Bancos retiraron 25 mil millones de euros del BCE en el primer día de tasa negativa
Sólo una mínima parte, sin embargo, habría quedado disponible para créditos, como buscaba la autoridad. La mayor proporción fue a bonos, reservas de capital y préstamos interbancarios.
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Las históricas medidas anunciadas la semana pasada por el Banco Central Europeo ya están haciendo sentir su impacto. El efectivo depositado por los bancos en las bóvedas del emisor europeo se desplomó el miércoles a 13.600 millones de euros (US$ 18.400 millones), casi un tercio de los 39.028 millones de euros que había el día anterior y el menor nivel desde 2011.
En un esfuerzo por apoyar la reactivación de la economía y evitar la deflación, la autoridad monetaria anunció el jueves un recorte a la tasa de interés para los depósitos de los bancos a -0,1%. Esta es la primera vez que uno de los principales bancos centrales del mundo lleva sus tipos a niveles negativos.
Por su parte, Commerzbank, el segundo banco de Alemania informó que dejará de depositar sus excedentes de efectivo en la institución europea.
Auge en mercado de dinero
Las medidas aplicadas por el BCE han impactado especialmente en el mercado de dinero, donde su promesa de mantener una política monetaria expansiva impulsó la demanda por deuda de corto plazo.
El costo de los préstamos interbancarios no garantizados “overnight” –la tasa de interés que los bancos se cobran para prestarse dinero entre sí– cayó el miércoles, el primer día en que comenzó a implementarse el ajuste, a 0,05%, su nivel más bajo desde la creación del euro.
Ayer, el rendimiento del bono alemán de referencia a dos años se hundió a 0,025%, su menor nivel en un año, y el premio que los inversionistas exigen para comprar títulos a 30 años, se amplió tres puntos base a 232 unidades, su mayor diferencial en diez semanas. “Creemos que los rendimientos a dos años caerán a cero. E incluso podríamos ver los papeles de Alemania a dos años entrando a terreno negativo”, comentó el analista de Danske Bank, Owan Callan.
En España, el interés exigido al bono a diez años marcó el miércoles un mínimo histórico de 2,5%, y la presión del mercado secundario convenció al Tesoro de realizar ayer una subasta no programada por 9 mil millones de euros que registró una demanda por el doble y que pagó una prima de 118 puntos base, por debajo de los 120 que se esperaban.
En Italia, el gobierno no tuvo problemas para rematar ayer títulos por 8.500 millones de euros, la meta máxima contemplada para la subasta, incluyendo 3.500 millones de euros en papeles a tres años que registraron la tasa más baja para el Tesoro romano hasta la fecha.
Clientes siguen esperando
Hasta ahora, sin embargo, el impacto de las medidas anunciadas por el BCE se ha sentido con menos fuerza donde más se pretendía, que era impulsar a los bancos a prestar su dinero a los consumidores y las empresas.
De los cerca de 25 mil millones de euros que salieron el miércoles de los depósitos del BCE, 14 mil millones fueron a engrosar las reservas de capital de los bancos, o a préstamos para otras entidades financieras, lo que llevó la tasa interbancaria a los mínimos récord registrado en las últimas horas.
Aunque el BCE también estableció un cobro de 0,10% sobre todo el efectivo que los bancos traspasen a reservas por sobre un máximo establecido, esta medida no se aplicará hasta comienzos de julio, cuando se determinará el monto del excedente.
De este modo, es posible estimar que, de todo el efectivo que salió de las arcas del emisor europeo el miércoles, sólo 11 mil millones de euros podrían haber quedado disponibles para aumentar la liquidez de la economía.
El gobernador del Banco Nacional de Bélgica (banco central) y miembro del consejo directivo del BCE, Luc Coene, dijo ayer que el emisor europeo no está sorprendido de que el movimiento inicial de los flujos de dinero haya ido a parar al mercado de bonos, a medida que las entidades buscan reinvertir el efectivo retirado en instrumentos públicos, pero que en una segunda fase el BCE espera que los bancos destinen crecientemente ese efectivo a préstamos.
“Lo que está ocurriendo es una primera reacción. Obviamente cuando uno no pone su dinero en el banco central debe ponerlo en otro instrumento. Los únicos disponibles son los bonos públicos. La expectativa es que los bancos ahora van a mirar la concentración de los bonos en sus carteras y buscarán formas de otorgar más crédito a la economía”, dijo Coene.
Consultado sobre cuándo ocurriría esto, se limitó a responder que “es muy difícil de predecir”.
Sin embargo, hay fuerzas que deberían presionar a favor de los planes del BCE y Coene se preocupó de recordárselas a los inversionistas. El apetito por bonos soberanos refleja una mejora en la situación fiscal de los gobiernos europeos, pero los rendimientos en mínimos históricos en países como Italia, que sigue al borde de la recesión, podrían estar demostrando un peligroso exceso de confianza.
Por otra parte, el propio BCE seguramente seguirá actuando. En su último reporte a clientes, el estratega de Morgan Stanley, Anthony O’Brien, aseguró que la inflación armonizada caerá a 0,3% en los meses de verano, lo que mantendrá la presión sobre el instituto emisor para relajar aún más su política.
El propio gobernador del BCE, Mario Draghi, dijo al anunciar el paquete de medidas la semana pasada que “no ha terminado”, y que ya están trabajando en un programa de compra de bonos similar al Alivio Cuantitativo (QE, su sigla en inglés) que aplicó la Reserva Federal de EEUU.