Rebaten análisis de calidad de empleo del gobierno
Un 72% de los nuevos empleos asalariados serían tercerizados.
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Inmediata reacción provocó en la Fundación Sol -institución sin fines de lucro abocada a la investigación del área del trabajo- el estudio elaborado por la Secretaría General de la Presidencia (Segpres) publicado por DF en el que a su juicio, “se confunde sistemáticamente al referirse a la calidad de los nuevos empleos” porque “no corresponde analizar la presencia de las cotizaciones de manera aislada”.
El economista Gonzalo Durán, explica que “la calidad del empleo -en un sentido estricto- no puede concebirse como el mero hecho de tener cotizaciones previsionales, sino que también importa la duración del contrato, los salarios y el pleno ejercicio de los derechos colectivos”. Sobre el “empleo protegido” -trabajos que cumplen con contrato de trabajo indefinido, cotizaciones de salud, previsión y seguro de cesantía- Fundación Sol asegura que sólo un 52% de los empleos asalariados cumplen dicha condición.
Según sus antecedentes, “1,2 millones de trabajadores que están tipificados como asalariados por el INE, deben enfrentar todas las normas y sistemas de control de un trabajo dependiente, pero no tienen liquidación de sueldo, ni cuentan con el sistema de protección de derechos laborales de un asalariado convencional”.
Durán señala que de los nuevos empleos asalariados creados en la actual administración (478 mil), “un 72% corresponde a trabajo tercerizado, (subcontratación, servicios temporales o suministro y enganche)”.
Hace hincapié también en el aumento de los salarios promedios. “Si bien la cifra agregada muestra un crecimiento anual de las remuneraciones de 6,3% entre 2010 y 2011, el aumento real llega a 1,8%, muy bajo considerando el excelente escenario macroeconómico de 2011”, subraya y añade “el efecto desigual del impacto inflacionario según los deciles de ingreso”. De acuerdo a los últimos datos de la FAO, Chile es el país donde más ha crecido la inflación alimentaria. “El aumento en el precio de los alimentos más que duplicó a la inflación general, lo que afecta fundamentalmente a los deciles más pobres y que le resta potencia al aumento real de los salarios, pudiendo incluso significar decrecimientos”, explica.