Multinacionales

Uber se expande por Latinoamérica entre protestas de taxistas y beneplácito de usuarios

La aplicación está presente en cinco países y busca entrar a Argentina, donde los taxistas ya han llamado a manifestarse.

Por: Ignacio Gallegos F. | Publicado: Lunes 4 de abril de 2016 a las 04:00 hrs.
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Desde que, en 2009, Uber comenzó a funcionar en San Francisco, Estados Unidos, la tónica se repite en casi todas las ciudades a las que llega: basta que la empresa, que conecta a usuarios de transporte urbano con automovilistas particulares a través de una aplicación móvil, haga un llamado abierto a quienes quieran conducir los vehículos, para que se desate la polémica.

Es lo que actualmente ocurre en Buenos Aires. La compañía, que ya funciona en distintas ciudades de Brasil, Colombia, Perú, Uruguay y Chile, lanzó una convocatoria en la capital de Argentina la semana pasada. Hasta ahora, 10.000 personas han respondido la invitación, pero los taxistas tradicionales están en pie de guerra: hay una marcha convocada para mayo, cuando se espera que comience a funcionar el servicio.

“Fuera Uber”

Los roces entre el soporte tecnológico y los transportistas formales se han repetido en casi todos los países a los que ha llegado. En Colombia, donde lleva más de dos años, su presencia en Barranquilla, Cartagena, Medellín, Cali y Bogotá ha generado, incluso, episodios de violencia: en la capital, hace pocas semanas, una manifestación contra la empresa dejó al menos 16 detenidos y cuatro policías heridos. Sao Paulo, Río de Janeiro, Montevideo y Santiago. también han visto protestas.

Los transportistas tradicionales cuestionan la legalidad del servicio: por tratarse de automóviles particulares, los conductores de Uber no pagan los mismos recargos que los taxistas ni están sometidos a los mismos escrutinios para trabajar.

Por respuesta, las naciones donde operan, representantes de Uber han defendido que la empresa no es de transportes, sino de tecnología. Ello no ha convencido a todas las autoridades.

Legalidad cuestionada

“No se puede tener un auto que cumpla con los requisitos para llevar pasajeros y otro que no. Hay que cumplir con la ley, que tiene requisitos para poder llevar pasajeros en la ciudad, que los taxis y remises (colectivos) cumplen. Hay un tema de garantizar la seguridad de la gente”, dijo el jefe de gobierno de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, quien recalcó que la empresa “todavía no presentó ni un papel”.

En Brasil -donde ocho ciudades cuentan con el servicio y ya hay más de un millón de usuarios-, el ayuntamiento de Sao Paulo presentó en diciembre una propuesta para imponer una tasa al servicio, que funcionaría según los kilómetros recorridos. El municpio de Río de Janeiro simplemente prohibió el servicio, pero éste sigue funcionando.

En Montevideo, donde Uber comenzó a operar en noviembre, las autoridades también han hecho reparos. El director del Departamento Jurídico de la capital uruguaya, Ernesto Beltrame, dijo que las regulaciones actuales prohíben el funcionamiento de Uber puesto que el gobierno la considera una empresa que provee transporte, no tecnología y que, por lo tanto, se le aplicarían esas regulaciones. El servicio sigue funcionando pese a la amenaza de multas y a las protestas de los taxistas.

Mientras el debate regulatorio sobre Uber continúa, hay sectores que ya presienten que el cambio tecnológico se propagará a otras industrias, como el turismo. “La tecnología es el gran dinamizador. En cada industria hay un Uber latente”, advirtió Guillermo Monti, CEO de Avantrip.com.

Por su parte, Sebastián Planas, presidente de Colonia Express, señaló que “Uber demuestra lo que va a pasar: la desregulación y la creatividad de los nuevos modelos serán imbatibles. No va a haber más tolerancia al error. Ya lo vemos ahora, la molestia de la gente frente a una demora, por ejemplo, es cada vez más alta”.

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