendo un  pronóstico electoral cuando le contesté su pregunta.  Pero habría que ser ciego para no ver que es una posibilidad real.

-Usted fue compañero de curso en el colegio con Sebastián Piñera.  ¿Votaría por él?

-Con Sebastián fuimos compañeros de curso (en el Verbo Divino) durante 12 años, somos primos (por parte materna) y hasta el día de hoy somos amigos. Pero no es así como uno decide su voto en una elección presidencial. También soy cercano a Eduardo Frei, así es que no es por amistad que voy a despejar por quién votar.

-¿Y cómo, entonces, lo piensa aclarar?

-Desde mi punto de vista los dos temas cruciales son la gobernabilidad y la renovación de las ideas y de la clase política. Tenemos que estar más cerca de la elección para formarnos un juicio mejor sobre quién ofrece la alternativa más prometedora en estas dos dimensiones. Ojalá que el día de la elección tengamos motivos para sentirnos tranquilos con cualquiera de los candidatos principales, más allá de las naturales preferencias personales.

-¿Pero comparte la visión de algunos personajes de la Concertación que dicen que Frei es la mejor opción para el país?

-Hace rato que no pertenezco a ningún partido político, pero desde fuera puedo decir que la mejor opción para la Concertación es cualquiera que la renueve, y Frei parece estar empeñado en eso.



Economía: "Viviremos un trancazo sin precedentes"

-Más allá de su impacto en las elecciones, ¿cómo ve a la economía chilena?

-Vienen tiempos difíciles.  Me temo que más difíciles de lo que mucha gente piensa. 

Es verdad que la crisis encuentra al país con unas finanzas públicas extraordinariamente sanas, lo que nos va a salvar de lo peor.  Pero los efectos reactivadores que puedan venir para el sector privado desde el gasto público, llegarán con un rezago importante respecto del impacto de la crisis. 

Durante ese período intermedio viviremos un trancazo sin precedentes en nuestra generación, que hará tambalear a varias empresas, que generará fuerte inestabilidad laboral en todos los niveles y que durará más de un año. No lo vamos a pasar bien.

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