El Centro Interamericano de Administraciones Tributarias (CIAT) es una de las principales organizaciones globales que agrupa a los fiscalizadores y recaudadores de impuestos. Hoy lo integran 42 países de cuatro continentes: 32 americanos, cinco europeos, cuatro africanos y uno asiático. Y Chile es un actor clave.
Muestra de ello es que entre martes y jueves, el organismo realizará su Asamblea General en Santiago con el foco en mecanismos para reducir la evasión y la elusión y para combatir al crimen organizado. Y el director del Servicio de Impuestos Internos (SII), Javier Etcheberry, asumirá la presidencia por un año.
“Chile, el país y su administración tributaria tienen todavía mucho que trabajar para disminuir más los niveles de evasión, de abuso, pero en el escenario internacional el Fisco chileno se posiciona muy bien”.
El evento, según destaca el secretario ejecutivo del CIAT, el economista brasileño y exauditor fiscal del Servicio Federal de Ingresos de dicho país, Marcio Ferreira Verdi, se produce en un escenario en que la tributación internacional enfrenta un momento de “grandes desafíos”.
“Los códigos tributarios tienen que ser vivos, acompañar el desarrollo de la economía, de la sociedad, los nuevos estándares. Entonces, siempre defendemos la teoría de que una reforma tributaria no es un evento muy difícil”, señala.
Entre sus preocupaciones, menciona su interés por avanzar en la determinación del beneficiario final de las empresas. “El Foro Global de Administraciones Tributarias ya permitió un nivel de transparencia que nunca hemos soñado. Hoy, Chile recibe informaciones de básicamente todos los países del mundo. Intercambia información de cuentas, los saldos que tienen, pero todavía tenemos que avanzar en el beneficiario final y el control de los activos digitales. Eso todavía sigue siendo un gran desafío en la lucha contra la evasión internacional”, dice.
- ¿Cómo ven en el CIAT los esfuerzos que desarrolla Chile para controlar la evasión y la elusión?
- Voy a ser muy sincero, y no es para agradar a Chile, pero Chile siempre ha sido un país que viene enfrentando los problemas fiscales, siempre viene liderando de proa el cambio en los temas tributarios y fiscales. Le debemos mucho a Chile. Chile fue el primer país del mundo en implementar una facturación electrónica, que después lo siguió Brasil y muchos otros países. Eso nació en Chile y fue un mecanismo no para el control tributario, sino más bien para facilitar y modernizar las relaciones comerciales, pero que generó grandes beneficios para el control de las obligaciones de los contribuyentes del IVA. Chile también fue el primer país del mundo en ofrecer una declaración prellenada a los contribuyentes. Eso es modernidad, eso reduce mucho la evasión. Disminuye también el conflicto.
Chile, junto con Australia, ha sido líder y viene liderando también en el uso de análisis de riesgos para la definición de sus planes de auditoría. Esto es muy importante porque cumple con la pirámide de facilitar al máximo a los que cumplen y dificultar a los que no cumplen.
Hay un grupo de evasores que tenemos que darles a conocer y que enfrenten la dureza de la ley. Y Chile viene trabajando muy bien ese marco de análisis de riesgo.
Todo eso afecta favorablemente lo que nosotros llamamos el costo de la transacción tributaria, porque cuando tú tienes un buen análisis de riesgo, tú no estás molestando a los buenos contribuyentes y tampoco estás perdiendo tiempo en auditar los buenos contribuyentes. Chile siempre ha liderado en la región la implementación de modelos de riesgo y en la economía digital, donde Chile es el único país del mundo que ofrece un sistema propio para el pago voluntario de los impuestos de la economía digital en los cuales las empresas no tienen una presencia física en el país.
Para nosotros Chile siempre ha sido un buen modelo de simplificación, con una legislación que intenta ser bastante moderna, atendiendo los estándares internacionales y bastante efectiva. Chile, el país y su administración tributaria tienen todavía mucho que trabajar para disminuir más los niveles de evasión, de abuso, pero en el escenario internacional el Fisco chileno se posiciona muy bien.
- ¿Qué desafíos ve en Chile en materia tributaria? Por ejemplo, se desechó presentar una reforma tributaria que redujera el impuesto corporativo.
- El sistema tributario en Chile es muy interesante, muy efectivo. Si yo tuviera que recomendar algún punto que pudiera mejorar siempre, sería facilitarle a los que pagan. En el pago de los tributos es importante que todos paguen para tener la conciencia ciudadana del peso y la importancia de los impuestos. Pero la simplificación, en algunos casos, puede ser también una meta interesante de combate a la lucha del crimen organizado. También hay espacio para que se avance con unidades específicas de lo que llamamos inteligencia fiscal.
- ¿Y sobre el secreto bancario? Se avanzó en la Ley de Cumplimiento Tributario, pero aún está pendiente un debate sobre cómo flexibilizarlo para combatir al crimen organizado.
- Obviamente, respeto la soberanía de cada país y sus decisiones son soberanas. Pero nuestra recomendación es que no debe haber secreto fiscal de ninguna forma para las autoridades tributarias. O sea, el Fisco necesita tener pleno conocimiento de las actividades financieras y económicas de los contribuyentes.
El secreto debe ser eliminado para investigaciones tributarias o criminales, pero el manejo de los datos de un contribuyente tiene que ser con el máximo reconocimiento de sus derechos individuales de protección a sus datos. Debemos ser muy rigurosos con el mal uso de la información. La protección a los datos de los contribuyentes es materia fundamental.