Economía

Temer modera su proyecto de pensiones para superar la oposición en el Congreso

Las dudas sobre la aprobación del texto pesaron sobre el gobierno. La buena noticia es que la recuperación sigue su curso y la inflación acumulada del año marcó mínimos desde 1998 en noviembre.

Por: María Akbulyakova | Publicado: Viernes 24 de noviembre de 2017 a las 04:00 hrs.
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El gobierno de Brasil parece haber optado por “mejor algo que nada”: ante la evidente oposición de los parlamentarios a los cambios radicales, el presidente Michel Temer presentó el miércoles en la noche un nuevo borrador de su proyecto de reforma de pensiones, mucho más moderado que la propuesta original. Así, busca aumentar las posibilidades de obtener el respaldo del Congreso a la medida estrella con que busca ordenar las finanzas brasileñas en el año que le queda de gobierno.

El proyecto mantiene la edad mínima de jubilación –la línea roja no negociable para Temer- en 65 años para los hombres y 62 para las mujeres, pero deja sin cambios el mínimo de tiempo de contribución para los trabajadores del sector privado y de zonas rurales, en quince años, frente a los 25 años de la versión original. Para los trabajadores públicos, en tanto, esa cifra sí será elevada a 25 años.

Para recibir la pensión completa, todos los brasileños independientemente del sector en que trabajen tendrán que trabajar 40 años. “Es un incentivo para que las personas trabajen un poco más para tener una jubilación mejor”, explicó el ministro de Finanzas, Henrique Meirelles.

Según cálculos de Bloomberg, de ser aprobada esta reforma diluida, ahorraría menos de la mitad de lo proyectado inicialmente (ver gráfico). El gobierno, en tanto, espera 468 mil millones de reales (US$ 144.700 millones) de ahorro, versus los 760 mil millones de reales del documento original.

“El gobierno tiene que lograr cuadrar el presupuesto por debajo del techo (de gasto)” aprobado recién hace unos meses, explicó a Bloomberg Braulio Borges, investigador del instituto económico Ibre.

Difícil aprobación

Temer aseguró ayer que había establecido un “diálogo acentuadísimo” con el Congreso desde su llegada al poder y afirmó tener un “apoyo extraordinario” para “reformas extraordinarias”.

Pero el mandatario parece estar sobrevalorando sus logros. La nueva versión del proyecto fue presentada en una cena con la bancada aliada en la noche de miércoles, y el pequeño número de diputados presentes no comparte el optimismo de Temer.

El gobierno necesita los votos de dos tercios de los diputados, 308 de 513, para aprobarla. “Que tiene 100 votos es mucho”, dijo ayer el vicepresidente de la cámara baja, el oficialista Fábio Ramalho.

Como explicó al diario Valor Económico el director del Departamento Intersindical de Asesoría Parlamentaria, Augusto de Queiroz, los diputados estarán poco propensos a apoyar el proyecto en un año electoral, porque no produce efectos a corto plazo y porque la bancada aliada ya se vio afectada por la aprobación de iniciativas impopulares, como el techo del gasto público y la reforma laboral, y por salvar al presidente de dos acusaciones por corrupción.

Ante la incertidumbre, el presidente de la cámara baja, Rodrigo Maia, salió a defender la propuesta. “El plazo que tenemos es corto, la importancia de la reforma es urgente y los problemas de la previsión son claros”, afirmó ayer, agregando que de no aprovechar la “ventana de oportunidad” del próximo año habrá “una crisis fiscal enorme que puede sacar inversiones y desmontar toda la recuperación económica que se ha construido en los últimos doce meses”.

Recuperación en curso

A pesar del lento avance de la reforma en el Congreso, la mejoría de la mayor economía latinoamericana sigue su curso. Según los datos publicados ayer por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), la inflación de noviembre marcó 2,77%, por debajo de la meta del gobierno de 4,5%, y acumulando en lo que va del año un 2,58%, su menor cifra desde 1998.

Según los datos separados del banco central del país, Brasil también está atrayendo más inversión extranjera directa: en octubre registró US$ 8.200 millones de influjo, comparado con los pronósticos de Reuters de US$ 7.200 millones.

Con eso, algunos expertos se muestran más optimistas sobre las perspectivas de crecimiento del país. El gobierno mantiene sus pronósticos en 2% y el consenso de los economistas de Bloomberg es de 2,5%, pero Helcio Takeda de Pezco Economics –que en 2016 adelantó correctamente las tasas de interés y tipo de cambio a largo plazo- apuesta a que el país crezca 3,8% en 2018. “Vimos que el impacto político no fue tan fuerte y hemos empezado a tener la visión de que no sólo el presidente es el garante de la agenda económica”, dijo.

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