Energía

Eventual salida de Argentina le costaría a ENAP cerca de US$ 300 millones

Monto sería el costo de oportunidad o lo que dejaría de ganar si debe abandonar el país. La opción de que le entreguen nuevas concesiones, no convence al directorio, pues deberían hacer nuevas inversiones.

Por: | Publicado: Lunes 2 de abril de 2012 a las 05:00 hrs.
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Por J. Catrón / M. Bermeo



El último directorio de Enap no fue fácil. Ese mismo día se conocía la renuncia del ex ministro de Energía, Rodrigo Alvarez, que actuaba como presidente de la mesa. Otro tema eran los efectos que tendrá la pugna entre el gobierno argentino y la española YPF.

La trifulca ya ha golpeado a la chilena, que perdió la concesión del pozo Cañón Perdido-Campamento Central, en Chubut. A la SVS reconocieron que las pérdidas, por el lado de la inversión, llegarían a unos US$ 47 millones.

Sin embargo, altas fuentes de Enap calculan que si es que finalmente la firma fuera obligada a dejar por completo la operación argentina, por concepto de costo de oportunidad, o lo que dejaría de ganar, serían unos US$ 300 millones.

Según la estatal, en 2011 Sipetrol Argentina tuvo ingresos por US$ 65 millones, un 8,3% más que en 2010. Las utilidades sumaron US$ 4 millones una caída de 60% respecto de 2010. Según fuentes de la petrolera, el perder la filial no es un tema menor y pesará en los números de Enap. Ello, pues a pesar de los malos resultados de 2011, la filial transandina es la tercera que más ingresos le aporta a Enap, tras Refinerías (que es la que más pérdidas le causa) y Manu Perú Holdings.

Entendidos aseguran que Enap valoriza la operación transandina en unos US$ 300 millones, que incluyen otras concesiones en Argentina solos y con socios. El monto fue determinado hace más de un año, cuando se presentó una oferta para adquirir esa operación, lo que fue descartado ante las oportunidades que brinda a Enap mantener esa filial.



Evaluando opciones


Fuentes que conocen las conversaciones del directorio del martes, comentan que los siete miembros de la mesa –tras la salida de Alvarez- discutieron largamente las líneas de acción a seguir. Finalmente se acordó que éste era un tema político, más que de corte empresarial, por lo que se mandató al vicepresidente de Enap, Hernán Cheyre, realizar las gestiones ante el gobierno transandino para ver en qué pie está Enap y si existe la posibilidad de una salida conversada, más que un hacerlo con un hecho traumático.

En todo caso, dicen fuentes de Enap, una opción que se descartó es la que más suena hasta ahora: que Argentina entregue a cambio otras concesiones a Sipetrol. Ello no gustaría en la chilena, pues significaría realizar nuevas inversiones, a lo que no están dispuestos.

La firma no descartaría, como última instancia, si todo lo demás fallara, llegar ante el Ciadi para presentar una demanda contra Argentina. Esto, sin embargo, otros personeros de Enap lo ven como una opción muy lejana por dos razones: primero, al gobierno chileno no le gustaría enfrascarse en una disputa con otro de sus vecinos, considerando que Perú demandó a Chile ante La Haya y que Bolivia está considerando lo mismo. La segunda, es que el costo sería muy alto y el litigio muy extenso.



Temas pendientes


La posibilidad de salir de Argentina no es un tema menor al interior de Enap, considerando el aporte que hace a sus alicaídas arcas. Aunque en la compañía acusan mayores costos, como dicen los estados de resultados 2011, algunos cuestionan lo que ocurrió durante el segundo semestre del año que llevó a una abrupta caída en las utilidades, considerando que durante la primera parte del año la firma terminó con ganancias por US$ 79,2 millones. “Algo tremendo debe haber ocurrido para perder en un semestre US$ 150 millones. No es sólo el alza del petróleo”, dice una fuente.

Como si fuera poco, el directorio está enfrascado en ver cómo refinanciarán los montos de deuda que vencen este año. “El Ebitda apenas alcanza para pagar los intereses, y se está en forma permanente renegociando”, dice una fuente de la petrolera. En 2012 deben hacer frente a vencimientos por US$ 989 millones, que representan un 25,1% de la deuda total que tiene la firma hacia 2020 por US$ 3.933 millones.

En medio de todo esto, Enap enfrenta cuestionamientos de los cambios que se suponía debieron haber instaurado y que no ocurrieron. Uno de ellos, su eventual ingreso al negocio de distribución de combustible, hasta apostó por los activos de Shell y Terpel, pero se habría desistido, al menos en este último caso.

Otro punto no menor es el cambio del gobierno corporativo. Si bien hubo una propuesta concreta en la administración de Rodrigo Azócar, que habría entusiasmado al biministro Laurence Golborne, pues dejaba un directorio mucho más profesional, “mejor que el de Codelco, porque el de la minera sigue con el sistema de cuoteo”, con los cambios de ministro y gerente general todo quedó en nada. Hoy, el directorio habría descartado un cambio.

Una fuente de Enap resume de esta forma el dilema: “La compañía está en una situación muy complicada porque si el gobierno pretende que sea estratégica, tiene que capitalizarla. Las refinerías son muy antiguas e ineficientes, el tema es cuál es el rol que tendrá ¿Tiene sentido mantenerla con sus refinerías antiguas?”, advierten.

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