Reportajes

Experto e investigador de la pobreza: “Un pobre en Perú tiene más acceso a microcréditos que uno en Chile”

En los países de la región, a excepción de Chile, operan como entidades financieras reguladas. La normativa local es “prudente, poco proactiva y muy conservadora”, plantea el experto.

Por: Reportajes | Publicado: Lunes 16 de mayo de 2016 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Claudio González- Vega, economista y abogado costarricense, lleva más de medio siglo dedicado a la investigación de la pobreza y en cómo los servicios financieros pueden contribuir a la reducción de las brechas sociales.

Actualmente, es el presidente del Patronato (Directorio) de la Fundación Microfinanzas BBVA, una entidad sin fines de lucro que opera en ocho países en la región, creada en 2007 para promover el desarrollo económico y social sostenible de los sectores vulnerables, a través del emprendimiento y la inclusión financiera.

De Latinoamérica señala que vivió en la década anterior un período de extraordinaria bonanza. Pero no era una situación normal, dice, porque su crecimiento estaba basado en el aumento de los precios y no en el alza de la producción, que es el siguiente desafío.

Y de Chile, en particular, comenta que el manejo macroeconómico no fue suficiente y que el país debió haber hecho otras cosas para que los frutos llegaran a toda la población. Porque en el actual contexto de desaceleración y desempleo se hacen patentes las brechas sociales.

-¿Cómo podría aportar el microemprendimiento al desempleo en Chile?

- El desempleo está en las grandes empresas, no en la actividad por cuenta propia. El pobre para sobrevivir, y porque está expuesto a fluctuaciones en sus ingresos, tiene que diversificarse. Si su situación mejora, entonces ahorra e invierte en comer mejor, arreglar su vivienda, salud y educar bien a sus hijos. Esto último es lo más destacable, dado que las microfinanzas están reduciendo la pobreza intergeneracional, los hijos ya no se dedican a lo mismo que sus padres o sus abuelos, están accediendo a puestos mejores. En síntesis, movilidad social.

-¿Cómo miden el perfil de riesgo de quienes postulan a los fondos?

-En la región, conociendo personalmente al cliente. La información se obtiene en contacto directo, visitándolo en su negocio, en su hogar y manteniendo ese trato personal. Tenemos, desde luego, como todas las entidades financieras reguladas, modelos de riesgo que usamos como complemento. Y lo que crea los incentivos para que ese cliente se comporte de una manera puntual, responsable y honesta, es crear y mantener una relación de largo plazo. Muchos de ellos ni siquiera tienen estados financieros. Son pequeños, algunos rurales y lo que hacemos es darles ese seguimiento.

-¿Ha visto un aumento en las solicitudes de microcrédito en este contexto de desaceleración?

-Venimos con un rápido crecimiento de solicitudes, pero no lo atribuiría a un alza de la demanda, sino por el incremento de la oferta. En nuestro caso, a fines de 2015 teníamos 1 millón 720.000 (315.000 ingresaron ese año, con un alza de más de 25%). De ellos, 790.000 en Bancamía en Colombia, 440.000 en Financiera Confianza en Perú, 360.000 en Banco Adopem en República Dominicana y unos 115.000 en Chile, de los cuales 105.000 son apoyados por Fondo Esperanza y el resto, por Emprende Microfinanzas, ambas entidades del grupo.

En Colombia, Perú, República Dominicana y Panamá, hemos podido transformar estas instituciones en entidades financieras reguladas, especializadas en microfinanzas. Desafortunadamente en Chile no.

-¿Por problemas regulatorios?

-Hay una serie de razones. Ciertas características de las entidades, de su propia vocación, pero también un marco regulatorio prudencial, poco proactivo y muy conservador. Algo que en Chile suplantó en alguna medida a las microfinanzas es el crédito de las tarjetas de crédito, del retail, pero esto hace que la gente se sobre endeude y dificulta que se puedan convertir en buenos clientes.

Casi el 60% de nuestra cartera de crédito está financiada con depósito del público, que es lo que permite operar como entidad regulada. Eso es importante, porque permite apalancar fondos, pero también y sobre todo, tener acceso a realizar depósitos seguros, manejar liquidez y mantener reservas, entre otros. Lamentamos que en Chile no lo podemos hacer todavía, pero no perdemos la esperanza de que sí tarde o temprano.

- ¿Y han tenido algún acercamiento con las autoridades para plantear el tema?

-Hemos tenido algunas conversaciones con el ministro de Economía (Luis Felipe Céspedes), pero no con la Superintendencia de Bancos, no lo hemos solicitado todavía. En Chile se ha debatido sobre una estrategia nacional de inclusión financiera, pero no pasa de una enunciación de postulados a realmente concretarse.

Ampliar el acceso

-¿Tienen estudios de impacto de los microcréditos otorgados? ¿Aumenta la movilidad social?

- A nivel del grupo, los clientes que entraron en 2011 tenían un ingreso mensual por miembro de la familia de US$ 103, unos US$ 3,5 por día, cuatro años más tarde, ese ingreso mensual había pasado a US$ 184, o sea, alrededor de US$ 6 al día. Duplicar el ingreso por persona del hogar les permite, entre otras cosas, mejorar su negocio, arreglar su vivienda, mejorar su nutrición, atender su salud y sobre todo, educar a los hijos. Y es ahí donde está la gran esperanza, en darles la capacidad productiva para que puedan generar más valor agregado en el mercado laboral.

En el caso de Fondo Esperanza en Chile, el ingreso mensual por persona en 2012 era US$ 79 al mes y tres años después aumentó a US$ 154 al mes. Chile es el que tiene el ingreso per cápita y crecimiento económico más rápido de los países donde operamos, sin embargo, es donde existe una población pobre con mucho menos acceso a las finanzas que otras partes de Latinoamérica. Un pobre en Bolivia o Perú, tiene mucho más acceso a servicios financieros que uno en Chile. Y Fondo Esperanza, con su metodología de banca comunal, ha logrado atender a este segmento de la población.

-¿Cómo, desde las microfinanzas, se pueden reducir las brechas de desigualdad que tiene Chile?

-Quienes están en los deciles bajos del ingreso, tienen ideas, proyectos, capacidades, experiencias, que podrían usar para mejorar su condición, pero no tienen acceso a recursos adicionales para explotar esas oportunidades, tampoco tienen acceso a seguros que les permitan no desaparecer por algún evento catastrófico en su negocio; mientras los que están arriba (en la pirámide) siguen creciendo y los otros se quedan abajo y la desigualdad sigue aumentando. Las microfinanzas reducen la desigualdad, de hecho estudios del Banco Mundial, revelan que en los países donde éstas son importantes, este tipo de brecha ha disminuido, porque les da oportunidades a quienes tienen menos recursos y, por ende, les permite mejorar su situación.

-¿Conoce las líneas de apoyo al emprendimiento que tiene Corfo y Sercotec en el país? ¿Son suficientes?

- Me parece que son intervenciones de valor importantes, pero un estrato más arriba de lo que nosotros estamos hablando y, en consecuencia, para una proporción de la población menor de la que pretendemos llegar a atender. Nuestra aspiración es que en unos tres años tengamos diez veces el número de gente que ellos atienden.

-¿Con qué recursos cuentan para dar microcréditos este año?

-En este momento, la cartera global del grupo es de US$ 1.200 millones -ya colocados- para los ocho países en los que operamos. En los últimos cuatro años se han desembolsado algo más de US$ 7 mil millones en préstamos que se han venido renovando. 

Lo más leído