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Carozzi reconoce falta de transparencia en fijación de precios de trigo nacional

Firma estima necesario implementar un sistema público que permita a los agricultores tener pago justo con el valor internacional.

Por: | Publicado: Martes 1 de febrero de 2011 a las 05:00 hrs.
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Chile es deficitario en la producción de trigo. Un tercio de lo que se consume anualmente, unas 700 mil toneladas, se importa. Esto genera diferencias históricas entre la industria compradora (la molinería) y los agricultores locales, toda vez que el maíz internacional se paga a un precio mayor respecto del nacional. Para enfrentar esta situación, Empresas Carozzi viene desarrollando un sistema basado en la agricultura de contrato, cuya metodología incluye una serie de variables y condiciones que permiten homologar las calidades, determinar el riesgo de compra y el gasto en la guarda, para, finalmente, derivar del precio internacional a un precio local. Juan Luis Ibarra, gerente de Abastecimiento y Logística de Carozzi, aclaró que no se trata de un modelo predictivo, sino de una fórmula que busca otorgarle transparencia a un mercado que reconoce es poco claro al momento de fijar los precios. Chile viene importando trigo cada vez a mayores cantidades y eso es consecuencia de una política agraria que no ha dado transparencia al mercado para que existan reglas claras y el agricultor tenga más certeza a la hora de sembrar, afirmó. Tomando en cuenta que es uno de los mayores poderes de compra a nivel nacional, con 200 mil toneladas al año, lo que representa entre el 10% a 15% de trigo que se produce a nivel local, Carozzi estima que hay mucho por hacer en el tema. Pensamos que darle transparencia a la fijación de precio es fundamental, es la principal variable para desarrollando la agricultora, dice Ibarra.

Y dado eso dice que están trabajando en conjunto con Cotrisa y Odepa y la asociación de Molineros, para que el modelo que utilizan actualmente sea de uso público. La idea, afirma, es tener una autorregulación, que permita mejorar el mercado y el desarrollo de los cultivos.

Una ocasión que resulta propicia. Según Ibarra, este año los precios se han incrementado entre 20% y 30% y ve que esta tendencia seguirá firme en el tiempo. De no haber buenas cosechas, (en los principales países productores) podríamos esperar incrementos de precios, hoy día el mercado frente a esta expectativa está muy sensible y, cada vez que hay una mala noticia, el precio se vuelve a disparar, explicó. ¿Cómo esto afecta al consumidor final? El representante de Carozzi es claro en su respuesta. Definitivamente suben los precios de los productos terminados: pan, pasta, galletas y todo lo que tenga que ver derivados del trigo. Son las fuerzas del mercado, apunta.

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