Intensos y generalizados análisis provocó ayer la sorpresiva alza de 0,6% que registró el Indice de Precios al Consumidor (IPC) en abril. Hasta el lunes, día en que el Banco Central anunció el bajo crecimiento de la actividad de marzo -de 2,8% en doce meses-, los pronósticos de los distintos economistas tendían a asumir mayoritariamiento un nuevo recorte de la tasa de interés de política monetaria por parte del Banco Central en la reunión del próximo jueves.
La percepción era que cedería 25 puntos base hasta un nivel de 3,75% dado el flojo crecimiento. Lo de la inflación reconfiguró el escenario de opiniones sobre la política monetaria, asentándose la idea de que la flexibilización de los intereses debiera esperar por un tiempo a la espera de antecedentes adicionales sobre el comportamiento de los precios internos. Pero como ha sucedido en más de una oportunidad, las opiniones no necesariamente son de una sola línea, tal como lo demuestran las reflexiones de los economistas Rodrigo Aravena y Patricio Rojas.
Rodrigo Aravena, economista jefe del Banco Itaú: "El desafío del Central es dar una señal de que no está dispuesto a dejar que las expectativas de inflación aumenten"
- ¿Qué alza en particular destacaría de la canasta de abril?
- La inflación fue el triple de lo que esperaba el mercado, pero me atrevería a decir que fue más sorpresiva su composición. Hubo muchos bienes que subieron de precio (alrededor del 62%), lo cual está indicando que la inflación no es algo puntual, que la inflación no está siendo explicada por un solo grupo de artículos, sino que estamos viendo algo bastante distinto. En marzo, por ejemplo, si no se incluía Transporte y Educación, el IPC hubiera sido 0,2% y no 0,8%.
- ¿El dato de abril abre un escenario de incertidumbre?
- Hubo una mezcla de efectos rezagados del dólar, indexaciones importantes y ajustes de tarifas. Al mirar el número hoy, surge una mayor preocupación en términos de potenciales efectos de segunda vuelta, que la inflación puede ser alta por más tiempo del que pensábamos y mayor a la meta del Banco Central. Es importante destacar que si bien en el largo plazo debiera haber una inflación más baja por el mayor desempleo y el menor crecimiento, no es suficiente el menor crecimiento y el mayor desempleo para asegurar que la inflación va a caer.
-¿De qué dependerá entonces?
- Eso pasaría solamente si existen expectativas de inflación que estén controladas y ese es el riesgo que existe hoy. Si llegamos a ver expectativas de inflación aumentando de manera importante, eso puede acarrear efectos reales de segunda vuelta, puede hacer necesario subir la tasa de interés y claramente no es el escenario central, no es lo que estamos pensando, pero el riesgo es que hoy aumenten las expectativas de inflación.
- ¿Cuál debería ser el mensaje del Central en la reunión del jueves?
- El Banco Central tiene que ser sumamente cuidadoso en términos de comunicación de las acciones de política monetaria, básicamente para evitar que esta inflación transitoria impacte negativamente las expectativas; y que lo que hoy es un cuadro de inflación transitorio, se vaya a transformar en algo más duradero.
- ¿Qué factores podrían llevarían a ese escenario más complejo?
- Un aumento en las expectativas de IPC podría hacerlo más duradero, porque no va a ser el crecimiento económico ni el empleo. Esos dos elementos van a presionar a la baja la inflación, pero siempre y cuando las expectativas de inflación sigan ancladas al rango meta.
- Entonces, el sesgo del Central el jueves debiera ser neutro.
- Hasta el miércoles, pensábamos que el Central bajaría la tasa de interés por los datos de actividad y porque pensábamos que la inflación de abril sería más baja. Pero viendo la inflación tan alta, con una difusión mucho más generalizada en la economía, creemos que puede mantenerse la tasa en mayo, dar un sesgo expansivo pero explicando perfectamente al mercado que no va a actuar mientras no haya señales claras de que la inflación dejó de ser un riesgo. Eso por sí solo acotaría significativamente el riesgo de que tengamos efectos de segunda vuelta y, adicionalmente, permitiría seguir bajando la tasa más adelante.
