Por Marco Fajardo
El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben Bernanke, tenía ayer la difícil misión de calibrar con una precisión quirúrgica su mensaje a los inversionistas, crecientemente nerviosos sobre la estrategia de salida que aplicará el banco central al mayor plan de estímulo de la historia. Y la reacción de los mercados sugiere que no lo logró.
En su declaración ante el Congreso, la máxima autoridad monetaria de EEUU salió a calmar los temores de que el fin del masivo plan de alivio cuantitativo sea inminente. “Un ajuste prematuro de la política monetaria podría llevar a subidas de las tasas de interés temporalmente pero también conllevaría un sustancial riesgo de ralentizar o poner fin a la recuperación económica y causar una mayor caída de la inflación”, afirmó Bernanke ante el Comité Económico Conjunto del Congreso.
El mensaje estuvo en línea con las declaraciones de otros funcionarios del banco central, que horas antes salieron a desestimar los temores de que un próximo ajuste de la política monetaria pueda descarrilar la recuperación de la mayor economía del planeta.
Las minutas de la última reunión de la Fed, en abril, también eran esperadas ayer por los inversionistas ansiosos de indicios. Y las transcripciones confirmaron también que la mayoría de los miembros del consejo está en contra de apresurarse a sacar el pie del acelerador.
Sin embargo, el fuerte nerviosismo de los mercados quedó de manifiesto, luego de que los inversionistas se enfocaran en una de las declaraciones del presidente de la Fed que causó desconcierto. Consultado sobre el timing con que se producirá el ajuste, Bernanke dijo que si el panorama para el mercado laboral “mejora de forma real y sostenible, el comité va a reducir los flujos de compras de bonos”.
“Si vemos una continua mejora, y tenemos confianza de que serán sostenidas, en unas pocas reuniones más podríamos reducir nuestro ritmo de compras”
Esto fue suficiente para que los inversionistas corrieran a refugiarse en dólares y las alzas de la bolsa se revirtieran.
“Tan pronto como su discurso pasó hacia el timing de una baja en las compras”, el dólar se disparó, dijo Alan Ruskin, jefe global de estrategia de divisas del G10 de Deutsche Bank AG, a Bloomberg.
En la primera parte de su intervención, Bernanke señaló que el estímulo monetario está ayudando a la recuperación de la economía local y el banco central necesita ver mayores señales de tracción antes de sacar el pie del acelerador.
Actualmente, la Fed está comprando cada mes
US$ 85.000 millones en bonos del Tesoro e hipotecarios, en un esfuerzo por mantener bajos los costos de deuda y fomentar la inversión, la contratación y el crecimiento económico.
Esta es la tercera ronda de compra de activos, o alivio cuantitativo, desde que la Fed llevó las tasas de interés a cerca de cero a fines del 2008.
“Creo que la Fed, si bien se siente más confiada en que la economía tocó fondo, no se siente cómoda con el fin del alivio cuantitativo y el soporte que ofrece a la economía de EEUU”, dijo Douglas Borthwick, director gerente de Chapdelain Foreign Exchange a Reuters.
Otro influyente funcionario también rechazó ayer una baja anticipada de la compra de activos. El presidente del Banco de la Fed de Nueva York, William Dudley -un aliado cercano de Bernanke- dijo “en tres o cuatro meses tendrán una idea mucho mejor respecto sobre si la economía es lo suficientemente saludable o no como para superar el freno fiscal”.
Sube venta de casas
Por otra parte, saludables datos del mercado inmobiliario también dieron una señal de que la recuperación de la economía se consolida. Las ventas de casas usadas subieron en abril al mayor nivel en casi tres años y medio pues la escalada de los precios alentó a los vendedores a regresar al mercado.
La Asociación Nacional de Bienes Raíces indicó que las ventas de casas usadas avanzaron 0,6% a un ritmo anual de 4,97 millones de unidades, máximo desde noviembre de 2009.