El Banco de Japón (BoJ) anunció ayer que mantendrá su actual programa de estímulo, aunque su titular advirtió que tomará acciones para reducir la volatilidad en el mercado de bonos.
El jefe del BoJ, Haruhiko Kuroda, dijo que la entidad realizará sus compras de deuda de forma flexible, pero aseguró que el aumento de los rendimientos de los bonos públicos nipones no está afectando la economía.
Kuroda habló luego que la directiva de la entidad reafirmara su plan de duplicar la base monetaria en dos años en el intento de poner fin a quince años de deflación, y señalara positivas señales en la confianza de los consumidores y la producción industrial. En el último trimestre la economía creció a su mejor nivel en un año.
La perspectiva de una recuperación y un resurgimiento de la inflación ha contribuido a subir el interés de la tasa del bono a 10 años más de un cuarto de punto porcentual en dos semanas.
Kuroda no espera que los rendimiento “suban mucho más”, según dijo. Añadió que el BoJ ajustará la frecuencia, ritmo y el tipo de operaciones de compra de bonos.
“Si (Kuroda) suena como si está vacilante o el BOJ está comenzando a asustarse por el impacto de su programa de compra de bonos”, los inversionistas podrían cuestionar el compromiso de la entidad con su política, dijo Izumi Devalier, economista para Japón del HSBC en Hong Kong, a Bloomberg.
“Si continúan los abruptos cambios en los rendimientos, eso influirá en la capacidad de las empresas para recaudar fondos”, advirtió el lunes Hiromasa Yonekura, presidente de Sumitomo Chemical y jefe de Keidanren, el mayor lobby empresaria nipón.
El gobierno debe “limitar los movimientos volátiles” y también ser claro sobre “su compromiso de lograr la salud fiscal”, aseveró.
El BoJ anunció que se reunirá el miércoles con miembros del mercado para evaluar la situación. El BoJ aprovechará la reunión para ayudar a decidir su cronograma de compra de bonos a partir de junio, dijo un funcionario de la entidad.