Por Leonardo Ruiz Pereira
En los últimos años se ha visto un cambio en el balance económico, que ha oscilado hacia las naciones emergentes. Esta tendencia, que se ha acentuado por la reciente crisis económica global, también se ve reflejada en los cambios en la competitividad observados en diferentes regiones del mundo.
Los factores que determinan la competitividad de un país son variados y evolucionan lentamente. Aún así, ya se pueden advertir claros patrones en el Índice de Competitividad Global que elabora el World Economic Forum (Weforum) desde 2005.
“Hay una cierta convergencia entre países desarrollados y emergentes, que se ha observado en los últimos tres o cuatro años. Se ve un cierto empeoramiento en los países avanzados, en su rendimiento competitivo, junto a un avance relativamente importante en varias economías emergentes, como es el caso de China”, contó a DF el responsable para Latinoamérica de Weforum, Beñat Bilbao-Osorio.
El experto, quien es economista y director asociado en el centro de competitividad global del foro económico, agregó que la situación macroeconómica y la pérdida de confianza en el sistema bancario empeoraron la competitividad de las economías desarrolladas, medida por el Índice de Competitividad Global (GCI, su sigla en inglés). “En el caso de EEUU además hay una pérdida de confianza en el sistema político”, dijo.
Asimismo, la mejora de las economías emergentes es más generalizada en las distintas áreas que cubre el GCI. “Esta mejora es mayor que el deterioro de las economías avanzadas”, sostuvo.
El promedio ponderado general del puntaje del GCI de los 80 países emergentes incluidos desde 2005 ha mejorado desde 4,1 en 2005 a 4,4 en 2011 en una escala de 1 a 7. Mientras tanto, el promedio ponderado de las 33 economías avanzadas en la misma muestra constante ha decrecido desde 5,4 a 5,2. Como resultado, desde 2005 el diferencial entre los dos grupos ha disminuido desde 1,3 a 0,8.
“La desaceleración en las economías avanzadas, sobre todo en algunos países de la periferia europea, se debe en cierta medida a problemas fiscales económicos. Pero también en países donde hemos observado en los últimos años un rendimiento bajo en niveles de productividad”, explicó Bilbao-Osorio.
En el mundo emergente sólo África sub-Sahariana no ha podido mejorar, perdiendo así terreno ante otras regiones. Asia en desarrollo, por otro lado, ha avanzando más que ninguna otra región, con un aumento de 0,4 puntos. Europa Central y Oriental (+0,3), Latinoamérica (+0,2), Medio Oriente y el Norte de África (+0,2) y la Comunidad de Estados Independientes (Rusia) (+0,1) todos progresaron, aunque a través de diferentes bases y ritmos distintos.
Emergentes con ventaja
La convergencia no es sorprendente dado que los aumentos en eficiencia son más fáciles de obtener para países en etapas más bajas de desarrollo. El desempeño grupal del mundo emergente está impulsado por la fuerte dinámica de algunas de las economías más grandes, incluyendo a China (+0,5), Brasil (+0,2), India (+0,1) e Indonesia (+0,3).
“En Latinoamérica las grandes economías han avanzado en el último tiempo, especialmente Brasil que ha mejorado cerca de catorce puestos en los tres últimos años y eso principalmente se debe a mercados grandes que permiten economías a escalas muy importantes; economías de scope, que permiten ganancias de eficiencia por actividades de distintos sectores”, indicó el especialista, que también se refirió al resto de la región que también vio avances, los que fueron liderados por Perú.
“También observamos mejoras sustanciales en Perú, que asciende seis puestos, un avance significativo y una estabilidad macroeconómica importante y también una cierta mejoraría generalizada en el resto de los factores, ligada a la bonanza económica que viven”.
Avanzados retroceden
En contraste al mundo emergente, el mundo desarrollado experimentó más retrocesos que avances, con 19 naciones bajando puestos en competitividad, frente a 13 mejorías. EEUU, ubicado en el primer lugar de todos en 2005, es ahora quinto, lo que sin embargo sigue siendo un buen desempeño.
No obstante, la caída de 0,4 puntos en su puntaje GCI es la mayor entre las 113 economías cubiertas por el análisis (2005 hasta 2011). Como resultado, el diferencial, considerando el ritmo voyante de China, se ha reducido en todo un punto a apenas 0,5 en 2011.
Las tendencias diametralmente opuestas de las dos economías más grandes del mundo en parte explican la reducción de la brecha entre los bloques emergentes y avanzados. La convergencia, para Bilbao-Osorio tiene su origen en la crisis de 2008-09.
“Desde entonces observamos un impacto de deterioro y empeoramiento de la competitividad de las economías avanzadas, ligadas a una mayor inestabilidad en los mercados financieros y también por un deterioro en el marco macroeconómico de esos países”, reflexionó.
Aunque el panorama es incierto, lo indudable es que los países emergentes están adoptando políticas y medidas encaminadas a mejorar su competitividad. “Todavía no hay certeza de las reacciones de los desarrollados cuando salgan de la crisis de los últimos años”, dijo el experto del Weforum.
“Lo ideal sería que todos incrementaran su competitividad”, concluyó.