“Es fundamental que se vea el mundo de la moda como un business plan”

Sus colecciones de ropa y complementos se venden en las más de 15 tiendas que el diseñador posee en Francia, Italia, Bélgica, Japón, Egipto y Chile, éstas últimas ubicadas en Américo Vespucio y el Hotel W.

Por: | Publicado: Sábado 21 de julio de 2012 a las 05:00 hrs.
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Por María Marañón



Trabaja para vender marca país, para exportar una imagen coherente, moderna, contemporánea y elegante de Chile. “Como lo que es ahora”. El chileno Octavio Pizarro cuenta con una impresionante carrera internacional y clientes reconocidos, como la primera dama Cecilia Morel, para quien ha diseñado en varias ocasiones. También idea regalos oficiales de la Presidencia: accesorios para las visitas de estado con los que se ha obsequiado a, entre otros, Michelle Obama, la esposa del mandatario de Estados Unidos.

Sus colecciones de ropa y complementos -en las que sobresalen las bufandas, estolas, ponchos y sweters elaborados con refinada Alpaca o lana merino- se venden en las más de 15 tiendas que el diseñador posee en Francia, Italia, Bélgica, Japón, Egipto y Chile, éstas últimas ubicadas en Américo Vespucio y el Hotel W.

Sus creaciones, en las que mezcla materiales como el cuero, la piel, cristales o pelo de caballo y en las que destacan los colores primarios y las líneas puras, son el reflejo de la fusión de sus raíces sudamericanas con el estilo y allure francés.

Desde hace dos años, cuando inauguró su showroom en Santiago, trabaja a caballo entre París, donde estudió moda en L’ École de la Chambre Syndicale y residió durante once años, y Santiago. El lanzamiento de la marca con su nombre propio le impulsó a regresar a casa. A ello, se suman otras variables: “El país está muy bien económicamente. El trabajo de un diseñador es arte aplicado. Creo que yo como creador tengo algo que decir a mi país, que está capacitado para entender cosas nuevas”, comenta.

De todos modos, cree que hacen falta iniciativas para impulsar la moda dentro y fuera de las fronteras. “Es necesario que los empresarios crean en los diseñadores, que crean en un business rentable y que se dé oportunidades a los creadores para salir de Chile porque los compradores no vienen aquí, sino que hay que ir a los centros de moda internacionales”. Y continúa: “Es fundamental que se vea el mundo de la moda como un business plan. La moda no son tiendas por departamento. Es una imagen, marketing del país hacia el mundo. Yo me siento un embajador de Chile con mi trabajo. Hago lo posible porque se sepa que mis raíces son chilenas”.

Detrás de toda esta visión internacional se esconde el conocimiento en la forma de crear y vender moda de quien trabajó en tres de las grandes maisons françaises de la moda: Jean-Louis Scherrer, Guy Laroche y Jacques Fath, con quién fue director creativo de la firma. La experiencia le valió para engendrar una marca propia, mezcla de las dos culturas y modos de entender la moda. “Me siento muy francés en los cánones de la estética. Mi cultura y educación de moda es 100% francesa”, describe. De sus raíces latinoaméricanas destaca lo hecho a mano. “Rescato esa cosa bruta que, mezclada con materiales europeos y sofisticados, da una mezcla y un resultado muy interesante”, describe.

En la actualidad, está trabajando en la temporada de verano 2013, que se exhibirá a finales de año en la Paris Fashion Week. En marzo presentó la colección otoño-invierno 2012-2013, con un fuerte acento en en el negro, gris y blanco. Siempre, rescatando la esencia de los dos países en los que se inspira para crear.

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