Bachelet prioriza reformas integrales para enfrentar situación de pueblos indígenas
Los anuncios están en línea con los planteamientos del intendente Huenchumilla que distinguen el problema político de aquellos de seguridad.
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Por Víctor Hugo Moreno
“Así como hoy empieza un nuevo ciclo de sol, es también una oportunidad de que hoy como sociedad iniciemos un nuevo ciclo en nuestras relaciones interculturales”, expresó la presidenta Michelle Bachelet, aludiendo al año nuevo mapuche y el inicio de una renovación de energías que significa dicha fecha para la comunidad indígena. Así, en medio de la celebración del día de los pueblos indígenas -que se llevó a cabo con una simbólica ceremonia en La Moneda- la mandataria marcó los ejes de la política indígena para sus 4 años de gobierno.
Todas estas medidas, que se agrupan en tres grandes ejes, serán sometidas a consulta de los pueblos indígenas, para cumplir con el convenio 169 de la OIT. El primer pilar se refiere a otorgar una efectiva participación política a las comunidades indígenas en el Parlamento, lo que podría darse patrocinando algunas mociones que proponen escaños garantizados por medio de un padrón especial,por una ley de cuotas, u otro mecanismo que aflore del proceso de consulta. La creación del ministerio de asuntos indígenas, y otras medidas para dar un marco institucional, serán también parte fundamental del proceso de consulta que comenzó ayer, mientrasque el tercer eje se centrará en continuar con el proceso de entrega de tierras ya comenzado en gobiernos anteriores.
En La Moneda, la señal fue clara: fortalecer el concepto de trabajo integral que el intendente de la región de la Araucanía, Francisco Huenchumilla, ha planteado como un tema central, dejando en otro plano los problemas de seguridad de la zona. En ese sentido, el vocero Álvaro Elizalde, señaló que “hay que distinguir que los delitos se combaten como delitos. La paz social se construye a través del diálogo. Lo peor es confundir situaciones que son de carácter distinto”, expresó.
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- ¿Los anuncios de la Presidenta ayudan a resolver, en parte, el conflicto en la Araucanía?
- La posibilidad de resolver los temas que están en desarrollo con los pueblos indígenas dependen fundamentalmente de variables políticas, no es sólo un problema administrativo. Hay que abrir camino de forma simultánea en varios escenarios. Uno, es la nueva institucionalidad, a la que apunta el Consejo Nacional de los Pueblos y el ministerio; otro es el reconocimiento constitucional de los derechos indígenas en la nueva Constitución; otro pilar es la reforma política al sistema binominal que incorpore a los indígenas al Parlamento. Y otro tema es la agenda de desarrollo social que es de enorme magnitud, además del tema relativo a tierras y territorio.
- Con las declaraciones del intendente, no cree que el problema se reduce al tema del traspaso de tierras...
- Hay una crítica del sector conservador a la política de tierras de los gobiernos de la Concertación, en cuanto a que se han entregado tierras que no son –según ellos- productivas y que no están siendo trabajadas. Contrario a eso, tenemos lo que dice Huenchumilla: que hay familias indígenas que están sobreviviendo en una hectárea y alrededor de ellos hay fundos o campos que tampoco son productivos y que parece que fueran parcelas de agrado. Entonces el fin superior de la paz social requiere pensar de una manera en que los derechos territoriales se puedan conciliar con una realidad de sobrevivencia y desarrollo de los pueblos en que distintos sectores tienen que poner de su parte. Lo que no puede ocurrir, como bien dice Huenchumilla, es que esta asimetría permanezca, porque produce todas estas tensiones y conflictos.
- ¿Tratándose de un tema político, como dice, están las condiciones para enfrentar esté asunto?
- Sí y si no hay que crearlas a través del debate público, la presentación de leyes. Hoy tenemos mayoría suficientes para producir distintos tipos de normas que favorezcan la inclusión de los derechos indígenas.
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- ¿Cómo evalúa la gestión del intendente Huenchumilla?
- Valoro su esfuerzo por propiciar un debate político que nos permita reflexionar como sociedad sobre qué política indígena queremos hacia el futuro, en que el tema tierras es uno de los más relevantes pero ciertamente no el único. Lamentablemente, a pesar del apoyo oficial que ha recibido desde Santiago, lo suyo parece, hasta ahora, una cruzada muy solitaria. Por otra parte, entendiendo su objetivo final que es político, algunas de sus declaraciones han sido algo desafortunadas.
- ¿Cree que el intendente reduce el foco al tema del traspaso de tierras?
- Él es intendente de La Araucanía y el tema más sensible allí es naturalmente el tema de los mecanismos de entrega de tierras. Hace bien en poner el dedo en la llaga en un tema que está literalmente desangrando a su región y que requiere un gran golpe de timón. El problema es que lo ha hecho de un modo que puede avivar las tensiones más que apaciguarlas.
- ¿Los anuncios de la Presidenta ayudan a bajar la tensión en la Araucanía?
- Los anuncios -en particular la creación de un Ministerio de Asuntos Indígenas y un Consejo de Pueblos Indígenas- debieran contribuir en el mediano y largo plazo a bajar la tensión en la medida que constituyen una señal política muy potente de que situamos el tema indígena en lo más alto de nuestra institucionalidad, generando espacios de diálogo e interlocución que hoy no existen y cuya carencia muchas veces se transforma en una excusa para recurrir a la violencia.
- ¿Y aportan a terminar con el problema de fondo?
- La conflictividad asociada al tema de las tierras se viene arrastrando desde la década de los 90' y tiene que ver con un diseño legal que, a mi juicio, genera incentivos para la violencia, la corrupción y el clientelismo. Si no introducimos cambios profundos a la política de tierras estaremos comprometiendo la paz y la convivencia en La Araucanía por un plazo indefinido, pero ciertamente por muchos años.