Claramente la economía no se va a recuperar en el corto plazo, hay un riesgo importante que el crecimiento se acerque al 3%, y hay una alta posibilidad de que el desempleo se acerque rápidamente al 7%. En ese sentido, el desafío del Central es dar una señal de que no está dispuesto bajo ningún motivo a dejar que las expectativas de inflación aumenten.
Patricio Rojas, economista de Rojas y Asociados: "El B. Central todavía tiene espacio para reducir la tasa en mayo y en los meses siguientes otros 25 puntos base"
- Con el IPC de abril la inflación acumula 2,1% en lo que va del año. ¿Esto complica al Banco Central para los próximos movimientos en la tasa de interés?
- Una parte importante de la inflación de febrero, marzo y abril se debe al aumento de tipo de cambio y otros de reajustabilidad de precios como el agua potable que tiene proceso de indexación de tarifas. Ahora el Banco Central lo que tiene que mirar para tomar decisiones de política monetaria es lo que se viene hacia delante, y su período de proyección.
Y, en ese plano, lo que se observa es que la economía chilena ha tenido una desaceleración importante en actividad, en demanda interna y el consumo paulatinamente se comenzará a desacelerar junto con el deterioro del mercado laboral.
- ¿El Banco Central debe mirar las expectativas inflacionarias para el manejo de politica monetaria?
- El ente rector debe comenzar a priorizar en sus decisiones los elementos que vienen a futuro, y ahí se observa que la demanda interna estará bastante más floja de lo que estimaban en su escenario base y eso debiese contener la tendencia inflacionaria que estamos viendo por estos días.
- En ese aspecto, ¿ ve espacio para que se realice una reducción en la TPM en la reunión del próximo jueves?
- El BC todavía tiene algo de espacio para reducir la tasa de interés en mayo y en los meses siguientes otros 25 puntos base. El instituto emisor tiene que considerar de que el menor dinamismo que tendrá la actividad y la demanda interna le da espacio para poder acotar la tendencia inflacionaria alcista que hemos visto en los últimos meses y eso hace prever que se mantendrá la inflación dentro del rango meta, tanto en 2014 y 2015.
- ¿Pero en abril, el hecho de que la inflación no transable y subyacente hayan registrado variaciones de 0,9% y 0,8% no es un riesgo?
- Si se analiza todos los productos de la canasta no se encuentra que la inflación haya subido por algún ítem en particular. Eso ocurrió en meses anteriores, pero no en abril. A excepción de lo que pasó con el precio del agua potable, el resto de los precios subieron en forma moderada, por lo tanto, lo que se observa fue un proceso de reajustabilidad en una gran cantidad de los productos como los servicios domésticos y de arriendos, lo que explicó la inflación de abril, pero no tenemos shock particulares.
- ¿Pero todavía sigue teniendo un rol importante en la inflación el traspaso del alza del dólar a precios finales?
- Si bien en meses anteriores hubo traspaso del alza del tipo de cambio a precios finales, eso no debería continuar, ya que lo más probable es que para los próximos meses la desaceleración de la economía no permita que la inflación importada afecte a consumidores finales. Hay menos probabilidad de que la inflación importada afecte los precios finales de los consumidores.
- Ahora bien, en su escenario base ¿cuántas reducciones para la tasa de política monetaria espera?
- El BC tiene espacio para bajar 25 puntos en mayo y es altamente probable que pueda repetir otro recorte de 25 puntos en los próximos meses, ya que el menor dinamismo de la economía hará que la inflación se comience a moderar y llegar a 3,5% para analizar con más antecedentes sobre la mesa cómo ha ido evolucionando tanto la inflación como la actividad.
- ¿Cuál es la trayectoria que espera para la inflación?
- Es probable que la inflación hacia fines de año llegue a 3,8%.