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Telecomunicaciones en Chile: ¡Se puede lograr!

Roberto Gurovich G&A Consultores

Por: | Publicado: Lunes 13 de agosto de 2012 a las 05:00 hrs.
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Complace ver cómo los hechos demuestran que el desarrollo del sector telecomunicaciones se puede lograr. Durante largos años percibimos un estancamiento. Pocos participantes nuevos, innovación “controlada”, redes que no se desarrollaron sino lo justo versus la demanda, ningún cambio regulatorio y de organización industrial significativo.



El terremoto inició un cambio. Hoy la industria exhibe logros significativos, incluido el esfuerzo del regulador: refuerzo importante de las redes; se triplicó la capacidad de SMS, se capacitó a los usuarios para un uso prudente de la red, mayor seguridad de redes, definiendo sitios estratégicos de refuerzo y mayor redundancia, en un trabajo colaborativo entre los operadores y la autoridad.

Portabilidad del número telefónico. La industria organizada, a partir de un estímulo del legislador; un proceso impecable de licitación de una entidad independiente, con alta tecnología, permite las portaciones en sólo un día sin costo para el usuario. El sistema no ha estado fuera de servicio en ningún momento, pese a que todas las redes telefónicas del país han debido ser modificadas para esta nueva forma de conducir las llamadas.

Liberación de espectro radioeléctrico y puesta en marcha de nuevas redes: la licitación 3G tomó 3 años para ser asignada, y sólo un año para tener las redes con servicio, o sea ¡se puede! El espectro 4G, requerido para satisfacer la demanda explosiva de conectividad, ya está adjudicado para reforzar redes.

Fondo de desarrollo: 2 años en un concurso para dotar de conectividad a un conjunto de localidades. Se adjudicó y todo fracasó. En menos de un año se reasignó, y está en servicio una nueva red de conectividad rural en localidades que nunca tuvieron sistema alguno de calidad. Además, el concurso 4G potencia la incorporación de otras localidades rurales.

Agenda digital: varios años sin escuchar noticias en ese ámbito. Hoy existe una secretaría ejecutiva visible, con plan en curso, participativo, concreto, realista y alcanzable en un corto plazo.

Regulación industrial: se oponen dos fuerzas de interés público, mayor competencia, y por otro lado regular externalidades, como el caso de la instalación de antenas. Difícil equilibrio si la demanda por ancho de banda crece. Ojalá la tecnología venga en auxilio de un desarrollo estable y armónico, sin sacrificar los espacios de competencia y costos razonables para las redes, que cualquier caso deben estar entre los espacios de la población, ¿cómo si no?
Redes y servicios: Nuevas empresas que operan sobre las redes de terceros, sin mediar regulación expresa en ese sentido. Sólo cabe que se profundice esa tendencia, orientada a nichos de mercado específicos.

Desafíos: la industria debe seguir en el despliegue de redes para una oferta de servicios que satisfaga la demanda de ancho de banda del “ciudadano digital”.

Las estimaciones indican que se requerirá una cifra de entre 5 y 14 mil millones de dólares de inversión para que el mercado se desenvuelva con razonable fluidez. Esto por sobre las cuantiosas inversiones realizadas entre 2010 y 2012.

La “conversación” con los clientes se adecuará a los nuevos escenarios: un usuario más ilustrado, con terminales de mayor complejidad y creciente potencial de servicios; empresas y redes nuevas, que surgen en un ambiente competitivo sano, y el regulador vigilante de que se cumpla con la promesa de valor y de servicio, en el marco de nuevas normas como la neutralidad de red.

La ola de las “apps”, donde terceros, lejos de las empresas de servicio y de los fabricantes de terminales, proponen nuevos usos a los usuarios, lo que mejora la percepción de valor de los servicios, convirtiéndolos en imprescindibles. Los operadores de telecomunicaciones están ya haciéndose cargo de este nuevo entorno; lo mismo que el regulador, que busca potenciar las capacidades de fiscalización para asegurar un desarrollo armónico.Así, la industria busca prudencia, hay que esforzarse por compatibilizar el crecimiento de redes con las externalidades que eso genera, el que debe estar adecuadamente sustentado en los planes de negocio, sin enfrentar decisiones precipitadas, pero sin caer en el inmovilismo modernizador que caracterizó los últimos años. La regulación y organización industrial debe adecuarse, considerando a todos, porque en los temas de hoy está la profundidad de la dinámica, y deben ser identificados y resueltos con mirada de largo plazo.

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