El Banco Central Europeo (BCE) estrenó el 2014 manteniendo los tipos de interés en el mínimo histórico del 0,25%. De modo que se ha ajustado a las previsiones de los expertos, pese a la alarmante caída de la inflación.
Asimismo, la institución europea dejó inalterada la facilidad marginal de crédito, por la que presta dinero a los bancos durante un día, en el 0,75%. También mantuvo la facilidad de depósito, por la que remunera el dinero, en el 0%.
La inflación interanual en la zona del euro bajó en diciembre una décima y se situó en el 0,8%, frente al mes anterior. La tasa de inflación se aleja mucho del objetivo del BCE, que es mantenerla cercana pero siempre por debajo del 2 % para lograr la estabilidad de precios.
Algunos analistas consideran que un nuevo recorte del precio del dinero en la zona del euro apenas ayudaría a reactivar la economía en los países donde los bancos no dan créditos a las empresas y los hogares.
Los expertos descartan que el presidente del BCE, Mario Draghi, vaya a anunciar nuevas medidas de liquidez para apoyar la actividad económica.
Draghi dijo recientemente en una entrevista con la revista alemana "Der Spiegel" que "de momento no hay necesidad de actuar inmediatamente".
No obstante, la baja inflación presiona cada vez más al BCE, que en noviembre del pasado año tuvo que actuar y bajó los tipos de interés después de que la inflación cayera al 0,7%.
El BCE inyectó casi un billón de euros en dos operaciones con un vencimiento de hasta tres años, la primera en diciembre de 2011 y la segunda en febrero de 2012.
La baja inflación en la zona del euro es la consecuencia de la débil actividad económica en países como España, Portugal, Grecia e Italia.
El Banco de Inglaterra mantuvo también los tipos de interés en el Reino Unido, en el mínimo histórico de 0,5%, y tampoco modificó su programa de compra de activos para reactivar el mercado crediticio.