Un trámite de carácter voluntario, pero que al parecer con el tiempo se tornó ineludible. Se trata de las consultas de pertinencia, que se presentan cuando los proponentes de los proyectos tienen dudas respecto del ingreso obligatorio al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) y necesitan un pronunciamiento sobre si una iniciativa o actividad -o su modificación- debe someterse a éste.
Prisma Sofofa -plataforma basada en IA del gremio fabril que busca visibilizar las trabas a la inversión en Chile- realizó una radiografía a este instrumento, dando cuenta que se presentaron más de 21 mil consultas de pertinencia en el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) entre 2016 y 2024.
Esto representa una cifra histórica. Según explican desde el gremio, si bien el mecanismo está vigente desde 2013, durante sus primeros años la información disponible se limitaba a un repositorio documental, por lo que solo tres años más tarde el SEA habilitó una plataforma electrónica que permitió un registro ordenado y el seguimiento sistemático.
De acuerdo al análisis, las consultas vinculadas al ingreso de proyectos nuevos son las que muestran mayor volatilidad, alcanzando un peak histórico de 1.705 en 2021, para luego descender gradualmente hasta 1.529 consultas en 2024. Esta tendencia -se advierte- coincide con el período de mayor incertidumbre económica y regulatoria post pandemia.

Las modificaciones con Resolución de Calificación Ambiental (RCA) muestran un comportamiento más estable, al igual que las modificaciones sin este permiso, que mantienen niveles relativamente bajos, pero constantes.
El panorama general del sistema revela -dice Prisma- que los proyectos nuevos dominan el volumen total de consultas, representando 11.966 casos del total procesado por el SEA. Le siguen las modificaciones con RCA como el segundo grupo más numeroso, con 8.325 consultas.
¿Y los tiempos de respuesta? La mayoría de las consultas de pertinencia se resuelven en plazos menores a 60 días, representando un total de 10.810 consultas (47,4%), mientras que 9.107 (40%) se resolvieron entre 61 y 120 días. Solo una fracción menor de casos supera los 120 días de tramitación.
Pero a la hora de observar el estado final es que hay conclusiones clave. Entre las consultas resueltas, la categoría “no ingreso” concentra la mayoría de los casos, con 16.987 (74,9%), lo que sugiere que una proporción relevante de los proyectos consultados no requieren evaluación ambiental formal. Es decir, advierte el gremio, “la mayoría de las consultas de pertinencia terminan reflejando que, en opinión del SEA, los proyectos no deben ingresar al sistema”.

Rosario Navarro, presidenta de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa). Foto: Verónica Ortíz
¿Qué hacer?
Para la presidenta de la Sofofa, Rosario Navarro, las más de 21 mil consultas presentadas son una “señal de alerta”, pero también una oportunidad. “Que entre 2016 y 2024 las consultas de pertinencia suban un 32% mientras el ingreso de proyectos al SEIA cae 34% muestra que el trámite dejó de ser excepcional para volverse rutinario. Eso no solo sobrecarga al sistema, sino que distorsiona su propósito: tres de cada cuatro consultas concluyen que el proyecto no debe ingresar al SEIA, lo que indica que muchas consultas aportan poco valor técnico y sí generan demoras y costos poco pertinentes”, alerta.
Explica que hay razones distintas y entendibles: “Algunos servicios piden consultas como requisito, la Ley de Delitos Económicos y Ambientales incentiva a los titulares a buscar cobertura administrativa preventiva, y hay incertidumbre sobre qué modificaciones obligan a reingresar al sistema. Esas causas muestran fallas de diseño y de claridad”.
Respecto al hecho de que solo una fracción menor de casos supere los 120 días de tramitación, dice que “lo relevante no es solo la proporción que excede los 120 días, sino que el mecanismo en su conjunto está produciendo demoras evitables”. Y añade: “Que solo una fracción menor de consultas supere los 120 días suena positivo a primera vista, pero no elimina el problema: esos plazos siguen siendo excesivos. La consulta de pertinencia tiene un propósito acotado (...) y, por ello, debería resolverse con rapidez”.
Navarro es enfática en que “mantener la consulta de pertinencia tiene sentido, pero solo si la recuperamos para su propósito original”. Por eso, recalca que “desde Sofofa no abogamos por eliminarla; proponemos reformarla”, y plantea que se deben considerar los siguientes aspectos clave: precisar legalmente qué situaciones justifican una consulta y cuáles no; prohibir su exigencia como requisito previo por parte de otros servicios; establecer plazos cortos y perentorios para resolver (seguro por debajo de 120 días, con plazos mucho más breves para casos simples); y diferenciar y priorizar consultas según complejidad, para evitar que asuntos menores paralicen proyectos.