Mercado a la espera de inclusión de encaje como activo de alta liquidez
Si se contabilizara como tal, se inyectarían US$ 7 mil millones a la oferta de activos legibles para cumplir con normativa.
La señal de que la regulación chilena está avanzando hacia los estándares de Basilea III, es uno de los principales beneficios que tiene la nueva norma del Banco Central (BC), que perfecciona la gestión de liquidez, y que está en período de consulta pública hasta septiembre próximo.
Si bien todos concuerdan en que es imposible no caminar en esa dirección, la principal preocupación se relaciones con que se consideren las características propias del mercado local.
Y a pesar de que consejeros y ejecutivos del Banco Central han sido enfáticos en señalar que la entidad está dispuesta a revisar y analizar alternativas para adaptar Basilea III a la realidad nacional, hay un tema que concentra la atención de los actores, y que al parecer, el BC estaría dispuesto a estudiar con mayor detenimiento: la contabilización del encaje como activo líquido de alta calidad (ALAC).
Conocedores del proceso normativo, son enfáticos al señalar que en este punto aún hay mucho espacio para opinar y exponer argumentos. Y que no hay una visión única en este punto.
Si bien Basilea deja a criterio de cada regulador si se considera o no ALAC el encaje o las reservas técnicas, en el borrador del ente rector se descartó su uso y sólo se permite contabilizar el exceso de encaje.
El Central sólo permitió contabilizar como ALAC nivel 1 los fondos disponibles, incluído el exceso de encaje sobre el exigido; los papeles del Banco Central y del Tesoro de la República, lo que significa que el stock podría estar compuesto en 100% por estos instrumentos.
Es por ello que los argumentos que justifiquen el uso de este ítem para efectos de ALAC serán analizados en detalle por el ente rector.
¿Y si se pudiera?
Luis Felipe Alarcón, economista de Euroamerica, explica que “Basilea indica que hay que usar el encaje, ellos interpretan el encaje exigido como ALAC. El principal argumento para utilizarlo acá es que está un poco reñido con la ley de bancos”. Agrega que “al dejar sólo el exceso es muy poco. Por lo menos lo que tienen los bancos ahora”.
Sin embargo, si el BC decidiera contemplar el encaje como ALAC “al contabilizarlo como activo altamente líquido, ésos son casi US$ 7 mil millones, que en el fondo entrarían a inyectarse como activo legible, en circunstancias que una intervención cambiaria son US$ 8 mil millones, el equivalente en papeles. Sería un shock bastante positivo, alivianaría bastante la oferta de activos legibles que es la principal crítica que se hace acá”.
En tanto, Diego Bobadilla, subgerente de renta fija de Banco Penta, explica que “esto se traduce en mayor gasto en fondeo. Haciendo una comparación es como comprar una especie de seguro de liquidez, que en gran porcentaje de los casos (bancos de la industria) está asumido, (algo que se corrobora) viendo las cifras que ha expuesto el Banco Central sobre el cumplimiento del sistema”.
¿moneda extranjera?
Para Diego Bobadilla, subgerente de renta fija de Banco Penta, algo que genera inquietud en el mercado es el "tema de medición y la aplicación de la normativa para moneda extranjera (...) no existen (los mismos) mecanismos de liquidez en peso que en dólares, por lo que las condiciones para la aplicación de esta normativa en moneda extranjera no estarían todavía dadas y estaría bien en el aire cómo se va a desarrollar eso". En tanto, Luis Felipe Alarcón, economista jefe de Euroamerica, puntualiza que "sólo se podrá tener el 40% de los activos de alta liquidez en bonos del tesoro norteamericano, del Banco Central Europeo o Alemanes, que tienen buena calificación de riesgo, pero están limitados. Basilea lo tiene en nivel 1, pero acá eso es 2A. Y una sugerencia es subir este tipo de activos a nivel 1".